El proyecto para construir un sitio de memoria en Campo de Mayo, del que participaron docentes y estudiantes de Arquitectura de las universidades nacionales de Buenos Aires (UBA), Rosario (UNR) y San Martín (UNSAM), será presentado a fin de mes. El espacio ocupará dos parcelas, de un total de 50 metros por 350 de largo, que el Ministerio de Defensa cedió a la Secretaría de Derechos Humanos.
Para ello, el presidente Alberto Fernández debió derogar un decreto del gobierno anterior, que disponía la creación de una reserva ecológica en el área perteneciente a la guarnición militar ubicada en el partido bonaerense de San Miguel.
El 1 de marzo, en el discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el jefe de Estado ratificó el avance del proyecto. “Como siempre he dicho, mantenemos en lo más alto las políticas de Memoria, Verdad y Justicia”, afirmó Fernández.
La edificación conmemorativa es una iniciativa conjunta entre la Secretaría de Derechos Humanos –a través de la Dirección de Sitios y Espacios de Memoria–, el Archivo Nacional de la Memoria y el Ministerio de Obras Públicas, con el acompañamiento de los organismos de derechos humanos.
La propuesta definitiva tomó forma a partir de un taller que duró cuatro meses, con charlas que abordaron la temática del terrorismo de Estado y los antecedentes de otros espacios para la memoria en el mundo. También participaron organismos de derechos humanos y sobrevivientes y familiares de quienes estuvieron en “El Campito", como se conoce al centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo, por donde pasaron al menos cinco mil detenidos-desaparecidos.
"Muchos interlocutores fueron dando su opinión, lo que fue muy interesante, porque fue elaborado desde la construcción de consensos", planteó Lucas Gilardi, uno de los directores del proyecto, junto con Roberto Busnelli y Gustavo Dieguez, quienes además son docentes del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UNSAM.
Por su parte, Dieguez destacó que el plan “fue gestionado a partir de un procedimiento de pensamiento colectivo que nos permitió ir decantando las ideas a medida que iban pasando los días”.
Del taller participaron un total de 105 personas, entre docentes y estudiantes de Arquitectura de la UBA, la UNR y la UNSAM, quienes elaboraron 18 propuestas, de las cuales, cuatro fueron las finalistas que conformarán un diseño único, que está previsto que sea presentado antes del 24 de marzo.
Cuando se entregue la documentación se iniciará el proceso licitatorio, que demorará alrededor de seis meses– y una vez aprobado se dará comienzo a la construcción, que tendrá alrededor de un año de obra.
En diálogo con el Suplemento Universidad, los directores resaltaron que uno de los objetivos principales de la elaboración del diseño fue que las y los estudiantes se comprometieran en su desarrollo y coincidieron en que esperan que una parte del sitio pueda ser construida colectivamente para dar continuidad al carácter participativo de la obra. “Ha sido un intercambio muy fructífero. Fue ver a toda una generación hacerse cargo de un legado histórico que tiene que ver con producir este espacio", remarcó Busnelli.
Además, señalaron la importancia de "la oportunidad que tienen las universidades públicas de poder transferir el conocimiento al territorio para poder modificarlo y mejorarlo".
“Este proceso nos tiene a todos muy entusiasmados. Es una cuota de responsabilidad muy grande. Sin dudas ha sido un trabajo complejo y muy intenso. No sentimos más que orgullo”, subrayó Busnelli.