El largo año de celebraciones por el centenario del nacimiento de Astor Piazzolla termina con un gran concierto en el Luna Park. Después de cientos de manifestaciones que a lo largo de todo el 2021 recordaron, en Argentina y el mundo, a uno de los compositores más trascendentes del siglo XX, el recuerdo de Piazzolla se concentrará en un lugar emblemático para su historia, que es además un punto neurálgico de esa ciudad que, a pesar de todo, todavía se parece a su música. Este domingo a las 20, el estadio de Corrientes y Bouchard será el escenario por el que pasarán Escalandrum, con las voces de Elena Roger y Raúl Lavie, el Quinteto Revolucionario, con Jairo y Julia Zenko, y la Orquesta Piazzolla 100, un organismo sinfónico dirigido por Gustavo Fontana, con Pablo Agri y Horacio Romo. En el final, en el mismo escenario en el que en noviembre de 1969, sin ganar el Festival Iberoamericano de la Danza y la Canción alcanzó la notoriedad definitiva, se volverá a escuchar “Balada para un loco”, por Amelita Baltar, su intérprete original.

Piazzolla y el jazz

“En un principio tenía la idea de hacer una gran maratón piazzolliana de cuatro o cinco horas, con muchos grupos de distintas generaciones, porque esa me parecía la manera de resumir lo que sucedió en este año de celebraciones. Pero después tuvimos que acotar el espectáculo a una duración de dos horas y entonces pensé evocar a mi abuelo a partir de sus influencias más importantes: el tango, el jazz y la música clásica”, dice a Página/12 Pipi Piazzolla, nieto de Astor, líder de Escalandrum y curador del concierto.

Escalandrum

“Pensé en invitar a artistas que hayan trabajado con mi abuelo, como Jairo o Lavié, y por supuesto en músicos que conozcan bien ese lenguaje, que sean los mejores a la hora de hacer su música de Astor. El quinteto fue la formación emblemática de Piazzolla, entonces tenía que estar el Quinteto Revolucionario. El repertorio clásico queda a cargo de una orquesta sinfónica que tiene a Pablo Agri como concertino y Romo como bandoneón solista y Escalandrum completa la pata del jazz, un género con el que mi abuelo tuvo una relación entrañable, en su formación y en su proyección como músico. Él en Europa tocaba en los festivales de jazz”, describe el baterista.

Lalo Mir será el anfitrión de una noche que comenzará con esta conexión entre el jazz y Piazzolla, a través de Escalandrum. “Primavera porteña”, “Oblivion”, en la voz de Elena Roger, y “La bicicleta blanca”, con Lavié, serán algunas de las obras que ofrecerá el sexteto que completan Nicolás Guerschberg Damián Fogiel, Gustavo Musso, Martín Pantyrer y Mariano Sívori. El Quinteto Revolucionario interpretará temas como “Milonga del Angel” y “Muerte del Angel”, además de “Yo soy María”, por Julia Zenko, y “Milonga del Trovador”, por Jairo. El grupo integrado por Esteban Falavella, Cristian Zárate, Lautaro Greco, Sergio Rivas y Sebastián Prusak estará también con Amelita Baltar en el gran final, después de que la Orquesta Piazzolla 100, con Romo como solista, interprete el Concierto Aconcagua.

La música que siempre es futuro

Para Pipi Piazzolla, la música de su abuelo mantiene la frescura de su tiempo y esta serie de conciertos con los que se celebró su centenario confirmaron su vigencia. “En una música que sigue siendo moderna. Es, sin dudas, la música del futuro”, asegura el baterista. “Astor compuso alrededor de 2500 temas de los que se conocen poco más del diez por ciento. Todavía hay mucho por descubrir”, advierte.

-- ¿Cómo se escuchó a Astor, en estos 100 años de su nacimiento?

-- En este último año se hicieron muchas cosas y muy diversas. Yo me ocupé de la curaduría de algunas, pero fue una parte ínfima respecto a lo que sucedió en el país y en el mundo. En distintas ciudades había cada noche un show con música de Piazzolla, en cualquiera de sus formatos. Yo estoy muy contento de haber podido hacer ciclo en los que se repasó su trayectoria y no solo proponer la música del quinteto o algunas obras para orquesta. Pudimos hacer la música del Octeto, del Conjunto 9, de la orquesta típica del ‘46. Mucho repertorio que en algún momento mi abuelo quemó, fue transcripto y se pudo tocar de nuevo. Así se reflotó mucha música que ya no se tocaba y pudimos mostrar la diversidad de cada época. La pandemia nos limitó bastante, porque la idea era hacer escuchar más de esa música poco conocida, como la que escribió para cine, por ejemplo. Queríamos hacer un ciclo con la orquesta tocando en vivo la música sobre la película, pero no se pudo.

-- ¿Cómo está el archivo de las obras de Piazzolla?

-- Gracias a este centenario pudimos transcribir muchas cosas que no habían sido editadas. De lo editado, la música de Piazzolla está desperdigada en sellos de acá en Europa y Estados Unidos. Es complejo, pero la música está.

-- ¿Notás que cambió en el tiempo la manera de tocar la música de Piazzolla?

-- No creo. Mi abuelo grabó casi todo lo que escribió y la clave de su estilo está en los discos, más que en las partituras. Hay que escuchar ahí, donde dejó una gran cantidad de herramientas. Yo creo en el estilo Piazzolla y en el futuro de su música, que es infinito. No hay que evitar a Piazzolla por miedo a parecerse a Piazzolla. Si pensamos así, no podríamos tocar jazz por miedo a parecernos a Charlie Parker...

-- ¿Qué creés que aportó Escalandrum a la música de Piazzolla?

-- Creo que poner la música de Piazzolla cerca del jazz es completar una idea que está en los orígenes. La influencia del jazz en Astor es muy poderosa, si bien la sintetizó desde un lugar muy personal. Con Escalandrum hace 25 años que ensayamos todas las semanas, nos gusta la música de Piazzolla y queríamos tocarla desde nuestro lugar. Lo logramos y estamos felices. Creo que es un trabajo bien logrado. Lo dicen hasta los músicos que tocaron con mi abuelo, ¡que no te regalan nada!