El Federalismo Fiscal es la rama de las finanzas públicas que se ocupa de cómo se distribuyen las responsabilidades del gasto y las facultades tributarias ente los distintos gobiernos que componen la Nación. En la Argentina, la diversidad de situaciones económicas y sociales entre las provincias fue siempre un escollo que no se terminó de solucionar a la hora de la definición de la política fiscal federal.
En los tiempos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, la puja era por el puerto de Buenos Aires, que se apropiaba de la renta aduanera en desmedro del Interior, causa real del conflicto de los unitarios y federales porteños contra los federales del resto del territorio. En ese contexto se dio el primer intento de coparticipación de la renta aduanera, presentado y defendido por el entonces gobernador de la Provincia de Corrientes, Pedro Ferré, quien propiciaba redistribuir entre los distritos dicha renta, lo que no se logró en esa época y tampoco en los años siguientes.
Actualmente, el problema sigue siendo el mismo. La Nación tiene la potestad sobre los tributos aduaneros pero también cobra el Impuesto a las Ganancias, que es un impuesto directo que debería ser aplicado por las subjurisdicciones nacionales. Asimismo, percibe los impuestos al consumo y a la actividad, es decir el IVA, Combustibles, Impuestos Internos y débito y crédito bancario, que representan todos ellos en torno al 85 por ciento de la recaudación impositiva total del país, siendo el 15 por ciento restante los impuestos propios de las provincias, esencialmente los ingresos brutos, principal recurso provincial, y los directos a la propiedad inmueble, a las patentes y a los sellos.
Finanzas bonaerenses
En la Provincia de Buenos Aires, la recaudación impositiva del 2021 fue de 791.479 millones de pesos, pero el Impuesto a los Ingresos Brutos, que es un gravamen indirecto y lo paga el consumidor final, alcanzó los 579.174 millones de pesos, el 73 por ciento de la recaudación propia total. En segundo lugar, el impuesto inmobiliario fue de solo 63.282 millones de pesos, equivalente al 8 por ciento del total.
Dentro del inmobiliario está el impuesto inmobiliario rural, lo cual llama la atención porque, tratándose de la tierra más rica del país no se justifica que ese tributo recaude tan poco. Aunque cabe recordar que ni bien asumió el gobernador Axel Kicillof y quiso actualizar los montos que pagaban los establecimientos agropecuarios, los representantes del sector llamaron a la desobediencia fiscal.
La provincia de Buenos Aires fue severamente castigada en la ley 23.548 de Coparticipación Federal de Impuestos, sancionada el 7 de enero de 1988, para limitar al gobernador Antonio Cafiero y con ello a sus posibilidades de ser electo Presidente. Afecta a esa provincia porque no tiene en cuenta sus niveles de exclusión, las necesidades básicas insatisfechas de su población ni su contribución al PIB nacional.
Desequilibrios
Con respecto a las responsabilidades del gasto, si bien es cierto que las provincias se endeudaron en divisas para financiar sus gastos y su déficit fiscal en los cuatro años de gestión de Cambiemos, fue la Administración Nacional la que contrajo una deuda en divisas por más de 100 mil millones de dólares, de los cuales se fugaron 86.200 millones de dólares y, a su vez, de esa masa crítica el equivalente a 45.400 millones de dólares se tomó con el FMI a pagar en tres años, condicionando severamente la política fiscal nacional.
Como no existe una estructura equilibrada en los ingresos entre la Nación y las provincias, éstas dependan de aquella, en particular en los casos de los distritos que cuentan con menos recursos propios. Con respecto al gasto, el condicionante de la deuda externa limita severamente la soberanía fiscal de la Nación, razón por la cual desde la Administración Nacional se propician proyectos como la explotación a cielo abierto de las minas de plata en los Departamentos de Gastre y Telsen, en Chubut, finalmente vetado por el gobierno provincial ante el reclamo de la población, o el proyecto de avanzar sobre la plataforma submarina para obtener gas por la empresa mayoritariamente estatal de Noruega “Equinor”, junto a Shell e YPF. O la intención de obtener divisas aumentando las exportaciones de productos primarios a China.
A la desigualdad fiscal entre la Nación y las Provincias y de las Provincias entre sí, se suma la encrucijada de la deuda y la explotación de los recursos naturales que le pertenecen a las Provincias, lo cual conforma el debate del federalismo fiscal en la actualidad.
*Licenciado en Economía, profesor de Política Económica y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).