Se realizó la segunda audiencia de juicio en la causa contra John Hartwell Cocke Johnston (70), por homicidio agravado por la relación de pareja preexistente y por el género en grado de tentativa; y contra María Eugenia González Henríquez (56), como partícipe necesaria del delito de homicidio en grado de tentativa.
Se proyectó el video de la Cámara Gesell de la única testiga presencial de los hechos denunciados, la hija de 10 años de la denunciante. En tanto que a su madre, por motivos que se desconocen, no la dejaron entrar para conocer la declaración de la niña.
Laura Valdez es la denunciante de Johnston y González Henríquez. La hija que tiene en común con el empresario vio lo que pasó en el hotel El Castillo de San Lorenzo el 26 de febrero del 2020.
La proyección del video de Cámara Gesell estaba prevista para el miércoles. Sin embargo se suspendió porque no se escuchaba el audio. Antes de esto, la jueza María Gabriela González había dispuesto que el público y la prensa, y cualquier persona "extraña" a la niña, desalojara la sala.
"Me pusieron en calidad de extraña para la niña", manifestó Valdez a Salta/12. Explicó que llegó puntual a la audiencia. Sin embargo, este jueves cuando quiso ingresar a la sala de juicio, la policía femenina encargada de la seguridad no se lo permitió. “Me dijo que no podía ingresar por cuestiones de rigor”, sostuvo la denunciante. Sin embargo, la funcionaria no le explicó ni la notificó de ninguna disposición de la jueza para impedirle el ingreso. Además Valdez aseguró que la policía le indicó que aún no había llegado la magistrada.
Valdez señaló que no fue notificada, que le ocultaron información respecto al comienzo de la audiencia y expresó que “lo que hicieron fue vulnerar derechos”. Dijo que quiere conocer por escrito por qué le impidieron entrar y conocer la declaración de su hija, que es el elemento clave de este juicio.
El abogado que representa a Valdez, Pedro Arancibia, no respondió a las preguntas de Salta/12, y tampoco le explicó a su representada por qué no pudo ingresar. Se consultó también con el Poder Judicial si había una disposición para negarle a la madre ver el CCTV pero desconocían que hubiera alguna medida. De igual forma, dijeron que efectuarían la consulta.
"Mi gran interrogante es quien dispuso que yo no podía entrar, bajo qué excusa. Era la declaración de mi hija, y por qué me prohibieron a mí que soy su madre que esté presente. Me lo impidieron a mí como víctima", manifestó Valdez. Explicó que ella desconoce el contenido del CCTV porque cuando dejó un pendrive en el Poder Judicial para que le pasaran el video, le aportaron uno sin audio, en el que solo se ven 2 minutos y 41 segundos.
Valdez explicó que para ella, como madre de la niña, ambas afectadas en este proceso, era importante conocer la declaración en Cámara Gesell porque evitó pedirle detalles a su hija respecto a lo que pasaron aquel 26 de febrero, ya que hubo momentos en que ella perdió de vista a la nena mientras era agredida por su expareja. Dijo que no quiso seguir hablando con la niña de esa situación para no revictimizarla al recordar hechos traumáticos. Valdez indicó que consiguió asistencia de una psicóloga con perspectiva de género para la niña y para ella, pero la profesional no fue citada a declarar como testiga en la causa.
Laura Valdez dijo que pudo entrar a la sala cuando terminaron de proyectar el CCTV. Allí se enteró que la audiencia había empezado sin que la notificaran para que ingrese, nitampoco los motivos por los cuales no podía entrar. "Estaban los abogados de él, la asesora de incapaces, mi abogado, la fiscal y una periodista que sacaba fotos" y la jueza. A Valdez también le llamó la atención que hubiera una periodista presente cuando se había dispuesto el día anterior el desalojo de prensa y público.
La denunciante manifestó que en el juicio está presente la asesora de incapaces, Carina Quinteros, quien interviene por la niña desde hace 12 años cuando radicó la primera denuncia por violencia de género y familiar contra el progenitor. Afirmó que la funcionaria "nunca actuó para proteger" los derechos de la nena.
