Los superpoderes no dieron resultado pues la década en que se conoció a esta categoría como “Súper TC2000” se cerró con angustia. En medio de una preocupante situación surgió con rauda fortaleza la figura de los hermanos Alejandro y Diego Levy como alternativa para dirigir hacia mejor puerto este navío y de esta manera, quienes manejan las categorías Top Race y Rallycross sellaron acuerdos para adquirir el paquete accionario. Al colocarse al frente, la primera medida tomada fue la de regresar al histórico nombre de TC2000 iniciando este fin de semana en Rosario un año fundamental para el futuro.
El Turismo Competición 2000 ha cedido terreno en la imagen pública, que en ocasiones era comparada con el mismísimo Turismo Carretera. La constante presencia de estrellas como Juan María Traverso, Luis Di Palma o ‘Cocho’ López, entre tantos más desde el nacimiento en el año 1979, ha sido una práctica descuidada en las últimas etapas. Asimismo, el debilitado parque automotor y el alejamiento de los eventos multitudinarios que distinguían la experiencia del TC2000 del resto de las carreras son puntos a mejorar en la lista de deberes para una temporada que se define como “de transición”.
Entre los efectos inmediatos, se deberá revertir el impacto que significó el reciente alejamiento de algunos protagonistas, entre los que se destacan Matías Rossi, el piloto en actividad con mayor cantidad de triunfos en la categoría, y el brasileño Rubens Barrichello. Tanto el pentacampeón de la divisional como el paulista ex Fórmula 1 se han ido luego de concluir la última temporada y esto ha dejado en Julián Santero la responsabilidad de liderar el equipo Toyota y buscar el título argentino con el Corolla. Para ello unirá fuerzas con el pinamarense Jorge Barrio, la prometedora irrupción que se vio en el deporte motor durante los últimos años.
El campeón reinante Agustín Canapino continúa representando a Chevrolet, haciendo uso de su contrato multianual con la firma del moño dorado. Es el último vencedor en el trazado santafesino que lleva el nombre de “Juan Manuel Fangio” y cuenta con un Cruze listo para defender la corona junto al mendocino Bernardo Llaver, dominador del arte de intercalar ataque y defensa, según se requiera.
La escuadra que representa los modelos de Renault, en tanto, sufrirá algunos cambios estéticos, pero ninguno en su poderío con el modelo Fluence. El campeón 2019, Leonel Pernía, encabeza la grilla de los pilotos de primera línea junto al veloz Matías Milla, el sureño Ignacio Montenegro y el chileno Felipe Bustos Barrios. Además, habrá tres vehículos en la delegación de la marca Honda, con el bicampeón Facundo Ardusso como abanderado. Al de Las Parejas, que cuenta con auto a estrenar, se le suman Fabián Yannantuoni y Matías Cravero con sendos All New Civic.
Con la gallardía de las apuestas privadas, sin apoyo directo de las factorías, asoman varios conjuntos deportivos que esperan un sostén para confirmar su presencia en las 12 carreras pautadas en el calendario. Entre ellos se encuentran los Fiat Cronos que conducirán el uruguayo Gonzalo Reilly y el debutante Baltazar Leguizamón bajo atención del Fiat Competizione o el Cruze que llevará a pista Nicolás Traut de la mano del JM Motorsport. El rionegrino Facundo Aldrighetti se incorporará junto a Eugenio Provens a la conducción de los Toyota Corolla del TGR Junior Team y a última hora se selló la continuidad de Franco Vivian con un Citroën C4 Lounge del equipo FDC Motor Sport.
Hay 17 vehículos anotados en la categoría madre y otros 16 se inscribieron para la divisional previa, TC2000 Series, como base para medir el inicio de la nueva gestión. El necesitado TC2000 no esperaba menos, aguardando el momento de anexar como telonera a la histórica escuela de talentos denominada desde ahora Fórmula Nacional y marcar al ejercicio del 2022 como punto de inflexión.
Desde lo reglamentario se simplificaron las complejas reglas para una mejor experiencia del público con un cronograma que incluye entrenamiento, clasificación y carrera Sprint (12 vueltas) los sábados y una Final fijada a 40 minutos más una vuelta los domingos.
Además, las románticas ambiciones del seno directivo incluyen el recupero de los espectáculos como la cita nocturna en las calles de Santa Fe, el desafío de volver al óvalo de Rafaela y hasta el sueño, todavía distante, de reiterar una convocatoria masiva en las arterias céntricas de Buenos Aires.
Por el momento, se comienza a transitar un año que trajo aire fresco a las castigadas mejillas de los quienes aguantaron embates y esperan salir a flote con el afán, los deseos y las apuestas sobre el rebautizado TC2000.