El cura Fernando Páez fue denunciado por abuso sexual en 2019. En la causa interviene la unidad fiscal integrada por Sergio Fedérico Obeid y Cecilia Flores Toranzos, quienes lo imputaron ese mismo año. 

Este año Páez cumplió 25 años como sacerdote, después de la denuncia fue enviado a una parroquia de La Unión, en el departamento Rivadavia. El denunciante es el ex seminarista K.M., quien fue testigo en el juicio en el que fue condenado el obispo emérito Gustavo Zanchetta y relató que fue víctima de los dos religiosos aunque solo radicó su denuncia sobre uno.  

El Ministerio Público Fiscal de Salta informó a Salta/12 que la denuncia se realizó en julio de 2019. Luego la causa pasó a lxs fiscales del distrito Centro, algo que el ex seminarista reconoció haber pedido, ya que Páez "tenía mucha influencia en el Poder Judicial". E incluso dijo que no denunció ante la fiscala Lorena Martínez porque es "allegada a él , y le coordinaba la catequesis". 

La causa pasó luego en agosto de 2019 a la Unidad Fiscal integrada por Toranzos y Obeid, este último también intervino en la investigación a Zanchetta. Páez fue imputado por "abuso sexual simple doblemente agravado por haber sido cometido por un ministro de culto reconocido y encargado de la educación". Mientras se sustancia la causa sigue ejerciendo el sacerdocio.

"Me llamaron a hacerme las pericias psicológicas el año pasado, el 4 de febrero de 2021", contó K.M. Dijo que lo habían citado en 2020 pero luego surgió la pandemia. Uno de sus ex compañeros del Seminario ya fue citado a declarar como testigo, y es uno de los que también aportó uno de los testimonios claves en el juico a Zanchetta. 

K.M. relató que es oriundo de Tartagal y estaba haciendo el seminario en Orán. En 2015 conoció a Páez cuando fue designado en la Parroquia de la Santa Cruz. Este cura también estuvo a cargo de su formación. 

"Empezaron a surgir los abusos cuando él se iba interesando en mi 'vocación'. Es donde empezamos a formar un vínculo, él era mi párroco, por cuestiones lógicas tenía que hablar con él sobre cómo me sentía en el seminario", contó el joven. Dijo que el sacerdote tenía tratos "afectuosos" que le llamaban la atención, tanto con él como con otros dos compañeros, ambos también testigos en la causa contra Zanchetta. Las acusaciones son similares a las que condenaron al obispo emérito. 

K.M. señaló que Páez los abrazaba y les daba besos en el cuello tanto a él como a otros dos compañeros. En base a lo que contó, el joven había naturalizado esa conducta en el cura. La denuncia surgió por un hecho puntual de abuso cometido por el sacerdote en 2017, que el ex seminarista consideró más invasivo de su intimidad e integridad sexual y lo llevó a darse cuenta de las connotaciones sexuales en el comportamiento del religioso.

El joven contó que cuando trató de alejarse de Páez, el sacerdote comenzó a maltratarlo, a humillarlo públicamente y después, a difamarlo. "Empezó a discriminarme y a ningunearme, a intentar llevarme emocionalmente inseguridad, una de las bromas ante el grupo Vida Nueva (de adolescentes) era que decía 'estos son mas pingudos que vos', 'estos la tienen más grande que vos'", contó.

"También me llamaba la atención su vocabulario, hacía chistes en doble sentido, puteaba, no se vestía como cura, eso atrajo a muchos jóvenes, que decían 'qué piola el cura, se viste como nosotros, habla como nosotros'. Hasta yo había creado un vínculo, una dependencia", sostuvo K.M.

"Estoy convencido de que tanto Páez sabía lo de Zanchetta y Zanchetta lo de Páez", aseveró K.M. "Cuando Zanchetta me apoya los genitales, de espalda, yo lo saco pensando que era un compañero, (por esa reacción) me trata de huérfano emocional", contó. Dijo que el obispo emérito le decía que "no recibía afecto" de su padre, y por eso "no estaba acostumbrado" a ese tipo de "abrazos". Señaló que eso le pasó en la casa del obispo de Orán, cuando estaba en la cocina en junio de 2015. Contó que él veía que Zanchetta también tenía esas inconductas con otros compañeros "con frecuencia". 

El joven dijo que incluso Zanchetta lo convenció de hacerse una circuncisión, y que le preguntaba en conversaciones cómo era su "eyaculación" y "cómo tenía relaciones sexuales con la chica que había sido mi novia antes del seminario". Señaló que Páez también se valió de esa circunstancia para luego invadir su intimidad.

"Páez me convenció de que yo era huérfano emocional. Todas sus charlas se basaban en la horfandad emocional o en la mendicidad emocional", explicó K.M. Dijo que el cura daba talleres de "crecimiento personal" en "campamentos para varones, convivencias para varones, retiros espirituales para varones. Él decía que la mujer lleva y trae mucho puterio y entre vagos nos podemos entender mejor (...) Para él todas 'eran trolas, putas', si llegabas tarde a la parroquia te preguntaba 'con quién habías culeado, con quién habías estado'".

Además, K.M. afirmó: "(Páez) Nos decía que seamos sinceros. Sabía decirnos 'te amo' mientras nos abrazaba. Cuando me daba la paz en misa, me decía con sus labios muy pegados 'te amo, sos mi vida, te quiero mucho'".

