Chile ha sido el laboratorio de experiencias políticas en Latinoamérica, de forma similar a que Engels habia caracterizado a Francia en Europa. Chile es un país que, en nuestro continente, ha vivido algunas de las experiencias más memorables de la historia política latinoamericana.
Primeras experiencias
Chile ha tenido un líder de izquierda, el gran marxista latinoamericano Luis Emiio Recabarren, candidato de izquierda a la presidencia del pais, en 1920. Fue apoyado por los partidos comunista y socialista, fundados poco tiempo antes.
Minuto a minuto, la vuelta de la izquierda al Palacio de La Moneda
En los años 30 Chile fue el único país de América Latina en tener un gobierno de Frente Popular, conforme las orientaciones de la Tercera Internacional, bajo la presidencia de Pedro Aguirre Cerda.
Esas experiencias prematuras respecto a otras países del continente tienen sus orígenes en el hecho de que Chile tuvo una economía primario-exportadora, pero exportadora de minerales – estaño, después cobre. Así, mientras otros países producían campesinados, Chile tenía, ya a fines del siglo XIX, el surgimiento de una clase obrera minera. De forma tal que, en Chile, el proletariado nació antes que la burguesía. De esos fundamentos vienen las experiencias innovadoras de Chile.
Alianza del Progreso
Ya en los anos 60 el gobierno de Eduardo Frei fue la referencia mas importante de los gobiernos propuestos para la Alianza del Progreso por Estados Unidos. Un tipo de gobierno que debía hacer reformas moderadas, como supuesta forma de impedir que surgieran otras experiencias revolucionarias, como la de Cuba. Ante todo, el objetivo de la Alianza del Pogreso era realizar reformas agrarias que impidieran que las agudas contradicciones sociales en el campo derivaran en nuevas alternativas revolucionarias. Proceso que Frei intentó implementar, aunque sólo lo logró a medias.
Mas tarde la extrema derecha chilena lo acusaria a Frei de ser un Kerensky chileno, que habría acelerado, en lugar de bloquear, las contradicciones en el campo chileno.
Chile siguió su camino de laboratorio de experiencias políticas originales en el continente eligiendo a Salvador Allende, quien llegó a la presidencia con un programa socialista para el país, experiencia única en el mundo, por su carácter de socialista y a la vez democrático.
El golpe y después
El viraje del golpe militar con Pinochet hizo que Chile siguiera siendo referencia, esta vez de la extrema derecha. Despúés de la dictadura, Chile se ha volvió un caso testigo para los Estados Unidos, de la búsqueda de compatibilizar democracia con neoliberalismo.
Fueron esas herencias del pasado las que explotaron en las manifestaciones del 2019, que demandaban una nueva Constitución en lugar de la vieja carta magna pinochetista, impuesta en pleno estado de sitio y remendada varias veces, pero no abolida. Los manifestantes también demandaban terminar con la herencia del modelo neoliberal, igualmente sobreviviente del régimen pinochetista.
La elección de Boric
La eleccion de Gabriel Boric, joven líder estudiantil que alcancé a conocer allá por 2019, representa un nuevo capítulo de las grandes innovaciones políticas que Chile siempre ha traído a Latinoamerica. Un gobierno nuevo porque es antineoliberal, al contrario de los gobiernos anteriores. Nuevo, porque existe en paralelo a la Convencion Constituyente, que propiciará que Chile tenga una nueva Constitución, que innovará en el plano de la descentralización política, de la atención a las demandas de las mujeres, de los indígenas, de los niños y de los enfermos, así como atender las necesidades del medio ambiente.
Boric tendrá un marco legal propicio para que su gobierno represente una nueva experiencia de democracia política, de políticas sociales y ecológicas. Un gobierno joven, con gran participación de mujeres, que expresa esa nueva cara del Chile del siglo XXI. Un gobierno que, 100 años después, podrá realizar los sueños de Recabarren.
Isabel Allende, en su ultimo libro, "Violeta", cuenta la historia de una mujer nacida en la pandemia de fiebre española y que ha muerto, exactamente un siglo después, en plena pandemia de coronavirus. Precisamente el tiempo que ha transcurrido desde el primer intento de la izquierda de gobernar Chile hasta el gobierno de Boric.
Como se suele decir allá: ¡Viva Chile, mierda!
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