Dos niños, uno de 10 y otro de 11 años, fueron alcanzados disparos de arma de fuego cuando dos personas en moto balearon el frente del domicilio donde se hallaban. La casa atacada está ubicada el pasaje Rivera Indarte 3725, una calle que une Constitución con Castellanos entre 3 de Febrero y 9 de Julio. Los chicos son amigos y quedaron en la línea de fuego mientras jugaban en la noche del viernes. Al más chico, una bala se le incrustó en la mandíbula y desde el Hospital de Niños Víctor J. Vilela indicaron que evolucionaba favorablemente. El otro, afortunadamente, solo sufrió un roce de bala.
Algunos testigos relataron que una moto 110 centímetros cúbicos, alrededor de las 20.30 ingresó al pasaje, para frenar a la altura del 3725, tras lo cual uno de los ocupantes disparó contra la puerta. Al menos cinco proyectiles atravesaron el interior y uno impactó en el maxilar derecho de Nicanor, el nene de 10 años que vive en ese domicilio, y que asiste al quinto grado dela Escuela Gurruchaga. Varios de los impactos quedaron alrededor del monitor de una computadora donde los amigos jugaban un videojuego.
De inmediato lo llevaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde determinaron que el proyectil había quedado alojado en el maxilar. Horas después, ya trasladado al Vilela, la directora Viviana Esquivel indicó que el niño ingresó lúcido y hemodinámicamente estable. “Tiene el proyectil alojado en la fosa pterigomaxilar, sin compromiso de otras estructuras. Está en tratamiento con antibióticos y analgésicos”, dijo la médica. Los cirujanos evaluaban la posibilidad de extraerle el proyectil en las próximas horas.
Por su parte, el otro chico, vecino del domicilio atacado, sufrió un roce en la zona lumbar y fue atendido en el Sanatorio de la Mujer, confiaron fuentes del caso.
Sobre la investigación, desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) dijeron que hay medidas en curso en reserva para identificar a los agresores por parte de la Unidad de Homicidios y de Flagrancia.
Ayer, la vecinal Esteban Laureano Maradona hizo público un comunicado para expresar su conmoción. “Hoy las familias que vivimos en Rosario, una ciudad cada día más violenta, estamos en riesgo. Pero no nos resignamos a vivir con miedo. Por eso pedimos a las autoridades de todos los niveles que tomen las decisiones que hagan falta para protegernos”, afirmaron.