Seis mil militares marcharon ayer veinte cuadras por avenida del Libertador en la conmemoración del 207 aniversario de la Revolución de Mayo, que incluyó vuelos de aviones de la Armada y la Fuerza Aérea. “Este tipo de eventos ha llegado para quedarse. Tiene que ser una buena costumbre para el pueblo que fuerzas armadas y de seguridad desfilen y haya espectáculos con bandas militares, en el camino que el presidente nos marcó de unir a los argentinos”, explicó el ministro de Defensa, Julio Martínez, que encabezó el acto junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña, mientras Mauricio Macri jugaba el ping pong en un bar de Villa Crespo. La nota de color no la aportaron esta vez ex carapintadas sino la apologista del genocidio Cecilia Pando, quien reclamó la liberación de Guillermo Nani, procesado con prisión preventiva por delitos de lesa humanidad en Mar del Plata durante la última dictadura y uno de los protagonistas del anterior desfile militar de la gestión Cambiemos, el 9 de Julio del año pasado.
La jornada comenzó con uniformados entonando canciones del español Enrique Iglesias con bombos, trombones y platillos. A las 11.30 la banda del Regimiento de Patricios se preparó para marcar el paso y un general subido a un jeep le pidió autorización al ministro para arrancar el desfile. Las mayores atracciones fueron francotiradores camuflados con pasto cayendo de sus cabezas, militares disfrazados con trajes de buzos o vestidos de naranja como si estuvieran en la Antártida. Unos y otros caminaron dos kilómetros previamente vallados y fueron seguidos por personas sentadas en el cordón de la vereda, sobre contenedores de basura o bien desde los señoriales balcones de la Avenida Libertador. Los militares repartieron gorritos de la Armada y banderas argentinas.
Cerca del mediodía entraron en escena los gigantes Hércules, los Pucará y los Skyhawk que se usaron en Malvinas. En total hubo 16 aviones, no veinte como estaba previsto porque más despegues habrían provocado un caos en el aeropuerto, explicaron los organizadores. Los aviones militares habían desfilado por última vez sobre Buenos Aires en 2010, en los actos por el bicentenario de la patria en la avenida 9 de Julio. Cerraron el desfile los granaderos y antes unos cincuenta veteranos de Malvinas: algunos de traje, otros con uniformes de combate, varios con sus hijos y nietos de la mano.
El acto en el Campo de Polo comenzó con el himno nacional cantado por Cecilia Milone. En los accesos al predio, militares y miembros de la Fundación Cáritas recibieron donaciones de alimentos no perecederos para entregar a los afectados por inundaciones. Del show musical participaron un millar de militares de Bolivia, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Marruecos, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otros países.
El ministro de Defensa valoró como “un éxito” de su gestión el retorno de los desfiles de uniformados porque “las fuerzas armadas estuvieron quince años sin desfilar”. “Queremos que desfilen, que tengan contacto con la sociedad, porque están al servicio de la democracia y de las instituciones, no del gobierno”, dijo. Marcos Peña, que junto a Martínez se sumó al acto a las 14.30 en el Campo de Polo, dijo que sintió “mucha emoción por una fecha patria donde se ve a la gente disfrutar del desfile y el show de bandas que se va convirtiendo en un nuevo ritual cultural”
Pando dijo “presente” junto a un puñado de integrantes de la “Asociación Civil Justicia y Concordia”, que pelean por liberar a represores condenados por crímenes de lesa humanidad. “Veterano de Malvinas, no puede desfilar por estar preso por defender la democracia”, decía el cartel con la foto de Nani, detenido en Mar del Plata y procesado por delitos de lesa humanidad luego de guardar prudente silencio durante la declaración indagatoria.