Desde el humor gráfico, el mundo puede pensarse de otras –y mejores– maneras. El gran ejemplo lo ofrece la tradición misma y riquísima de Argentina. Si la cuestión se extiende más allá de las fronteras, el asunto crece y se vuelve más complejo. De todas formas, aquí y allá un rasgo persiste: la poca presencia de mujeres, habitualmente relegadas o invisibilizadas. Por este y tantos otros motivos, la muestra Trazos Libres: Las mujeres y el humor gráfico en el mundo, inaugurada en Centro Cultural Roberto Fontanarrosa el pasado jueves –y que permanecerá abierta hasta el 17 de abril, en el horario de 14 a 20–, se sitúa de manera referencial; en una agenda que, tal como la entiende su curadora, la ilustradora y caricaturista Marlene Pohle, posiciona al CCRF de manera internacional.
“Yo creo que la idea primordial de todo artista que hace humor gráfico hacia el mundo es la de promover la reflexión, y de paso divertirte y pasarla bien. Una tarea que uno no hace porque esté obligado, sino porque te gusta y se hace con mucha pasión”, comenta Marlene Pohle a Rosario/12. Nacida en Buenos Aires, Pohle integró el plantel legendario de la revista Hortensia, vivió dos décadas en Alemania, y trabajó en varias editoriales europeas. Desde 2015 se radicó cerca de Rosario, y entre sus muchos méritos –exposiciones internacionales, premios y menciones– destaca ser miembro y colaboradora de la Federación de Organizaciones de Dibujantes de Humor (FECO), así como creadora en 1997 de la rama alemana de dicha federación, de la que fue Presidenta General.
-El humor gráfico tiene una historia extraordinaria, tal vez porque nunca falta quien se ofenda o moleste.
-Claro, es el quid de la cuestión, ¡queremos hacer eso! (risas). Tenemos que distinguir un poquito entre el humor gráfico orientado simplemente al humor, y el humor político, que me parece en el amplio sentido más importante, pero que también te gratifica. Es una manera de protestar, de hacerte ver, de hacer notar la voz del pueblo, por ejemplo ante el gobernante de turno que no te gusta o por la medida que tomaron y que viene mal para la humanidad. La prueba está en que hay muchos países que le temen, y por eso las persecuciones a la libertad de expresión.
-Antes de viajar a Europa, usted trabajó en revista Hortensia, ¿cómo fue esa experiencia?
-Digamos que fueron mis comienzos, donde empecé a ganar un poco de plata con el humor; pero caricaturas he hecho toda mi vida desde chica, lo tradicional, lo que los chicos hacen de sus profesores, maestros, compañeros; luego me dediqué a la acuarela y la pintura al óleo, pero siempre hice caricaturas. En Hortensia, con Cristina Wargon hacíamos una tira, ella aportaba las ideas y las transformábamos un poquito. Éramos las primeras y únicas mujeres en esa revista, porque era un mundo muy masculino, más allá de que el humor cordobés es fantástico. Yo vivía en Córdoba en ese entonces y lo que hacíamos tenía éxito, pero nos terminaron echando, nos dijeron: “chicas, no las lee nadie”, ¡ya no sé por qué fue! (risas). Así terminó la revista también. Pero tengo muy gratos recuerdo de ese entonces; hemos hecho amistades que todavía tengo, como con Tomás Gulle, Crist, también era amiga de Fontanarrosa.
-Entre aquel momento y el presente de esta muestra internacional, integrada únicamente por mujeres, hay un camino a destacar.
-Eso es muy importante. Al vivir muchos años en Europa, tuve la oportunidad de asistir a muchos encuentros de dibujantes, donde uno se conoce y charla con artistas rusos, ucranianos, finlandeses, franceses, alemanes, etc., y al final uno termina a veces siendo amigo. Tengo una lista bastante importante de gente con la que sigo en contacto, a veces participo en concursos o soy jurado, y eso me llevó a que tenga en mano una lista, de la que hice una selección, de chicas a nivel internacional. Pero como hace poco que estoy viviendo de nuevo en Argentina, y no viví antes en Rosario, el mundo del humor gráfico de la ciudad me es un poquito desconocido, pero de eso se encargó la gente del Fontanarrosa (NdR: La muestra cuenta con la colaboración de Flor Coll, editora y directora del periódico femiñetas). Hicimos mancomunadamente este trabajo y tuvo buenos resultados, hemos mandado el catalogo por mail y las chicas se mostraron agradecidísimas, y eso es importante para cualquier sector cultural. Por la tradición que tiene el Fontanarrosa, que siempre ha presentado dibujantes muy importantes, una muestra como ésta abre más puertas y te podés poner al mismo nivel de cualquier salón internacional. También para la autoestima de las chicas jóvenes de acá, para que vean lo que se hace afuera, lo que pueden aportar, que se pueden comunicar entre ellas. Me importa muchísimo eso de hacer puentes y unir gente para intercambiar ideas.
-Y también para que la ciudad descubra a sus artistas, porque casi no existen publicaciones locales donde aparezcan.
-Digamos que es un mal que también ha ocurrido a nivel internacional. En Europa las grandes empresas editoriales han comprado a las más pequeñas y eso también incidió incluso en mi propio trabajo, es una de las razones por las que volví, no solo para estar cerca de mi familia. Yo hacía ilustraciones para libros de lengua extranjera, de pronto empezó la crisis y había que eliminar, ¿dónde?, en la parte gráfica. En el año 2019 también hubo una cuestión bastante problemática en The New York Times, con un dibujante portugués, António, que hizo un dibujo por el que lo tildaron por ahí de antisemítico. Lo publicaron pero aprovecharon la volada que se hizo por el mundo para rechazar y echar a todos los dibujantes extranjeros. Quiero decirte, no es solamente acá donde ocurren estas cosas. Parece que por Buenos Aires tiene que pasar todo, generalmente fue así, pero espero que no siga siendo de esta manera. También Córdoba es una ciudad importante para la parte gráfica. Por esto también la relevancia de que una exposición como ésta tenga como punto de referencia en el mundo a Rosario y al Fontanarrosa. En la próxima convocatoria, quienes no mandaron material o no fueron invitadas lo tendrán en cuenta para participar.
A través de cartoons, dibujos de prensa, caricaturas, historietas e ilustraciones, alrededor de 50 trabajos conforman esta muestra internacional. Entre las artistas de la ciudad figuran Chiara Barese, Alina Calzadilla, Catalina del Castillo, Flor Monza (Flopa), Silvia Lenardón, Lucía Seisas, Camila Scheitlin Rapp, y Jazmín Varela. “La gente que exhibe es importante, algunas han recibido premios, son conocidas, publican y colaboran en concursos. Nosotras pretendemos una igualdad, tenemos que seguir en nuestra lucha de mujeres para llegar a esta igualdad; pero dentro de estas obras, hay una sensibilidad muy especial, que tal vez tenga que ver un poquito con una sensibilidad femenina, no lo sé, lo dejaré a criterio de la gente que vea la muestra”, concluye.