El militar boliviano Mario Terán Salazar, quien aseguró haber matado en 1967 a Ernesto "Che" Guevara, murió este jueves a los 80 años en Santa Cruz de la Sierra. "Falleció: estaba enfermo y no hubo nada que hacer", dijo Gary Prado, el militar que capturó al Che en la selva boliviana hace 54 años.
Terán falleció la madrugada de este jueves luego de estar internado por varios días en el hospital de la Corporación del Seguro Social Militar en Santa Cruz. "Me avisaron que estaba internado y que en la noche lo habían desahuciado prácticamente de cualquier posibilidad de recuperación y a las siete hora local me avisaron que murió", contó Prado, quien agregó que Terán padecía una enfermedad pulmonar que se fue agravando con el paso de los años.
Prado recordó que Terán fue su estudiante en la escuela de Sargentos en 1961 y que lo apreció mucho, incluso le recomendó que tuviera un "perfil bajo" ante el constante acoso que tuvo por ser el ejecutor del Che. "Ha sufrido bastante con ese acoso, pero ha sabido salir de frente y tranquilo porque simplemente cumplió voluntariamente una decisión que vino de la presidencia", comentó.
Además Prado señaló que la ejecución de Guevara fue una "disposición que fue tomada en razón del interés nacional" y que Terán simplemente cumplió con la orden "sin despedidas, sin discursos", como se cree, y que fue "rápido".
El ocho de octubre de 1967, el ejército boliviano detuvo a Guevara, figura mítica de la acción revolucionaria armada durante la Guerra Fría, con el apoyo de dos agentes de la CIA cubanoestadounidenses. El Che estaba al frente de un puñado de guerrilleros que había sobrevivido a combates, al hambre y las enfermedades.
Herido en combate, Guevara fue conducido a una escuela abandonada del poblado de La Higuera. Allí pasó su última noche: fue acribillado a balazos al día siguiente por Terán con el visto bueno del presidente René Barrientos (1964-1969), un feroz anticomunista. "Ése fue el peor momento de mi vida. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente", relató Terán en aquel entonces.
"Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. '¡Póngase sereno –me dijo– y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!' Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé", narró el militar en una entrevista con la revista Paris Match.