"Que la paguen quienes la fugaron" es la consigna que encabeza el documento del colectivo Ni Una Menos, ese que hizo estallar las calles de todo el país el 3 de junio de 2015 tras el femicidio de Chiara Páez en Santa Fe y cuya resonancia llegó al mundo entero, fundando una nueva manera de manifestar la potencia feminista y de agrupar en uno el grito de hartazgo por las desigualdades y violencias de género.
Hoy, el primer 8 de marzo después de dos años de pandemia, la deuda es el eje principal de las demandas. "Hemos trabajado mucho para producir la jornada de hoy. El feminismo se vuelve a organizar de manera transversal, poniendo la agenda de cuáles son las deudas pensadas desde la vida cotidiana de las mujeres, lesbianas, travestis y trans. Qué es lo que se nos debe es una pregunta que debe contestarse de manera interseccional", dice Lucy Cavallero, participante de la asamblea 8M por parte del colectivo Ni Una Menos.
Hace siete años, la voz colectiva fue clave para articular entre organizaciones barriales, agrupaciones, sindicatos, personas que querían manifestarse y no sabían bien cómo, y dio lugar a una gran fuerza política que encontró en la movilización su aliada estratégica para pelear espacios y llevar sus luchas. Así llegó el aborto a ser ley y las huelgas feministas le hicieron frente al gobierno de Macri, y las luchas fueron tomando cuerpo propio y ganándole terreno al lenguaje: por la justicia social, por una reforma judicial que deje en lo peor de la historia los fallos misóginos y transodiantes, una lucha por las que se fueron, por los hijos e hijas de quienes ya no están por el solo hecho de ser mujeres, de ser lesbianas, de ser pobres. Hoy, el día de la mujer trabajadora que evoca a las obreras textiles norteamericanas, celebra también que toda esa marea va a volver a encontrarse.
Pandemia y post pandemia
Son muchísimas las razones para marchar con más fuerza que nunca, con la rabia en la boca por la violación grupal en Palermo (y las resonancias de los medios de comunicación sin ninguna perspectiva de género que ejercen impunemente la violencia del discurso mediático que juzga a la víctima por un punto más de rating), los hombros detonados por los años de pandemia que sobrecargaron las tareas de cuidado hasta hacerlas visibles de un modo irreversible, el eje de las demandas incluye la visibilización del aparato productivo que ponen en marcha las mujeres desde sus casas. También quienes hacen trabajos territoriales que incluyen cuidar a las personas más frágiles pero sobre todo poniendo de relieve que quienes más precarización sufren son pobres, migrantes, marrones, negras, indígenas; porque la feminización de la pobreza llegó para quedarse y apuntala el grito contra la deuda que tomó el gobierno neoliberal con el FMI.
Para Mónica Macha, diputada nacional por el Frente de Todos, es importante movilizarse hoy porque se abre un ámbito de construcción de territorio, de posibilidad de dar cuenta de las nuevas demandas y de las que ya existen. "Creo que si bien contamos con un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad y además la perspectiva de género hoy es una dimensión incluida en muchas de las políticas públicas de otros ministerios, es un paso fundamental pero no alcanza. Para poder llegar a erradicar la violencia por motivos de género necesitamos también una sociedad que problematice esa construcción cultural y social para poder transformarla".
Para la diputada Laura Velasco, legisladora porteña y referenta feminista, es urgente poner en agenda una estrategia del Estado en relación a las tareas de cuidado y el repudio a la violencia machista que se expresa en los femicidios y también en las violaciones a las más jóvenes, como sucedió hace pocos días en Palermo. "Vamos a estar en las calles diciendo que queremos un Estado que nos acompañe cada vez más con presupuesto en la Nación y en la Ciudad de Buenos Aires. Decimos "la deuda es con nosotras" porque esta diferencia económica que tenemos las mujeres en la sociedad nos hace las más entre las pobres, las que cobramos menor salario por igual trabajo".
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Ni Una Menos: la deuda es con las mujeres y disidencias
Para Marina Joski, secretaria nacional de mujeres y diversidad de la Utep (Unión de trabajadores y trabajadoras de la economía popular) y coordinadora nacional del movimiento popular La dignidad, la deuda financiera también determina las demás deudas, que son deudas profundas de un sistema y de un modo patriarcal que somete a la pobreza. "La única forma de salir de esta forma de endeudamiento permanente es ver cómo se reparte la riqueza. La expectativa para hoy es recuperar las calles, el movimiento feminista y de la economía popular hemos sido puntapié inicial en la resistencia contra el macrismo: el primer paro de mujeres, la ley de emergencia social que instauró el reconocimiento de los y las trabajadoras de la economía popular... Que la deuda es cono nosotras es claro: el reconocimiento de las tareas de cuidado es uno de los pilares de la violencia patriarcal, pero también es clave el reconocimiento de las trabajadoras populares, el procesamiento de los responsables del endeudamiento. Hacer justicia significa una reforma judicial feminista: porque el feminismo popular impulsa democracia, amorosidad, igualdad en el tratamiento de los problemas.
