La jueza María Gabriela González, de la Sala III del Tribunal de Juicio, culminó ayer la recepción de pruebas testimoniales en el juicio que se sigue contra el empresario John Johnston por intento de femicidio contra su ex pareja, y contra María Eugenia González Henríquez, ex esposa del acusado, imputada como partícipe necesaria.
Los alegatos se producirán el miércoles 9 y es posible que ese mismo día se dé a conocer el veredicto.
Ayer, luego de que los testimonios principales, declaró González Henríquez. De origen chileno, aclaró que está separada de Johnston desde hace 23 años y que solo mantienen una relación familiar por las hijas que tienen en común, y comercial, por la actividad gastronómica y hotelera que ambos desarrollan en el hotel El Castillo, en el municipio de San Lorenzo. Y aseguró que ambos son inocentes de los delitos que se les acusa.
Respecto a la denunciante, González Henríquez dijo que cada vez que la veía le decía que se retirara o llamaría a la policía. Describió que esta mujer fue varias veces al hotel con su hija, a "los gritos", con reclamos al empresario. Relató que una vez, cuando tenían un evento, llegó Valdez diciendo "que quería hablar con John", pero "yo ya había llamado a la policía", afirmó la declarante. Agregó que Valdez le dijo que no se iría porque su hija también "tenía derecho" y que le pertenecía lo que había allí, "decía que quería verlo a John", "Se volvía loca", afirmó. "No entiendo el ensañamiento que ha tenido con nosotros, nunca le hice nada", lamentó en algún momento.
González Henríquez dijo que Valdez "nunca vivió en El Castillo", con lo que contradijo su afirmación de que vivió allí cuando estuvo embarazada, hasta que nació su hija y luego se separó del empresario porque la golpeó y quiso tirar a su bebé desde los pisos de arriba.
Según relató González Henríquez, el 26 de febrero de 2020, el día de la agresión que se investiga en este juicio, estaban planificando viajar a Uruguay al día siguiente. Ella estaba preparando sandwiches en la cocina y Johnston estaba sentado comiendo algo y de repente "siento los gritos de esta señora, yo me asomo, la veo y digo qué hace esta señora acá, otra escena más. En ese momento veo que John se levanta de la mesa, le hace así con la mano (señas) como yéndose a la recepción. Yo salgo detrás, entro a la recepción y le digo 'te retirás ya o llamo a la policía, ¿por qué siempre tenés que exponer a tu hija a todo esto?'". Aseguró que tras responderle con un insulto, Valdez trató de darle un puñetazo.
González Henríquez aseguró que entonces Valdez quiso tomar una silla y "es cuando John la agarra, la nena estuvo permanentemente al lado de su madre". "Ella estaba sacada, diciéndole 'claro, vos comiendo, nosotras con frío y te viniste con los útiles, dame los útiles' (...) Entonces yo ayudo a John al sacarlo por la espalda (empujándolo desde atrás), le pongo la mano en la espalda, lo saco, cierro la puerta e inmediatamente llamo a la policía", relató.
La mujer dijo que llamó tres veces al 911 y una vez a la comisaría de San Lorenzo. Detalló que Valdez tiró cinco piedras ya que sabía que ella estaba pidiendo ayuda porque podía verla a través del vidrio. Aseguró que en ningún momento tuvo contacto con la niña, y que mientras la denunciante amenazaba a John con una piedra y le exigía que le diera los útiles que habían comprado esa tarde, él intentaba calmarla y le decía que ya se los entregaría, "que baje la piedra".
González Henríquez destacó asimismo que, cuando llegó la policía, "en ningún momento" Valdez dijo que "estaba ahorcada". Contó que al día siguiente, a las 8, fue a la comisaría a radicar la denuncia y que comunicó a la policía que estaba por viajar. “Nunca pensé que (la denunciante) haría lo que hizo. John siempre fue tranquilo. Siempre quiso que su hija tuviera lo que habían tenido sus otras dos hijas. Ella no puede decir que él no estuvo pendiente”, manifestó.
Últimos testimonios
También declaró en esta audiencia una testigo propuesta por la defensa. La mujer que trabaja desde hace veinte años en hotel El Castillo describió a la denunciante como “siempre muy agresiva, insultaba. La veíamos bajar del colectivo y corríamos a llamar a la policía”. Coincidió con el relato de su jefa respecto a que Valdez nunca vivió en El Castillo.
Finalmente, la psicóloga del Poder Judicial, Pastore, expuso su pericia sobre González Henríquez. Dijo que "se adapta al medio", "tiene una personalidad plástica". Como mecanismos de defensa sostuvo que puede apelar a la represión o intelectualización, es decir que puede reprimir conductas agresivas y discernir. También sostuvo que ante la tensión emocional "puede llegar a salirse de la norma". Aclaró "no es que ella sea agresiva (...) si la agreden puede llegar a ser agresiva también".
Un perito informático del CIF, que analizó el teléfono del acusado, confirmó que existía un mensaje de audio en el que la hija de 10 años le pregunta por unos útiles escolares que él se había llevado.
Según relató la denunciante y madre de la niña, ambas habían viajado el 26 de febrero de 2020 desde El Bordo a la Capital para hacer las compras de útiles escolares y se encontraron con Johnston, quien se había comprometido a pagar esa compra, pero luego el empresario se fue llevándose esos útiles, por lo que tras varios intentos frustrados, logró hablar con él y acordaron que iría a El Castillo a retirar esos útiles.
El perito informático dijo que el empresario tenía 9 llamadas perdidas del número de teléfono que manejaban madre e hija. Luego también expuso otro audio en que Johnston le contesta a su hija que le haría llegar los útiles, que lamentaba no poderla llevar a su casa y le dice que su madre era "muy inteligente" y encontraría la manera de que llegaran "bien" a su domicilio en El Bordo, a 48 kilómetros de la capital, y finaliza el audio con "Listo. Te quiero mucho".
La denunciante aseguró que una vez en El Castillo el empresario le reprochó que lo demandara por alimentos, acción por la cual le había llegado una notificación de una década de deudas con su hija. Del reclamo verbal pasó a golpearla e intentar asfixiarla. En ese momento del ataque a su madre, la niña tomó una fotografía en la que se ve al empresario encima de la mujer a quien ya tenía en el suelo. Esta foto es una de las principales pruebas que sirvieron a su acusación.