La reunión de los ministros de Exteriores de Ucrania y Rusia, el encuentro de más alto nivel desde que empezó la invasión rusa hace dos semanas, se cerró sin avances para acordar treguas y corredores humanitarios. Luego de apenas dos horas, el canciller de Ucrania, Dmitro Kuleba, y el de Rusia, Serguei Lavrov, terminaron la reunión que mantuvieron este jueves en la ciudad turca de Antalya sin más acuerdo que el de mantener abierto el diálogo.
Kuleba dijo que Rusia parece determinada a continuar con su ofensiva, que tras dos semanas sigue avanzando y se aproxima a las puertas de Kiev, pero que pese a esto y a que la reunión fue difícil, Ucrania está lista para continuar las conversaciones "con este formato". Por su parte Lavrov negó que en el hospital infantil de Mariupol, que fue atacado el miércoles, hubiera pacientes y acusó "a los medios occidentales" de estar presentando únicamente "el punto de vista ucraniano".
Negociación estancada
Kuleba, que aseguró haber acudido a Turquía para negociar especialmente un pasillo para evacuar la ciudad de Mariupol, asediada por las tropas rusas, achacó el fracaso a que su interlocutor no tenía autoridad para asumir compromisos. "Hablamos de un alto el fuego de 24 horas para resolver los asuntos humanitarios más urgentes. No hemos hecho progresos porque, al parecer, en Rusia hay otras personas que deciden eso", dijo el ministro ucraniano.
Lavrov, por su parte, reiteró las condiciones para frenar la guerra: la desmilitarización y la llamada desnazificación de Ucrania. El canciller ruso dijo que su país estaba dispuesto a seguir conversando en el mismo formato de los tres primeros encuentros en Bielorrusia y que una reunión entre Putin y el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, estaba por ahora descartada.
Respondiendo a los periodistas tras el encuentro, Lavrov aseguró que "Rusia no planea atacar a otros países y no atacó a Ucrania" sino que respondió a "amenazas directas" contra su seguridad. El ministro también criticó las "peligrosas" entregas de armas de los países occidentales a Kiev. "Quienes atiborran de armas a Ucrania tienen que entender, por supuesto, que cargarán la responsabilidad de sus actos", advirtió en ese sentido.
Cruces por el ataque en Mariupol
El encuentro de los ministros ruso y ucraniano en Turquía se produjo un día después del supuesto bombardeo contra un hospital infantil de Mariupol, en el sureste del país, un puerto estratégico en el mar de Azov que está asediado por Rusia. Al menos tres personas, entre ellas una niña, murieron en el ataque según el último balance de las tropas ucranianas.
Las imágenes generaron un repudio mundial instantáneo. La Casa Blanca denunció un uso "salvaje" de la fuerza y la Unión Europea lo consideró un "crimen de guerra odioso". El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, acusó a Rusia de cometer probablemente "crímenes de guerra" por atacar "a la sociedad civil de una manera indiscriminada".
Pero el canciller Lavrov salió este jueves al cruce de las acusaciones y aseguró que el hospital servía de base para un batallón nacionalista. "Todas las mujeres que iban a dar a luz, todas las enfermeras y todo el personal de apoyo habían sido expulsados", sostuvo Lavrov, quien denunció a los medios europeos por presentar únicamente el punto de vista ucraniano e insistió en que "hay una rusofobia en todo Occidente dirigida desde Estados Unidos".
Según el ministro, el gobierno ruso presentó documentos al Consejo de Seguridad de la ONU en una reunión celebrada en marzo que corroboran que este centro hospitalario estaba en manos de un batallón nacionalista extremo llamado Azov y otras organizaciones radicales. Sus integrantes habían expulsado del hospital a todos los pacientes alojados en él, además del personal sanitario y de servicio, explicó Lavrov.
Las tropas rusas siguen avanzando hacia Kiev
Al cumplirse quince días desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, las fuerzas ucranianas continúan resistiendo la ofensiva desde distintas direcciones mientras varios miles de civiles han podido ser evacuados de otras ciudades, especialmente en el norte, gracias a los corredores humanitarios pactados entre las partes.
Tanques rusos llegaron a los límites del nordeste de Kiev, después de haber entrado en la periferia norte y oeste. En dos semanas de ofensiva la mitad de la población de la capital ucraniana se ha marchado, dijo el alcalde Vitali Klitschko. Este jueves quedaban en la capital algo menos de dos millones de personas.
A cinco kilómetros de Kiev, la localidad de Velyka Dymerka fue objetivo de los cohetes rusos Grad. En tanto, el corredor humanitario acordado entre Ucrania y Rusia para evacuar a la ciudad de Mariupol se encuentra totalmente bloqueado. Allí "la gente ha empezado a pelearse por la comida", según una representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
"Todas las tiendas y las farmacias fueron saqueadas hace cuatro o cinco días. Algunas personas todavía tienen comida, pero no sé cuánto durará", afirmó Sasha Volkov desde Mariupol, en una grabación de audio enviada a los medios. Desde hace varios días, los habitantes de esta ciudad portuaria se encuentran privados de gas, agua y electricidad.
Asistencia a Ucrania y más sanciones a Rusia
Desde el inicio de la invasión, Estados Unidos y sus socios de la OTAN apoyan a Kiev pero evitan implicarse directamente en el conflicto. El miércoles, Washington rechazó definitivamente la oferta de Polonia para hacer llegar aviones de combate a las tropas ucranianas. Sin embargo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos adoptó un nuevo presupuesto federal que incluye una partida de casi 14 mil millones de dólares para ayuda a Ucrania, en forma de asistencia humanitaria, pero también armas y municiones.
En Rusia, las sanciones occidentales empiezan a pesar en la población. Las últimas empresas extranjeras en marcharse del país fueron los gigantes japoneses de videojuegos, Sony y Nintendo. El presidente Vladimir Putin advirtió que las sanciones pueden provocar un aumento de la inflación mundial por la suba de los precios de los alimentos, ya que Rusia no podrá exportar suficientes fertilizantes. Por ahora, el mandatario dijo que Rusia mantendrá todas sus entregas de hidrocarburos a pesar del conflicto y destacó que la economía local "se está adaptando a la nueva situación".
"Estamos cumpliendo todas nuestras obligaciones en materia de suministro de energía", subrayó Putin en una reunión de gobierno. El presidente ruso insistió en que "todos los volúmenes" se estaban entregando a Europa y a otros lugares y que "el sistema de transporte de gas de Ucrania está lleno al cien por ciento", constituyendo esta red de gasoductos una de las arterias clave del gas para abastecer al continente europeo, del que el 45 por ciento proviene de Rusia.