Fue un partido histórico, inolvidable, atrapante, casi perfecto. Hasta la primera hora de juego, todo estaba bajo control del París Saint Germain que, con altísimos niveles individuales y un colosal Kylian Mbappe, le ganaba 1 a 0 al Real Madrid con un gol de contraataque del propio Mbappé a los 39 minutos de la etapa inicial y en pleno estadio Santiago Bernabeu y lo superaba en todos los aspectos técnicos, tácticos y emocionales.

Pero el fútbol es imprevisible y por eso tan incomparable. A los 16 minutos del segundo, el arquero italiano Gianluigi Donnaruma cometió un error clamoroso: perdió en su área una pelota que quiso salir jugando y Karim Benzema anotó un empate que nadie esperaba. A partir de allí, el Real se agigantó y el PSG se empequeñeció hasta límites impensados. Nadie pudo sostener más la pelota. Ni siquiera Lionel Messi, que jugando más como enganche que como delantero venía teniendo una muy buena noche. Nadie se sobrepuso a la equivocación del arquero. PSG se cayó en un pozo y ya no se pudo levantar. 

La defensa francesa, contagiada del nerviosismo de su atribulado arquero perdió las marcas, ya no pudo alejar la pelota de su área y dejó al equipo tambaleante y servido para que el Madrid le aplicara el golpe de gracia. Dos nuevos goles del portentoso Benzemá a los 31 y a los 33 minutos, le dieron la clasificación impensada a cuartos al equipo español y le provocaron al PSG una derrota por 3 a 1 y una eliminación que tendrá resonancias para los franceses desde lo deportivo y lo económico. 

El otro encuentro por los octavos de final de la Champions, fue un trámite. Manchester City y Sporting de Lisboa empataron 0 a 0. Pero como los ingleses habían goleado 5 a 0  en el partido de ida, pasaron casi caminando a los cuartos de final. La misma instancia a la que llegó el Real Madrid después de una noche épica en la que volvió a tirar sobre la cancha, su estirpe copera diferente. Esa que no tuvo el PSG.

 "No es un error porque es falta clara. He visto las imágenes entre 30 y 40 veces, con todas las cámaras. No es un error del portero, es falta" dijo el técnico Mauricio Pochettino tratando de salvar la reponsabilidad insalvable del arquero Donnaruma. "Los pequeños detalles cuentan y el VAR no ha visto una falta determinante. Es un factor que influyó en el ánimo de los dos equipos y del estadio. Teníamos el control del juego y las ocasiones" expresó Pochettino cuya continuidad quedará muy cuestionada después de esta dolorosa eliminación.