Francia sacrificará a millones de animales en el noroeste del territorio para detener una nueva epidemia de gripe que afecta a los criadores de aves de corral ya que, desde finales de febrero, los contagios aumentaron de manera drástica en el oeste del país.
A inicios de mes, el departamento de Vendée registró 58 contagios, pero unos días después, el último balance contabilizó 187.
El Ministerio de Agricultura indicó que, actualmente, eliminaron 1,2 millones de animales aunque estiman que aún deben sacrificar 3 millones en la región.
De acuerdo a lo que prevé el presidente de la sección de aves del sindicato agrícola Fnsea para la región de Países de Loira, Christophe Labour, las pérdidas económicas serán "fenomenales" y "corren a cargo total o parcialmente del Estado", detalló la agencia AFP. "Pese a todo, habrá costos por daños colaterales y falta de producción de aves en las próximas semanas", advirtió.
El alcance de esta crisis supera a la del año pasado, que tuvo lugar especialmente en el sudeste, zona donde se produce foie gras (hígado de pato). En ese período, se identificaron cerca de 500 focos de gripe aviar en granjas y se sacrificaron 3,5 millones de animales, principalmente patos.
Esta temporada, desde que se detectó el primer caso a finales de noviembre, se registraron 649 focos en granjas y más de cuatro millones de aves de corral fueron sacrificadas, la mayoría de ellas en el sudoeste.
"De esta manera, hay menos aves en las granjas, lo que dificulta que el virus pueda multiplicarse", aseguraron.
Por otro lado, el "deseo" de los profesionales en las regiones del noroeste del país es "poder limpiar completamente el área para finales de abril".
El sector cuenta con muchas granjas, algunas de las cuales son consideradas "estratégicas" porque albergan animales utilizados para la cría y hay criaderos que dan a luz a los futuros pollos, gallinas ponedoras y patos.
Estas granjas son "realmente claves para la reanudación de la actividad en unas semanas cuando hayamos limpiado la zona", señaló el Ministerio.
A pesar de que un criadero ya se encuentra contaminado, todos los demás están protegidos y el objetivo es "crear una zona de amortiguamiento alrededor de los criaderos para preservar nuestras capacidades productivas de cara al futuro".
En la zona del sudoeste, afectado por la gripe aviar por cuarta vez desde 2015, los productores cuentan con estos criaderos para volver a llenar las granjas vaciadas por el virus.
Las epidemias de gripe aviar continuas generan costos considerables tanto para los profesionales, por la suspensión de la producción o el cierre de mercados de exportación, como para el Estado, debido a la indemnización por animales sacrificados y pérdidas económicas.
El Ministerio anticipa que será necesario "sacar lecciones del episodio, para construir una hoja de ruta renovada con profesionales para evitar que esto vuelva a suceder en el futuro". Por último, tras la crisis del año pasado, se decidió reducir la producción de patos en algunas zonas e imponer un confinamiento de las aves cuando el riesgo es "elevado".
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