Con más apremio en el marcador que en el trámite, River superó como visitante 1-0 a San Lorenzo y con ese resultado se subió a la cima de la zona 1 de la Copa de la Liga Profesional junto con Unión, a la espera de lo que suceda el domingo con Banfield, el líder hasta el comienzo de la quinta jornada. El defensor Paulo Díaz, con un soberbio cabezazo, marcó el único tanto del partido en el primer tiempo, un puñado minutos después de que Franco Armani le detuviera un penal a Uvita Fernández.
El encuentro tuvo un desarrollo entretenido, con marcadas diferencias entre lo que podía generar River y lo que intentaba San Lorenzo. Mientras el equipo de Gallardo lucía más conectado entre sus líneas y preocupaba a Torrico cada vez que profundizaba sus ataques, el conjunto de Troglio corría de atrás en casi todas las jugadas, tratando de neutralizar los intentos de su adversario. Fue así que entre el palo, primero ante una definición de Brian Romero y luego ante un remate de Enzo Fernández, y Torrico, con atajadas importantes ante Barco y Romero, evitaron que River se pusiera en ventaja.
Con mucho menos juego y llegadas, San Lorenzo también tuvo su chance después de una mano de González Pírez en el área que árbitro Espinoza sancionó como penal. Sin embargo, el remate fuerte al medio del arco de Uvita Fernández chocó contra la pierna de Armani para dejar el partido empatado. Para completar el mal momento azulgrana, Centurión discutió con Fernández porque pretendía patear él el penal.
Entonces River ya no perdonó. Tras un corner de Barco, Paulo Díaz aprovechó la ausencia de rivales a su alrededor para anotar el merecido gol de la victoria parcial con un soberbio cabezazo. La diferencia era justa por las distancias en el juego que había entre ambos equipos.
El dominio estratégico del juego no cambió mucho en la segunda parte, aunque River bajó su intensidad, ya no generó tantas ocasiones de riesgo como en el primer tiempo y permitió que San Lorenzo esbozara un atisbo de reacción. Pero la falta de variantes del equipo de Troglio le impidió molestar demasiado a Armani. Una de las pocas veces que lo hizo provocó la polémica de la tarde: tras un tiro libre al área, Blandi chocó con el arquero, que no pudo retener la pelota, y Zapata, sin marcas, anotaba la igualdad. Sin embargo, Espinoza interpretó correctamente que el delantero había cargado a Armani y anuló la maniobra.
Así se fue el clásico, que dejó en claro el presente de uno y otro. El vigente campeón, más allá de su falta de puntería que puso en riesgo su victoria, mostró su poderío y se llevó un claro triunfo que lo llevó a la cima de su grupo sobre un rival en formación, que exhibió todas las limitaciones que le impidieron ganar en lo que va del torneo y que, para colmo, ya despiertan el malestar de sus hinchas.