Racing le ganó 2-1 a San Lorenzo, y sumó tres puntos imprescindibles para pelear los puestos que llevan a la Copa Libertadores 2018, en tanto que la derrota le restó chances a la visita de acortar diferencias con Boca.
Con presentes bien distintos llegaron al Cilindro el local y la visita. La Academia vivió la semana más ajetreada desde que Cocca retornó al banco, incluso más que los siete días posteriores a la caída en el clásico ante Independiente. El técnico volvió a meter mano, pero esta vez desplazó a uno de los pesos pesados del plantel: Orion. El ex Boca le dejó su lugar al debutante Musso, pero no hubo línea en la que no hubiera modificación.
El Ciclón también presentó muchas variantes, aunque todos fueron regresos de jugadores titulares: Ortigoza, Belluschi, Díaz, Angeleri y Merlini. Y en ningún caso, los desplazados por Aguirre lo fueron por bajo rendimiento. Al contrario, San Lorenzo dio vuelta el semestre. Empezó goleado en Brasil ante Flamengo y terminó ganando el grupo de la muerte de la Copa Libertadores. Y su entrenador pasó de estar a la puerta de irse a negociar su continuidad por un año más, e inclusive a estar en la consideración para reemplazar a Tábarez en la Selección de Uruguay.
Realidades tan diferentes se plasmaron en los primeros minutos, porque San Lorenzo lució más armonioso y, buscando por las bandas, obligó a dos excelentes tapadas del uno local. Primero ante un remate de zurda de Cerutti y,más espectacularmente, ante un envío a quemarropa de Belluschi. La Academia equilibró el trámite al promediar la etapa y respondió con acciones de Cuadra, Rosales y López, que acrecentaron la confianza del local, que al final de la etapa pasó a jugar con uno más, después de que Rojas bajara de atrás a Rosales.
Apenas empezado el complemento, Racing se puso 1-0, cuando Rosales punteó un centro que había peleado López en el área chica. San Lorenzo fue por el empate, y lo consiguió rápido, cuando Blandi definió entre las piernas de Musso. Ese gol golpeó a la Academia, que llegó a la victoria con un zurdazo de Acuña, después de reponerse a diez minutos jugados a todo nervio.