El regreso del mejor
En 2020 la pandemia dejaba una de sus peores noticias gastronómicas: tras 20 años de vida, cerraba Hong Kong Style, el para muchos mejor restaurante del Barrio Chino, el que escapaba a los lugares más trillados para profundizar en sabores y recetas fieles a su origen. Favorito de cocineros, Hong Kong Style era estrictamente familiar, conducido Lui y Lili, apoyados por su hijo Walter. Pero en gastronomía, como en tantos otros rubros, la última palabra nunca está dicha: hace apenas unos días, Hong Kong Style reabrió puertas para convertirse ya en una de las novedades más festejadas de la escena culinaria. Ahora, a cargo, está el propio Walter, con sus padres mirando por detrás, controlando que la tradición siga viva y coleando.
El nuevo Hong Kong Style recupera mucho del anterior, pero también se permite escribir una página propia. La calle donde se ubica sigue siendo Montañeses, ya no en el Barrio Chino sino unas cuadras más allá, en ese Belgrano casi Núñez. Es un local pequeño con la cocina abierta, donde se ve cómo los woks bailan sobre los fuegos. Hay pocos gestos estéticos orientales (algunos posters, algunas fotos, algunos neones) en una versión mucho más despojada y moderna.
La carta también suma cambios: es sensiblemente más compacta, manteniendo grandes clásicos de HKS (los tremendos langostinos salteados con ajo y especias a $1650; la pesca agridulce apanada en fécula de maíz a $1750; los dumplings de vegetales, camarones o cerdo arrancando en los $600), junto con novedades como la berenjena con confit de ajo, pasta de habas y salsa de hongos ($850) o los veraniegos fideos fríos de batata con pepino japonés ($1050), entre otros. Muchos son platos chicos, para compartir desde el centro de la mesa.
Hay pocos pero ricos vinos, cerveza bien fría, té rojo y de jazmín. Todavía de estreno, trabajan con persiana cerrada sólo con reserva previa. A mediano plazo estrenarán terraza y ya están mejorando la acústica algo ruidosa del salón. Una gran noticia para los que aman la gastronomía: HKS volvió, renovado y respetuoso de su historia.
Hong Kong Sytle queda en Montañeses 2574. WhatsApp: 11-2758-9894. Horario de atención: martes a sábados de 20 a 23. Instagram: @hongkongstyleba.
La cocina del club
Los restaurantes de los clubs son parte de una tradición bien argentina: con esos menúes largos y aptos todo público, pensados para seducir a familias completas, se convierten en un muestrario de una cocina local y amplia, querida y disfrutable. De eso se trata Terrazas Al Lago, pero sumando muchas características que lo hacen muy superior a la media.
Primero, su ubicación geográfica: este restaurante está dentro del Club de Campo Pilar Patagonia, un precioso predio que pertenece a la DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), con grandes árboles, pileta y espacios deportivos. Si bien esto últimos es exclusivo para socios, quienes vayan a comer a Terrazas Al Lago pueden aprovechar el paseo idílico por caminos serpenteantes que atraviesan lagos y arroyos, además de utilizar el espacio Juegos del Bosque, un paraíso feliz para los más chicos de la familia (con camas saltarinas, estructura de toboganes y redes, hamacas y más). Una jornada completa, donde la comida es parte del programa.
La carta del restaurante tiene todo lo que tiene que tener, en una versión que apuesta a los detalles y acompañamientos. La parrilla es protagonista (bife de chorizo a $2135, pechito de cerdo a $1595, mollejas crocantes a $1375, chorizo a $550). Hay también pescados y mariscos (langostinos a las brasas a $1395, pesca del día con guarnición a $2205), hay pastas caseras (intensos fetuccini a la carbonara a $1155, raviolones de ricota con tomate natural a $1325). Se suman minutas con milanesas de todo tipo (berenjena, cerdo, pollo, carne, pescado, desde $785), ricas papas fritas ($495), además de risottos, carnes braseadas y opciones infantiles. Es un menú de varias hojas, de esos que abundaban en los años 80, pero ahora mirado desde una gastronomía actual.
El salón es enorme, de techos altos, arquitectura moderna, paredes completamente vidriadas y terrazas al aire libre, dejando en claro que el fuerte y diferencial de este restaurante es el espacio que lo rodea, con ese paisaje verde y coqueto que amerita una escapada desde la grisácea Buenos Aires.
Terrazas Al Lago queda en Ruta prov. 28 km 5,8 (Pilar). WhatsApp: 11-3304-3312. Horario de atención: jueves de 12 a 20; viernes a domingos de 12 a 23. www.terrazasallago.com.
Tradición vasca
Abierto en 2009, Sagardi es un clásico que aún muchos no conocen. Es parte pionera de un grupo gastronómico vasco con más de 30 locales en el mundo. Y en Argentina, donde tantos restaurantes se (mal) llaman a sí mismos españoles, lo de Sagardi es identidad: cada plato muestra respeto por las tradiciones, modos de cocción y sabores del país vasco.
El restaurante está dividido en dos espacios y dos propuestas: delante aparece la barra de pintxos, con mesas altas y lógica informal, para beber una copa de vino, una caña, una sidra, junto con tentempiés típicos como el de anchoa con morrón, pulga de jamón crudo, escalivada, tortilla de papas con chistorra, croquetas de setas, mejillón tigre y muchos (pero muchos) más. Se paga por pintxo consumido a razón de $290 cada uno. Pero si bien esto es divertido y relajado, lo mejor de Sagardi, lo que lo convierte en un imprescindible porteño, es el salón posterior con menú a la carta. Ahí reluce esa cocina vasca fantástica, de materia prima e historia estricta. Langostinos al ajillo ($2600), txipirones ($1800), setas salteadas con yema de huevo ($1600), pescado a la donostiarra (unos $2300 por persona), pulpo a la parrilla ($5400). Es entrañable la sección “cocina de la abuela”, con pimientos de piquillo relleno de rabo ($1900), bacalao frito ($2100), unas albóndigas perfectas ($1750).
Hay más opciones, lo difícil es saber qué elegir. Para colmo, falta aún la estrella del restaurante, su as en la manga: el famoso txuletón vasco, insignia de una cultura y de un país: un bife de costilla proveniente de vacas viejas (en su defecto, novillo pesado), de animales mucho más grandes de los que usan las parrillas argentinas. Madurado y cocido por pocos minutos sobre una cantidad absurda de brasas, sale muy rojo por dentro, en un punto que –aquí– no admite discusión. Vale $570 los 100 gramos; el bife sobrepasa el kilo, siempre para compartir. Gran carta de vinos, atención seria y profesional.
Con casi 15 años en el país, Sagardi sigue algo escondido en San Telmo, con una cocina sabrosa, de tradición y de calidad.
Sagardi queda en Humberto Primo 319. Teléfono: 11-4361-2538. Horarios de atención: todos los días de 12 a 16 y 20 a 24 (restaurante) y corrido de 12 a 24 (barra de pintxos). Instagram: @sagardiargentina.