El Reino Unido impuso este jueves sanciones a siete empresarios rusos, entre ellos el dueño del Chelsea, Roman Abramovich, y suspendió la venta del club inglés, en respuesta la invasión rusa de Ucrania.
A Abramovich y los otros magnates se les congelarán todos sus activos en el Reino Unido -aproximadamente 20.000 millones de dólares, según la canciller británica Liz Truss- dijo el Gobierno británico por la "estrecha relación" que han mantenido con el régimen ruso "durante décadas".
"Esta relación ha incluido la obtención de un beneficio financiero o de otro beneficio material a través de Putin o del Gobierno de Rusia", explicó Londres en un comunicado sobre Abramovich, a quien se le prohibió la entrada al país.
Abramovich y el Chelsea
El multimillonario ruso compró el Chelsea en 2003 por una cantidad cercana a los 100 millones de euros y desde entonces lo ha convertido en uno de los equipos más destacados de Europa, con 18 títulos, incluyendo dos Champions League, certamen del cual es vigente campeón.
Tras el estallido de la guerra en Ucrania, Abramovich puso en venta el club londinense aunque ahora la misma quedó suspendida cuando había cerca de diez interesados. Y eso no es lo único: las sanciones no permitirán al Chelsea llenar su estadio (no puede vender entradas), ni vender o comprar jugadores, ni renovar a futbolistas como el alemán Antonio Rüdiger.
Prohibido vender
Así las cosas, el apuro que Abramovich tenía para deshacerse del club no era una exageración. El ruso había puesto como fecha límite el 15 de marzo por el temor a las sanciones, pero no le ha dado tiempo a encontrar un comprador adecuado.
Varios consorcios estadounidenses, dueños de equipos de la NFL, un multimillonario turco, un consorcio saudí y un promotor inmobiliario británico quedan ahora a la espera de que el Gobierno de un permiso especial al Chelsea para seguir adelante con la venta. Esto, por ahora, son solo rumores en la prensa inglesa, que apunta a que el Gobierno podría permitirlo por "el mejor interés" para el club.
En caso de que esto ocurriera, Abramovich no recibirá ningún beneficio por la venta del club, aunque el magnate ruso ya avisó que cualquier dinero que percibiese por ello iría destinado a las víctimas de la guerra de Ucrania.
¿Cómo sigue funcionando el club?
Por ahora, se le ha adjudicado al Chelsea una "licencia especial" para que pueda seguir operando en el día a día. De este modo podrá pagar los salarios a todos sus empleados, incluyendo jugadores y entrenadores.
También podrán dedicar 20.000 libras (23.800 euros) para cada partido que jueguen fuera de casa, en concepto de viaje y estancia. En los encuentros de casa, el límite de gasto se eleva hasta las 500.000 libras (595.000 euros) y los aficionados podrán adquirir comida y bebida en las dependencias del estadio.
Otro de los golpes a las finanzas del Chelsea llega en el estadio: no podrán vender entradas para partidos a partir de este 10 de marzo.
Esto tiene un impacto directo en el presupuesto porque, si ya de por sí Stamford Bridge es uno de los estadios de los grandes que menos recauda, por tener un aforo de solo 44.000 localidades, ahora solo los socios podrán acudir a los encuentros. Las cifras no son públicas, pero se calcula que el club tiene entre 28.000 y 30.000 socios. La tienda del club, en los aledaños de Stamford Bridge, queda cerrada de inmediato.
El Chelsea sí seguirá ingresando dinero por las retransmisiones televisivas de sus partidos, pero este irá a un fondo para continuar pagando los salarios de los empleados.
La palabra de Boris Johnson
El primer ministro Boris Johnson dijo que "no puede haber refugios seguros" para quienes han apoyado la invasión rusa de Ucrania: "Las sanciones de hoy son el último paso en el apoyo inquebrantable del Reino Unido a el pueblo ucraniano".
"Seremos despiadados al perseguir a quienes permiten la matanza de civiles, la destrucción de hospitales y la ocupación ilegal de aliados soberanos", agregó.
Por su parte, la canciller británica, Liz Truss, anunció que también fueron sancionados al exsocio comercial de Abramovich, Oleg Deripaska; el director general de la petrolera rusa Rosneft, Igor Sechin, y el jefe de la empresa estatal de gas rusa Gazprom, Alexei Miller.
Completan la lista los directivos del banco VTB, Andrei Kostin, la empresa de distribución de hidrocarburos Transneft, Nikolai Tokarev, y el Banco Rossiya, Dmitri Lebedev.
El Reino Unido ya ha sancionado a más de 200 de las personas, entidades y subsidiarias más importantes y valiosas de Rusia desde la invasión, y más de 500 de ellas ahora están incluidas en la lista de sanciones del Reino Unido.