Más de 100 mil personas se congregaron en Río de Janeiro en una movilización en forma de concierto de grandes nombres de la música brasileña, para reclamar la renuncia del presidente Michel Temer y la realización de nuevas elecciones. Acorralado por graves denuncias de corrupción, Temer se niega a renunciar, pero su mandato apenas pende de un hilo frente a la presión popular y el riesgo de derrumbe de su base de apoyo parlamentaria.
“Si lo empujamos, Temer caerá”, gritaban ayer los manifestantes entre dos conciertos. Entre los cantantes presentes en la célebre playa de Copacabana estuvieron Caetano Veloso, ícono del tropicalismo, movimiento vanguardista que revolucionó la música brasileña en los años 70, y Milton Nascimento, otra estrella de la misma generación.También se sumaron la samba de Teresa Cristiana y Martnalia y el rap de Mano Brown y Criolo.
La manifestación fue convocada por movimientos de izquierda que recuperaron el lema de elecciones “Directas ya”, utilizada a comienzos de los 80 por el movimiento democrático que reclamaba el fin de la dictadura militar. De acuerdo con la Constitución, si Temer es destituido o dimite, el Congreso será el encargado de designar a su sucesor en los siguientes 30 días. Pero muchos brasileños rechazan este procedimiento debido al total desprestigio del Congreso, decenas de cuyos miembros son investigados por corrupción.
Temer ayer ordenó el intercambio de carteras entre sus hasta ahora ministros de Justicia, Osmar Serraglio, y de Transparencia, Torquato Jardim, y volvió a afirmar que terminará su mandato, previsto hasta fines de 2018.
El gobierno anunció el reemplazo de Serraglio por Jardim en un comunicado divulgado por el vocero presidencial, Alexandre Parola, en el que no se informaron los motivos de la decisión. Fuentes oficiales revelaron la otra parte del enroque y despejaron la versión según la cual Serraglio volvería a ocupar su banca en la Cámara de Diputados.
Serraglio estaba al frente del Ministerio de Justicia desde febrero pasado y en marzo fue divulgada una grabación de audio que lo vincula con el escándalo de corrupción “Carne Débil”, en el que se reveló que frigoríficos adulteraron alimentos vencidos para exportarlos o venderlos en el mercado interno con complicidad de autoridades.
El enroque en el gabinete busca reforzar la influencia del Ejecutivo ante el Supremo Tribunal Federal (STF) que investiga a Temer, al senador y líder socialdemócrata Aécio Neves, y al diputado Rodrigo Rocha Loures, del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) del mandatario.
Rocha Loures asumió como diputado precisamente cuando Serraglio pasó al Ministerio de Justicia, por ser su suplente, y la semana pasada entregó a la Policía Federal una valija con dinero que había desaparecido a fines de abril y está relacionada con otro escándalo de corrupción que involucra al propio Temer.
Hace poco más de diez días ejecutivos del grupo JBS afirmaron ante la Justicia que Temer recibió coimas desde 2010 y entregaron una grabación en la que el mandatario consiente el pago de coimas al detenido diputado Eduardo Cunha a cambio de que mantenga su silencio. El máximo tribunal abrió una investigación contra Temer por corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.
En ese contexto, el presidente se comprometió a “perseverar” en el camino emprendido, volvió a prometer que entregará a su sucesor “un país mejor” que el que recibió y advirtió que es indispensable disponer “reformas” para que Brasil crezca.
“Vamos a perseverar en este camino; no me desviaré de entregar a mi sucesor, en 2019, un país mejor que el que recibí; sin reformas, Brasil no se sustentará”, afirmó el jefe del Estado en un artículo con su firma publicado ayer por el diario Folha de Sao Paulo. “Sé que todos esperan evaluaciones con respecto a este momento de crisis; me gustaría, por eso, remarcar que la Constitución es nuestra única guía; ella garantiza nuestros derechos políticos y la protección de los derechos individuales”, sostuvo.
Temer también puso en duda las pruebas que lo vinculan con episodios de corrupción: “Demócrata como soy, veo la libertad de expresión que es extrapolada por interpretaciones voluntaristas, sin que se comprueben bien los datos; falsas confesiones son difundidas en una grabación clandestina, inservible, según los peritos, como prueba, y que ni siquiera fue revisada”, escribió.