“La intención fue convocar a todos los feminismos del tango”, explica Marisa Vázquez, mentora de la colectiva TH (Tango Transfeminista Hoy, antes conocida como Tango Hembra). El grupo de artistas tangueras celebrará este domingo la cuarta edición de su Festival Transfeminista de Tango. La jornada comenzará a las 18 en Galpón B (Coachabamba 2536) con una clase de danza a cargo de Aires del Sur (quienes también presentarán su libro Tango en devenir), las DJs Gabriela Ladagga y Maite Dobarro, y una primera rueda de cantoras.
A las 20 habrá un conversatorio moderado por la investigadora Mercedes Liska (etnomusicóloga y doctora en ciencias sociales especializada en música popular, géneros y sexualidades). Liska llevará el ritmo en un debate acerca del concepto mismo de tango transfeminista y los temas que inspiran a las autoras y compositoras actuales. Allí discutirán la situación Ferni de Gyldenfeldt, Gisella Magri, Leda Torres, Cintia Trigo, Soledad Venegas, Julia Winokur y Marisa Vázquez, cada una como representante de alguna de las agrupaciones feministas del sector.
A partir de las 21 el micrófono quedará en manos de Mariana Fossati, quien conducirá lo que resta de velada, con las presentaciones del Ensamble Andares (un trío de música neocriolla), La Fulana Tango y Camila Arriva Grupo. Tanto la Fulana como Camila Arriva se encuentran presentando sus últimas placas, Un momento y Mujeres, respectivamente). “Queremos ver cómo está el sector, recoger la experiencia de las compañeras y sobre todo, estar unidas”, plantea Vázquez. En este segmento tendrá lugar la segunda rueda de cantoras. Entre ambas partes participarán Silvina Adámoli, Barby Aguirre, Andy Delfino, Celeste González, Gisella Magri, Sandra Márquez, Lucrecia Merico, Gabriela Novaro, la propia Vázquez y la guitarrista Brela Gerlach.
“Este año además tenemos un interés especial en las nuevas letras y el trabajo de las compositoras, teniendo en cuenta la importancia de la palabra en este nuevo cancionero popular, que se traza desde otros ámbitos, porque antes fue casi siempre patrimonio masculino”.
Para Liska, es claro que “hay toda una historia del tango a lo largo del siglo XX donde la poética estuvo hegemonizada por la enunciación masculina”, y celebra la irrupción de tantas compositoras y letristas mujeres. El tomo Mirada de mujer: las letristas del siglo XXI, compilado por Tinta Roja Ediciones, por ejemplo, reúne poemas de más de 35 tangueras, y aún así reconoce sus ausencias. Las llegadas de otros cancioneros, como el “songbook” Las mujeres compositoras del Tango también dan cuenta del movimiento.
“Por un lado, este enriquecimiento del tango a partir de la toma de la palabra de parte de mujeres repone puntos de vista culturales, sociales, que tienen que ver experiencias de vida marcadas por la experiencia de género. Y esto siempre desde un punto de vista plural, porque las mujeres tienen distintas experiencias”, explica Liska. ”Se están abordando temas muy variados. Muchas veces se encasilla a las mujeres como si hablaran sólo de temas de mujeres, pero eso también es un corset. Necesitamos que se repongan estas visiones de lo social, lo cultural, lo político, de la coyuntura, desde este lugar de las mujeres y sus visiones soslayadas a lo largo de la historia del tango”, advierte, con lo que reslta la importancia de este conversatorio, al que confluirán artistas de distintas corrientes del género.
“Por otro lado, algo más específico, me parece que lo que también está pasando es que se reponen situaciones problemáticas de la estructura social en torno a las desigualdades de género, sociales e históricas que difícilmente puedan ser relatadas si no es en primera persona o en relación a la vivencia de la desigualdad. En ese sentido el tango permite transmitir, mediar para procesar estas vivencias y poder generar con los públicos del tango nuevas narrativas”. Que el tango sirva para contar lo que pasa hoy es, desde luego, uno de los puntos centrales del movimiento artístico que se puede englobar bajo la etiqueta de “Tango Siglo XXI”, que lentamente el sector empieza a asumir como bandera, más allá de los más habituales “tango nuevo” o “nuevas composiciones”. “El tango permitiría visibilizar otras voces. Veo ese potencial y apuesto a eso", asegura Liska.
“Hacemos el Festival porque la lucha arranca y termina desde la unión”, define Vázquez. Por eso desde TH proponen un espacio de construcción abierto “a distintas feminidades” e “interseccional”. “Reconocemos los diferentes posicionamientos dentro de la sociedad a partir de otras identidades posibles sobre las cuales se generan distintas opresiones, incrementando la vulnerabilidad. Es nuestra intención avanzar en la búsqueda de estándares superiores de equidad, inclusión y no violencia en la escena cultural tanguera”, proponen.