En la segunda audiencia también declararon testigos. La primera testiga fue una policía que llegó en el móvil al hotel. En total, esa noche, en un lapso de alrededor de 20 minutos, el sistema de emergencia recibió tres llamadas de la coimputada, una llamada de la denunciante y otra de su hermana.
El Poder Judicial informó que la policía refirió que arribaron al lugar en el único móvil que había en ese momento en la jurisdicción. Para evitar que siguieran los roces entre ambas partes, trasladaron a la víctima y a su hija a la comisaría en el vehículo policial y el dueño del hotel dijo que se desplazaría en su auto particular porque pensaba radicar denuncias por daños. Al llegar a la sede, no había oficial de servicio para tomarle la denuncia a Valdez. Indicó además que Johnston no concurrió a la comisaría.
Con respecto a la escena que observó al llegar al hotel, la policía que indicó que la denunciante estaba "parada, muy alterada, gritando y que la niña lloraba". Dijo que la denunciante estaba en el frente de El Castillo con la niña y lxs dos imputadxs estaban adentro. Su compañero se fue a hablar con ellos mientras ella intentaba tranquilizar a la víctima. Sostuvo que Valdez en ese momento le contó que era la expareja de Johnston, que tenían una hija en común, que habían discutido y que él se puso agresivo y había intentado ahorcarla. La testigo dijo que, al comentarle esto, la mujer le mostró el cuello.
Además la policía manifestó no haber observado lesiones en la niña a simple vista, pero sí la notó asustada. Indicó que en estos casos, por protocolo, se llama a una ambulancia. El jefe de guardia se hizo cargo de hacerlo porque la denunciante manifestaba estar lesionada.
Entre los testigos que comparecieron hubo un oficial de la División Homicidios de la Policía que entrevistó a la denunciante y realizó un informe sobre las llamadas al 911 y las filmaciones de las cámaras de seguridad que poseía el hotel. Las imágenes y audios fueron presentados durante la audiencia.
El Poder Judicial informó que las filmaciones registran la llegada de la denunciante y de su hija al hotel a las 22.58. Luego se observa el momento en que se encuentran con Johnston en el sector del restaurante. Él se retira de ese salón y se dirige a la recepción mientras la denunciante lo sigue, hablando y moviendo el brazo en actitud recriminatoria.
En un momento, la denunciante toma una silla y Johnston la empuja hacia afuera, ayudado por la coimputada, que lo apuntala desde atrás. González Henríquez se había sumado en ese momento a la escena que se desarrollaba en la recepción. A partir de ese momento, los hechos suceden en el exterior, donde no hay cámaras de seguridad. Se puede apreciar que González Henríquez se queda sola en la recepción, observando a través de la puerta vidriada. En un momento la abre, pero desiste de salir. En referencia a esta secuencia, el perito señaló que no se visualizan agresiones de la imputada hacia la niña.
En la filmación se alcanza ver una piedra que ingresa a la sala rompiendo el vidrio de la puerta. Desde el mostrador, González Henríquez realiza las tres llamadas al 911. En la primera manifiesta que hay una mujer en El Castillo, peleando y haciendo un escándalo. Luego insiste advirtiendo que la mujer tiene una piedra y, en la tercera llamada, avisa que un móvil pasó por el lugar sin detenerse y que la mujer ya está tirando piedras.
Simultáneamente con la segunda llamada realizada por González Henríquez a las 23.09, el 911 recibe una llamada de la víctima quien "llora y grita" diciendo que la quieren matar a ella y a su hija. Avisa que está en El Castillo de San Lorenzo e insiste con que “están golpeando” a su hija, que “una mujer la está ahorcando” y que su hija “está gritando”.
La quinta llamada registrada en el Sistema de Emergencia ingresa a las 23.23 y es de la hermana de la víctima quien comunica que su sobrina acababa de llamarla pidiendo auxilio, diciéndole que está en El Castillo de San Lorenzo y dijo que la niña le cortó y que no pudo comunicarse más con ella.
En el juicio interviene, por el Ministerio Público, la fiscal de la Unidad Especializada en Femicidios, Mónica Poma. La defensa de los dos imputados está en manos de José Fernando Teseyra. En la querella y actoría civil interviene Pedro Arancibia.