“Para lxs travitxs marginales y planerxs que nunca tuvimos obra social hasta el monotributo social.” Esa dedicatoria de amorosidad socarrona, con recordatorio imperioso de “La Claudia Pía” Baudracco en estos tiempos que corren, y en la celebración de su primer aniversario “conmigo mismo” eligió Mafu Sánchez, activista travesti no binarie y referente territorial, para hacer en su cuenta de Instagram -mafu.sanchez- pedagogía generosa del Monotributo Social, ése que le permitió registrarse, contar con una obra social, operarse en 2021, emitir facturas y seguir tejiendo autonomías para sí y para otres, que pulvericen situaciones de vulnerabilidad social. No tramó información al paso ni filosofía random: a un año de convertir en realidad el deseo, “lleno de más deseos”, de habitar una masculinidad travesti, eligió desmenuzar el Monotributo y arrancar desde “lo importante” que hace falta, para vivir una vida digna de ser vivida, para que no siempre parezca que se necesita un cupo de visibilización, ni que las políticas públicas ahoguen con estadísticas para certificar lo que ya se sabe de sobra.
“Armé la publicación sobre el Monotributo Social porque fue la forma en la que, como trabajadore de la economía popular durante muchos años, pude acceder a operarme con la Ley de Identidad de Género (LIG), y porque veo todo el tiempo cómo amigues sacan plata de donde no tienen para pagar una prepaga con la que realizar los tratamientos y cirugías, con la idea de que van a tener menos obstáculos y de que van a pasar por menos violencia que en las obras sociales, aunque igual les estafan y violentan una y otra vez.”
Pero a la Superintendencia de Salud llegan reclamos permanentes.
-Sí, y a pesar del caudal de reclamos que recibe, sigue sucediendo a diario. Esto tampoco lo asegura, habrá que seguir peleando con las obras sociales, pero al menos sin gastar lo que no tenemos. También decidí publicar esa explicación en Instagram porque es un derecho ganado de lxs trabajadorxs de la economía popular, social, cooperativa, informal, independiente o como la llamen, pero lo importante es que casi la mayoría de nosotrxs somos parte de este sector de la población, y muchxs piensan que por esto no llegarán a acceder a los cambios en su cuerpo que tanto desean, y eso te lleva a prácticas inseguras.
La publicación está orientada "a personas travestis, trans, no binarixs, intersexuales, maricas y lesbianas", como enumeraste, pero te preocupás por que le sirva a quien sea que precise acceder a una obra social.
-Porque veo cómo hacen política con todxs nosotrxs. Con suerte se fijan si tenés el DNI rectificado, que también es necesario, y que actualicen las bases de datos del Estado acorde a la LIG. Pero a la vez tenemos que acceder a otros derechos que ya existen e imprimirles una perspectiva para nosotrxs, con nosotrxs, para que nos den autonomía y mejoren un poquito nuestra calidad de vida. Porque hoy, con el cupo laboral trans travesti no binarie, siguen quedando afuera lxs más vulneradxs, por los requisitos que piden, o en las categorías salariales más bajas, entonces trabajar por nuestra cuenta sigue siendo la opción.
Elige trincheras que le impulsan y atraviesan hacia otras revoluciones, con fuerza propia que hace colectiva por la libertad de elegir en la casa, en la calle, en el campo popular, en el Plan ENIA y en el Programa Nacional de ESI, sus ámbitos laborales. “El alto cagazo, ansiedad y el pensar hasta último minuto que no me iban a dejar operar por alguna gilada de la obra social”, dice, es experiencia personal y política que hace de su existencia resistencia que le trajo hasta acá. Rompiendo categorías y estructuras. Y ahora, tan cerca del 8 de Marzo, interpelando a los movimientos feministas.
“Necesitamos políticas que sienten bases firmes en nuestras vidas, de autonomía. Los feminismos populares ya ligaron la violencia de género hacia las mujeres a las reivindicaciones por el trabajo y la vivienda, como ejes fundamentales para salir de ella y alcanzar la independencia económica", advierte. "Ante la violencia de género estructural e institucional que vivimos, nosotrxs también queremos trabajo, vivienda, tierra, salud, educación e independencia económica."
¿Hay una discusión aplazada de los feminismos sobre las reivindicaciones trans travestis?
-Pienso que hay que fortalecer la agenda de los feminismos populares, de la que las disidencias somos parte, en la agenda estatal. Y hay que seguir tejiendo ahí, no como algo que nos divida, sino que refuerce que seguimos peleando por cosas como la toma de las tierras en Guernica, por ejemplo. Pienso en los debates q se dieron ahí. Creo que muchas compañeras feministas hoy están en el Estado por la agenda que construimos desde los feminismos populares. Pero no tienen el poder ni la guita para llevar adelante esa agenda, y sin embargo institucionalizan los espacios de organización del sector y acallan las demandas, en vez de fortalecer la política pública desde la demanda del territorio. Lo más puntual es la falta de reconocimiento salarial-laboral de las promotoras de géneros en los barrios, entonces las compas hacen todo por un Potenciar Trabajo, y mientras tanto siguen sosteniendo comedores y mil cosas más. Dependen económicamente del Estado y de las organizaciones, cuando podrían tener algún tipo de contratación, aunque sea precaria.
Son parte de reclamos potentes que deberían amplificarse el próximo 8M.
-No vengo participando de las asambleas por el 8M, estoy poniendo mi energía en las disidencias, pero por supuesto que ya tejeremos todo (risas).
¿Qué cuestiones pendientes quedaron con Guernica?
-Con Guernica, todo. Pero va más allá de los feminismos. En el fondo la discusión es sobre la propiedad y el uso de la tierra, pero es una discusión que está muy vetada. Es urgente desde donde se la mire y salta por todos lados, pero no se quiere discutir porque es la moneda de cambio para pagar la deuda con el FMI. Lo que traemos los feminismos es la potencia que ya venimos construyendo hace años sobre los modos de vida que queremos vivir, y nuestros territorios como base fundamental de soberanía para esas vidas más vivibles. En lo concreto de Guernica te diría que busquemos con las organizaciones y redes feministas de la zona, cuántas de esas compañeras trans travestis que estuvieron en la toma hoy tienen su DNI, cuál es su situación actual, qué ayuda recibieron. En mi caso, solo seguí hablando con una compañera que fue atacada por ser travesti y que la Asamblea feminista protegió porque ahora vive en la Villa 31. Ella no tiene aún su documento nacional de identidad.