Hola Vladimir, le mandé un whatsapp a tu secretaria pero como no domino mucho el idioma ruso no entendí bien si “vete al carajovsky” significa que recibieron con gusto mi mensaje u otra cosa. Te cuento que tengo un “Marxikiosco”. Sí, un kiosco marxista, adivinaste. Es un emprendimiento familiar que iniciaron mi padre y mi tío en una de las recordadas “Ferifiestas” del PC en los ochenta.
En nuestro marxikiosco vendemos, lo imaginarás, golosinas socialistas. Por ejemplo, tenemos chupetines “Pico Bolche”, alfajores “Troskyto”, alfajores “Habana”, alfajores “FantoCHE”, el “alfachov” que es un alfajor con la cara de Gorbachov. También tenemos CUBA-nitos de crema rusa, Del Cañoncitos con Bolche de leche, caramelos marca Stalin, corazoncitos Lenins, chocolates TOFIdel, galletitas zurditas, bombones de BonaFIDEL, Che-cles…y muchas golosinas que a vos te encantarían y que si las llevamos al mercado ruso promocionadas por Natalia Oreiro, seguro la rompemos. Lo que pedimos es tu autorización para vender nuestro nuevo invento: el “ChuPutin”. Es decir, un chupetín con tu cara. No sé si te gusta la idea y nos vas a autorizar o por el contrario ya estás indicándole a tu secretaria que nos envíe un misil por Mercado Libre.
Pero por supuesto que no es éste el único motivo de mi carta. Y aquí quiero ser categórico. Mis abuelos vinieron desde muy lejos, desde tus tierras hasta mi país escapados del hambre y la guerra y me duele lo que está pasando. No ignoro la invasión rusa a Ucrania, ni a las víctimas de esta y de todas las guerras. Y estoy de acuerdo con Lula cuando dijo que la única guerra que había que apoyar es la guerra contra el hambre. Me pongo en la piel del pueblo ucraniano y me pongo a llorar. Me pongo en la piel del pueblo ruso de donde descendieron mis abuelos y también me pongo a llorar.
Comprendo tus motivos, pero acá te lo pido como futbolero, Vladimir. Cortala de una vez con esta guerra de mierda porque si se llega a suspender el Mundial 2022 en Qatar por este ataque de misiles que te agarró, te juro que me pongo a fabricar cientos de chupetines con tu cara y los hago pisar por un camión. Estás advertido. El Mundial no se toca.