El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en conjunto con el de Nación, iniciarán a mitad de año la obra del viaducto del Ferrocarril San Martín, que implicará una reconfiguración de las zonas linderas a las vías entre las estaciones Palermo y Paternal, con una ampliación de las estaciones y nuevos espacios verdes. Pero los terrenos que se requieren para la obra están actualmente ocupados por casas, asentamientos, comercios, centros vecinales y otras edificaciones, muchos de los cuales tendrían que ser desalojados para realizar la obra, y en ningún momento se les ofreció ser relocalizados o fueron convocados por el gobierno para participar de lo que significara una modificación sustancial en la fisonomía de sus barrios. Entre los edificios que serán derrumbados está el de la Asamblea Vecinal de Corrientes y Juan B. Justo, en el que funciona una radio comunitaria, un centro de ancianos, un espacio cultural, una cooperativa de economía popular, entre muchas otras actividades que perderán su espacio. “No estamos en contra de la obra, pero queremos participar de la planificación en nuestro barrio y que se nos dé un lugar nuevo, como está establecido en la Constitución de la Ciudad y en la Ley de Comunas”, dijo en diálogo con PáginaI12 Ricardo López, miembro fundador de la Asamblea. “Nos enteramos de la obra de casualidad, y en ningún momento nos recibieron del gobierno de la ciudad para darnos explicaciones”, agregó.
La Asamblea surgió de las puebladas que emergieron en todo el país cuando se desató la crisis de 2001. En este caso, los vecinos de Villa Crespo se reunieron en el cruce entre las avenidas Juan B. Justo y Corrientes, al que le deben el nombre. “Se constituyó como un espacio social que daba una respuesta colectiva y contestataria a la crisis política que vivía el país”, recordó en conversación con este diario Mini Pérez, fundadora de la Asamblea. “Se necesitaba salir a la calle y construir una nueva política. Esa forma de construcción horizontal se mantiene hasta hoy en nuestra asamblea”, completó López. Con los años, lo que empezó como una reacción se fue transformando en propuestas y fundamentalmente en un lugar de comunión para todo el barrio. “El rol de la asamblea es doble”, señaló Pérez. “Por un lado está lo que la Asamblea hace como tal – la radio, la cooperativa, las actividades culturales–, pero después está lo que hace como red con otras instituciones. Tenemos relación con los colegios primarios y secundarios del barrio, con universidades, con bibliotecas. Es un punto de encuentro de colectivos”.
El espacio en el que hoy funciona la Asamblea, ubicado sobre avenida Corrientes 6114, a pocos metros de la barrera del San Martín, forma parte de los terrenos ferroviarios y fue cedido en el año 2004 por el Organismo Nacional de Administración de Bienes (ONAB). Dentro del local se pude ver una amplia cartelera, que ocupa casi toda la pared, en la que apenas entran las actividades que se realizan allí: debates políticos, proyección de películas, programas de radio, cursos de folklore y tango, teatro, clases de canto. Además funciona un merendero y olla abierta para quienes necesiten un plato caliente. En 2001, cuando todavía no tenían el local, la olla se ofrecía en la calle. “Llegaron a venir 250 personas”, aseguró Mini Pérez, y luego recordó que “después de 2003 la cantidad de gente empezó a descender hasta llegar a 40 personas”. Pero la tendencia en el último año se está revirtiendo: “ahora está volviendo a subir la cantidad de gente que viene, hay muchas familias en situación de calle y viene a nuestra olla”, afirmó.
Entre la variedad de actividades que se llevan a cabo, se destacan los proyectos de la Radio Asamblea y la Cooperativa La Yumba de consumo popular. Esta última consiste en una empresa de propiedad colectiva y gestionada democráticamente, que compra alimentos a fábricas recuperadas, cooperativas de trabajo, pequeños emprendedores y agricultores, para distribuirlos entre sus 1200 socios. Desde que se creó en 2014, el objetivo es “cuidar la economía de los vecinos y ofrecerles productos de calidad –explicó López–, con llegada a los barrios de Villa Crespo, Chacarita, Colegiales, Paternal y Almagro”. La Radio Asamblea, por su parte, sale por la frecuencia 94.1 y por internet, y cuenta con 37 programas, “de los cuales 30 son de producción propia”, detalló López. “Nuestra radio es para darles voz a los que la necesitan, está abierta para el que quiera hacer su programa”, agregó. La cercanía del estudio a las vías fue un inconveniente cuando se armó el espacio en 2011. Tuvieron que conseguir equipos de alta tecnología, para lo cual aprovecharon los financiamientos que brindaba la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La radio se financia también con colaboraciones de los vecinos que hacen los programas. “Significó mucho trabajo como para que le pase una topadora por arriba”, se quejó López.
Los miembros de la Asamblea no están en contra de la construcción del Viaducto. Consideran que la obra es importante para evitar accidentes, alivianar el tránsito, y los nuevos espacios que quedarán libres podrían significar un nuevo local para ellos y para otras agrupaciones. Pero el Gobierno de la Ciudad no sólo no los convocó a participar de la planificación para la nueva disposición del barrio, sino que tampoco les avisó de la obra. “Nos enteramos en enero, charlando con unos empleados del ferrocarril que estaban haciendo un relevamiento y nos contaron de la obra”, recordó López. “A partir de ahí recopilamos un poco más de información, pudimos ver los pliegos y algunas maquetas, y nos dimos cuenta que el espacio en donde estamos ahora va a quedar como un espacio verde”. Una vez enterados de la obra, desde la Asamblea organizaron una reunión abierta para comunicarles las novedades a los vecinos, y, por otro lado, intentaron dialogar con representantes del gobierno para participar de la planificación del barrio a partir de la obra. “Hay preceptos tanto de la Constitución de la Ciudad como también de la Ley de Comunas que establecen que estos espacios nuevos tienen que tener un tratamiento especial con participación de los vecinos. El gobierno no puede hacer espacios verdes por donde quiera”, indicó López.
Entre los reclamos que realizaron, el miembro fundador de la Asamblea enumeró un pedido de informes a la Defensoría del Pueblo, que fue elevada a la Onabe y no cumplió con los diez días de plazo para explicar la situación; interpelaron por vía radial al jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien se comprometió a recibirlos en una reunión; volvieron a hablar con él tiempo después en una reunión que hizo en Villa Ortúzar y su respuesta fue la misma; y también hablaron con Diego Santilli, vicejefe de gobierno, quien también prometió un encuentro que nunca existió. Mini Pérez recordó a su vez que cuando acudieron a la Junta Comunal del Distrito 15, “el jefe de comuna, Jorge Lucchesi, del PRO, dijo que a él no le habían dicho nada”. “No tuvimos ninguna respuesta concreta, sólo dijeron vagamente que en algún momento se iban a reunir con nosotros”, dijo López terminada la lista de reclamos.
Informe: Juan Funes.