Un espacio de encuentro y conversaciones como la 2° Feria del Libro de Flores --que se realizará este sábado de 14 a 20 horas gratis y en la calle (Morón y Artigas)-- no se agota en la transacción comercial. En esta edición participarán cien editoriales independientes (Alto Pogo, Caja Negra, Sudestada, Cuenco de Plata, Ediciones del Dock y Godot, entre muchas más) y se presentarán Enrique Medina, Leonardo Oyola, Helena Silvestre (Brasil), Marcelino Freire (Brasil), Enrique Viale, Verónica Gago, Alexandre Roig, Enrique Martínez, Guillermo Folguera, Dina Sánchez, Rosalía Pellegrini, y Nicolás Pousthomis, entre otros. Además, habrá música en vivo con Luciana Jury, Juan Pablo Fernández (Acorazado Potemkin) y OPV Orquesta.
El ecosistema del libro autogestivo enfrenta un puñado de desafíos. “El gesto obvio sería lamentarse por la brutal concentración que caracteriza la industria editorial, donde muy pocas editoriales concentran la gran mayoría de las ventas, la presencia en medios de comunicación y la exhibición en cadenas de librerías. Y en el envés, muchas pequeñas y medianas venden comparativamente poco, con problemas recurrentes como la escasez de papel –un insumo que está monopolizado y dolarizado–, o la falta de financiamiento y de políticas de apoyo al sector. Pero la verdad es que la trama de editoriales autogestionadas y alternativas, lejos de estar en crisis, se evidencia como el sector más dinámico y creativo del amplio campo de la edición de libros, presentando nuevos autores, enfoques y estéticas”, subraya Diego Picotto, integrante de la editorial Tinta Limón y del Centro de Formación 24, organizadores de la Feria junto con la distribuidora La Periférica y La Feria de Artigas. “Se edita mucho y muy bueno, y se suplen problemas logísticos o financieros con imaginación y trabajo. Nuestro desafío es construir una infraestructura común que potencie estos proyectos individuales. Para esto tenemos que crear un enfoque propio, que ponga en el centro la dimensión pública de nuestro trabajo”, explica Picotto a Página/12.
“En un momento en que la autogestión aparece capturada por la gestión individual de la vida, un objetivo básico es construir comunidad, comunidad de lectores y lecturas”, plantea Picotto y precisa que esa comunidad se construye de dos modos complementarios. “En primer lugar, se construye con un catálogo de calidad. Es decir, tomándonos en serio el laburo, cuidando los textos y las autoras y autores que publicamos, las traducciones y el diseño y el cuidado de la propia red de trabajo que hace cada libro posible. Esa red de cooperación es la que permite la existencia de las editoriales independientes o autogestivas. Y apostamos por libros que nos parecen imprescindibles editar (por las discusiones que traen o por su singular belleza), aunque no sea evidente que haya un público esperándolos. No hay lectores o lectoras siempre dispuestos, sino que cada libro nuevo implica el desafío de una comunidad a crear”, sugiere uno de los integrantes de Tinta Limón. “En segundo lugar, esta comunidad de lectores y lecturas se construye evitando que el vínculo se restringa o agote en la transacción comercial; armando conversaciones, espacios de encuentro, de disfrute y de problematización colectiva. Es desde ahí que podemos pensar el aspecto comunitario, público, de proyectos como el nuestro”.
La guerra entre Rusia y Ucrania
La Feria del libro de Flores puede ser una buena ocasión para armar una especie de “pequeña biblioteca” que ayude a entender mejor la guerra entre Rusia y Ucrania. Un libro clave, para Picotto, es Guerras y capital: una contrahistoria, de Maurizio Lazzarato (Tinta Limón, 2021), “que permite pensar el conflicto actual en el marco de un modo de funcionamiento recurrente del capitalismo del momento de la acumulación originaria al presente”. También se puede conseguir Crónicas del fin de una era. La caída de la Unión Soviética y sus consecuencias en el mundo de hoy, de Telma Luzzani (Batalla de ideas, 2022) y La cultura del miedo, de Marc Crépon, (LOM, 2019). “La aparición de la guerra en su sentido más tradicional en Europa puede ser útil como clave para pensar acá, en América Latina, donde el escenario está signado por la violencia paramilitar en países paradigmáticos como Brasil, Colombia y México -reflexiona el editor-. Las democracias latinoamericanas están siempre acechadas por la guerra civil, por conflictos larvados, abiertos, que se extienden en el tiempo hasta evidenciarse como eficaces mecanismos de gobernabilidad (y acá el caso de Chile, pero también de Bolivia o Venezuela, son significativos). Toda otra biblioteca se podría armar con esta línea”.
Activismo y periferia
La visita de Helena Silvestre es uno de los acontecimientos de esta edición de la Feria del Libro de Flores. La escritora afroindígena y militante por las luchas de la tierra y la vivienda, participante del Movimiento de Literatura Marginal de las favelas de la ciudad de São Paulo, fundadora del Movimiento Luta Popular de Brasil y de la Escuela Feminista Abya Yala, presentará su libro Notas sobre el hambre (Mandacaru), finalista del premio Jabuti 2020. “Nos interesa su mirada forjada desde el activismo en las periferias de San Pablo, desde las luchas por la toma de tierras, desde disputarle palmo a palmo la vida, a la violencia y al hambre”, advierte Picotto. “Las estrategias para enfrentar la violencia del capital no se diseñan en las oficinas de los ministerios o en los gabinetes de investigación académica, sino que se crean, se inventan, en los propios territorios, en las propias favelas, como en la que Helena nació y creció, y a partir de su propia experiencia militante”, agrega uno de los editores de Tinta Limón y destaca que el feminismo es el último movimiento que sacudió la política local e internacional en el sentido de la emancipación. “Helena viene del Brasil de Bolsonaro; del Brasil construido sobre la impunidad de crímenes como el de Marielle Franco, y tantas otras; del Brasil que es punta de lanza de la reacción patriarcal y conservadora. Y de un Brasil que, además, transita un año clave, inscripto en la recuperación de la calle después de la pandemia y en la agitada coyuntura regional. Nos alegra y nos parece un lujo poder conversar con Helena por la información sensible que ella nos puede brindar”.