K.M. dijo que el cura también hacía esto último a sus compañeros cuando iban a contarle algún problema o una crisis emocional: "Era muy cotidiano, no solo en mí, sino en muchos chicos que hoy ya son mayores de edad". Indicó que el cura había creado un grupo que denominó "Vida Nueva" "para asistir a chicos muy vulnerables", que tenían consumo problemático de drogas y allí se rodeaba de adolescentes.

Antecedentes

"Cuando Páez era párroco de la Catedral (de Orán), lo denunció canónicamente un seminarista en 2003 por abuso sexual. Monseñor Jorge Lugones (Obispo de la diócesis de Orán) tomó la determinación de enviarlo a Tucumán para que se 'curara de esto que él tiene'. Volvió después de dos años y no podía confesar. Después le vuelven a permitir confesar", aseguró K. M.

El joven dijo que mucho antes, cuando Páez era seminarista en Tucumán, de donde es oriundo, "supuestamente tenía actitudes homosexuales, por eso lo sacan del seminario". "Al tiempo viene a tocar las puertas del seminario de Orán para pertenecer a la diócesis en el 93 o 95, y después se ordena cura para la diócesis de Orán".

K.M. dijo que en 2017 se fue del seminario y dejó asentado que era porque no se sentía bien con Zanchetta ni Páez. Luego volvió en 2018 y cuando le contó al obispo Luis Scozzina lo que le había pasado con Páez, como él era aún seminarista, lo envió a otra parroquia en Tartagal para que estuviera lejos del cura. En enero de 2019, K.M. presentó la renuncia definitiva al seminario, "le vuelvo a plantear esta situación a Scozzina. Me dice 'andá y enfrentalo vos como hombre, si lo tenés que reventar, reventalo".

"Páez estaba de vacaciones, voy el 5 de febrero a encararlo, llevo de testigo a otro seminarista. Páez consigue a una señora para que sea su testigo, estuvimos los cuatro. Yo empecé a decirle que no quería denunciarlo por toda la cuestión de que Tartagal es un pueblo muy chico y si lo denunciaba iban a saber que era yo e iba a caer sobre mí una condena social o comunitaria. Yo le pedía que me deje de molestar, que deje de hablar de mí, de usar mi nombre para burlarse", relató K.M.  

El ex seminarista señaló que Scozzina no acompañó a las víctimas y consideró que debería ser retirado de la diócesis de Orán. Sostuvo que después de que hizo la denuncia canónica ante él en 2019, y de forma posterior a la denuncia penal, no le volvió a llamar e incluso cuando se fue a vivir a Córdoba, señaló que el obispo dijo en público que "era un problema menos". Además, contó que lo cruzó dos veces en Tartagal y le negó el saludo. Por esos hechos desmintió al obispo que emitió un comunicado después de la condena a Zanchetta en la que decía que "renovaba" el acompañamiento a las víctimas.

Manipulación y daño psicológico

K.M. dijo que Páez era considerado un sanador, y hasta una figura que le seguía a Dios dentro de la Iglesia. Contó que mientras estaba a cargo de su dirección espiritual el cura lo alejó de su familia, y que ante algunas conductas suyas le decía "es por culpa de tu mamá". Ademas le señalaba una supuesta falta de afecto del padre, y la falta de acompañamiento de la familia en la elección del sacerdocio. El joven dijo que incluso llegó a dejar de ir a pasar las fiestas de fin de año con sus familiares. Manifestó que había confiado en el sacerdote y éste "se aprovechó". "Yo le había entregado mi vocación, él decía que sabía hasta lo que yo pensaba, me costó mucho entender que es un ser humano mortal como yo. Sentía que estaba en todos lados, que me miraba", relató. 

El joven contó que luego de lo que vivió en el seminario padeció secuelas psicológicas. Dijo que estando en su casa llegó a cambiar la cama grande por una más chica "porque tenía miedo". Esto le trajo aparejado problemas en el sueño y "dormía con la luz prendida" y no podía salir de su casa. Relató que fue a un psicólogo antes de radicar la denuncia penal.

K.M. contó que tenía miedo de denunciar a Zanchetta y Páez y optó por demandar al segundo porque consideró que el daño que le produjo fue mayor. "Necesito justicia", expresó al tiempo que contó que su denuncia es para que el cura no cometa abusos con otros chicos.

Extorsión

K.M. contó que cuando estaba iniciando un vínculo con una chica de 17 años "Páez se aprovecha de esta situación presiona a la familia para que intentaran denunciarme, y así fue", relató. Dijo que los padres de la chica lo denunciaron y luego ella declaró "que no había pasado nada". "Éramos ilusos, íbamos despacio. Recién empezábamos a conocernos", aseguró el ex seminarista. 

El joven dijo que aquella vez fue denunciado en la fiscalía a cargo de Lorena Martínez,  "que era catequista de la parroquia de Páez". "Ella se tenía que inhibir", señaló. Consideró que la fiscala "insistió" en seguir con esa causa, pero "la terminó archivando a duras penas".

Además el denunciante relató a Salta/12 que los curas cercanos a Zanchetta, Carlos Subelza y Luis Gómez, quienes ya habían entablado contacto con la familia de la chica, intentaron extorsionarlo para que no declarara en el juicio contra el obispo emérito. Esto fue relatado por el ex seminarista cuando testificó contra Zanchetta y tuvo un careo con Subelza a quien la Unidad Fiscal pidió que se lo investigue por falso testimonio.