Miguel Samper fue viceministro de Justicia y primer director de la Agencia Nacional de Tierras durante el gobierno de Juan Manuel Santos en Colombia. Ahora busca dar el gran salto a la política para convertirse en senador por la Coalición Centro Histórico, una alianza progresista que rechaza a los candidatos neoliberales que siguen el camino trazado por Álvaro Uribe, pero tampoco se encuadra con Gustavo Petro y su Pacto Histórico. "No es una decisión fácil, especialmente viendo todos los ataques que provenían de los detractores políticos de mi señor padre (Ernesto Samper, expresidente de Colombia), pero sin embargo creo que el Congreso de la República es una oportunidad muy valiosa que tenemos todos los colombianos para lograr las transformaciones que se necesitan en temas de tierras, justicia y medio ambiente", destaca el joven candidato en diálogo con Página/12.

El próximo domingo Colombia irá por primera vez a las urnas para elegir a las elecciones legislativas, y volverá a hacerlo para elegir nuevo presidente el 29 de mayo. Ante el "desgobierno completo" de Iván Duque fue que Samper, abogado recibido en la Universidad Javeriana de Bogotá, tomó la decisión de salir a recorrer las ciudades del país, "incluso limpiando algunos vidrios de los carros o vendiendo chicles en los semáforos para ver lo que sentía y vivía un desplazado por tan solo un día, un desplazado de su tierra que llega a la ciudad y que tiene que ganarse el pan así".

- ¿Cómo está encarando estos últimos días de campaña y cuáles son sus expectativas de cara al domingo?

- Nosotros estamos encarando este último tramo al igual que hemos hecho durante los últimos tres meses, armando redes de amigos porque aquí en Colombia tristemente los candidatos al Congreso inyectan muchísimos recursos en comprar conciencias, en comprar los votos. Por ejemplo en Sincelejo, que es la capital del departamento de Sucre, están ofreciendo por el voto que ellos denominan el "voto culto", el voto universitario, 600 mil pesos. Le están metiendo a esta campaña política ríos de dinero y nosotros, pues la única forma que tenemos y que conocemos para contrarrestar eso es precisamente ir ampliando el círculo de amigos cada vez más. Y hacer una estrategia audaz de redes sociales.

- ¿Qué le aporta la Coalición Centro Esperanza al electorado colombiano frente a las distintas opciones de izquierda y derecha?

- Pues yo me terminé vinculando a la Coalición Centro Esperanza por dos motivos principalmente. El primero porque dentro de esta coalición los precandidatos presidenciales se comprometieron a defender mi tema principal, que es solucionar el problema de las tierras en Colombia, porque nosotros aquí tenemos una informalidad en la propiedad sobre la tierra que llega al 60 por ciento del campo colombiano y ha hecho que proliferen los cultivos de uso ilícito, los cultivos de coca. Eso es lo que ha hecho que aumente el desplazamiento forzado y ha sumido al campesinado colombiano en un atraso histórico. El segundo motivo es porque aquí estamos jugando con las mismas reglas en términos éticos, mientras en otros partidos otros candidatos están jugando mediante las reglas del básquet o del béisbol, que son otras reglas distintas a la hora de hacer política con maquinarias electorales. Ellos están jugando a ganar con trampas, mientras que nosotros aquí dentro de esta coalición estamos jugando a ganar con las ideas.

- En el caso de ser electo, ¿cuáles serían sus principales proyectos en el Congreso?

- Además del problema de las tierras, la segunda gran reforma que yo creo que se necesita con urgencia es la reforma a la justicia para modernizarla, para llevarla a la justicia digital, para agilizarla, para crear los jueces de tierras que este gobierno nefasto hundió y adicionalmente para nombrar más jueces y fiscales. La tercera gran reforma o ajuste que debemos hacer es en materia medioambiental. En Colombia se están talando 170 mil hectáreas al año de bosque y de selva. El gobierno de Iván Duque está mandando policía y ejército a las zonas deforestadas para tratar de capturar a los deforestadores, pero cuando llegan ya no hay ni un árbol para tratar de cuidar.

Miguel Samper en plena campaña junto a su padre Ernesto

- La necesidad de una reforma judicial, ¿no debería ir de la mano de una reforma policial? Sobre todo después de los abusos de fuerza vistos en las protestas del año pasado.

- Sí, completamente. La reforma a la justicia debe incorporar ese elemento, empezando por sacar a la policía del ministerio de Defensa Nacional, pues no tiene sentido que un cuerpo armado civil pertenezca a un sector que está llamado a garantizar la defensa de la soberanía nacional. Y lo del Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios) no hay que acabarlo, todos los países del mundo tienen esas fuerza. Lo que sí hay que hacer es una reforma sustancial para que todos y cada uno de los hombres y mujeres que componen esa fuerza antidisturbios tengan una capacitación y una sensibilización mucho más grande en materia de respeto de los derechos humanos.

- ¿Cómo califica en líneas generales al gobierno de Duque?

- Yo lo resumiría con la siguiente contrapregunta y es, ¿cuál gobierno? Y es que nosotros hemos visto acá en este país gobiernos buenos, gobiernos malos, gobiernos excelentes, gobiernos nefastos, pero aquí lo que se nota es que es un desgobierno completo. Los índices de inseguridad están disparados, las masacres volvieron a Colombia, los asesinatos de líderes sociales y excombatientes de las extintas FARC están por las nubes. Los precios de la comida son impagables en las calles de Colombia. La reforma tributaria más regresiva que hemos visto en los últimos años para ahogar a la clase media que a duras penas se mantuvo a flote después de la pandemia. El país no sólo tuvo un estancamiento, sino un retroceso de varios años en materia de equidad social.

- ¿En qué estado se encuentra el Acuerdo de Paz firmado en 2016?

- En un estancamiento total. La implementación del Acuerdo de Paz en estos momentos está como si no hubiera pasado nada en los últimos cuatro años. En materia de tierras no han hecho nada, en materia de reforma rural integral no han hecho nada, incluso hundieron el proyecto que pretendía crear los jueces agrarios. En materia también de la implementación de las medidas de reparación de víctimas no sólo no hicieron nada, sino que permitieron que se politizara completamente la entidad encargada de hacer efectiva esta reparación para todas las víctimas del conflicto armado: se la repartieron a los políticos. El nuevo Congreso va a tener la misión prioritaria de borrar esa clara intención de Iván Duque de acabar con la paz en Colombia.

- Usted representa a otra coalición pero, llegado el caso de que Gustavo Petro termine siendo elegido presidente como lo vaticinan las encuestas, ¿lo apoyaría?

- Yo creo que esto es un caso hipotético que lo veo poco probable porque yo estoy confiado y convencido que dentro de la Coalición de la Esperanza está el futuro presidente de Colombia. Sin embargo, en caso tal que el doctor Gustavo Petro llegue a ganar las elecciones, pues ahí tendríamos que sentarnos a conversar, a ver qué opina programáticamente hablando de la reforma de tierras, de la reforma de justicia y por supuesto, de la reforma al código de medio ambiente que hay que realizar.