La consigna "Que la paguen quienes la fugaron" implica pedir por un impuesto permanente a la riqueza y un sistema donde los poderosas paguen lo que corresponde y no sean siempre los de abajo, pero también la igualdad de condiciones de trabajo: igual trabajo, igual salario. "Y el reconocimiento de las trabajadoras socio-comunitarias, promotoras de salud y promotoras educativas. Las compañeras que sostienen merenderos, comedores, porque producen riqueza y es una riqueza que no está reconocida, lo cual reproduce los sistema de violencia patriarcal".
Para Karina Nicoletta, trabajadora del subte y secretaria de Género AGTSyP y metrodelegada, hoy es una jornada profundamente simbólica que centra su energía en recuperar las calles. "Las mujeres y diversidades somos quienes estamos en condiciones de precarización, de imposibilidad de ingresar a un trabajo formal. Por una distribución feminista de la riqueza: la fortunas están en pocas manos y son manos de varones. Reconstruir la situación económica es dar respuestas a la situación de las mujeres, diversidades y colectivos lgtb en los barrios, que se han visto tan damnificadas en estos tiempos. Esperamos con mucha fuerza la jornada de hoy, creemos que va a ser una movilización histórica".
Respecto a las intervenciones, Nicoletta recuerda la Operación araña de 2018, que incluyó acciones en todas las líneas de subte por el Aborto Legal. "Fue muy importante y ha quedado en nuestras cabezas" dice. Hoy va a haber algunas puntuales en el camino previo a la marcha: "No se podrá hacer en las seis líneas por los cuidados propios de la pandemia, pero quedamos en intervenir la línea E saliendo desde Bolívar hasta la intersección con 9 de julio, para volantear y abrazar a todes quienes quieran acercarse y también marchar".
Higui, Tehuel y Nunca Más
La mención a Higui, lesbiana chonga y popular que se defendió de una violación grupal en 2016 a quien van a juzgar en pocos días y de quien se pide la absolución, y el pedido de aparición con vida de Tehuel, a un año de su desaparición cuando iba a buscar trabajo, se desprenden de las demandas que vienen tejiendo asambleas, plenarios, reuniones de organizaciones territoriales y sindicales. Marisa Fournier, investigadora docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento e integrante de la colectiva Conurbana, este fin de semana y la acción de ayer en la plaza de Moreno por el Día de la Visibilidad lésbica fueron muy movilizantes. "En relación a las violencias aparecieron dos cuestiones: el abuso sexual sobre las infancias y la exigencia de la aparición con vida de Tehuel. El abuso en grupo en Palermo tuvo un impacto diferencial en la opinión pública y nos apareció una fuerte sensibilidad para apostar a las infancias y a las masculinidades trans. Es el grito de Nunca Más pero con la fuerza de las Madres, de H.I.J.OS., de la lucha por los derechos humanos. Hablamos también de cómo el feminismo no abraza suficientemente el activismo lésbico, por eso nosotras decimos "no hay 8 sin 7". Organizamos muy fuerte la actividad de ayer y lo de hoy es acompañar lo que ya existe. Qué es ser feminista en el conurbano, qué es ser travesti en el conurbano, qué es ser torta en el conurbano. El énfasis en la dimensión territorial; porque para nosotras en cada rinconcito del conurbano bonaerense se sintetiza un pedacito de Latinoamérica, por los colores de piel, por las comidas, por los gustos y por la celebración de la diversidad".
Para Julia Rebeca Argibay (referente provincial Mujeres Evita PBA, las expectativas son muchísimas. Es un momento bisagra por la crisis económica, por la crisis con el Fondo y es fundamental que estén las voces feministas en todos estos acuerdos, expresa. "Vemos con mucha expectativa cuál es la impronta que vamos a tener por la reconstrucción que venimos haciendo desde los barrios, pero nos parece clave que las consignas y las voces de las compañeras sean voces políticas. Una de nuestras consignas fuertes es cuidar es luchar: la salida y el crecimiento que se espera que sea con el feminismo popular adentro. Faltan las cartoneras, las promotoras de género, quienes dejan a sus hijes al cuidado de otra mujer y eso es una manera de mostrar claramente a quienes no se les reconocen sus tareas y no están representadas en ninguna política".