Tras el apoyo que recibió en la Cámara de Diputados el Proyecto de Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda millonaria que dejó la gestión de Mauricio Macri, ahora se abre el debate en la Cámara Alta. De los tres senadores por Salta, dos ya tienen definido su voto.
Aún retumban los argumentos de los diputados que estaban a favor de avanzar en un acuerdo de refinanciación con el organismo internacional optando por “el mal menor”, y quienes preferían rechazarlo.
El jueves, luego de casi 14 horas de debate, el proyecto que ratifica el acuerdo obtuvo el apoyo de la Cámara Baja con 202 votos a favor, 37 en contra y 11 abstenciones. Llamativamente, la iniciativa contó con una mayoría de las y los legisladores de Juntos por el Cambio, pero no fue así en el oficialismo, en donde algunos sectores como La Cámpora, Patria Grande y la Corriente Clasista y Combativa votaron en contra.
Entre los legisladores salteños, la votación fue muy similar. De los siete representantes, cinco votaron apoyando el acuerdo y dos lo rechazaron. Justamente, quienes votaron en contra del acuerdo son dos representantes que integran el bloque del Frente de Todos, Verónica Caliva y Emiliano Estrada.
“Nadie puede estar contento ante esta situación”, dijo para empezar Lucas Godoy a Salta/12. “Hoy tenemos una deuda con el FMI, no la estamos creando ni inventando”, prosiguió. Para el legislador, quedaban dos opciones “ante esa deuda insostenible e impagable, el default o mora”, que significaría sumergirse en una crisis que traería más devaluación, inflación y pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, “o postergar los pagos, refinanciar la deuda y permitir un crecimiento para seguir reconstruyendo la senda de la recuperación del trabajo, la industria y la producción”.
Godoy aseguró que no se cansará de recordar que en 2015 “Macri recibió un país desendeudado con un stock del 52% de la deuda respecto al PBI”, mientras que la gestión Cambiemos llevó ese stock al 90% “con una inflación que llegó a ser del 55% y un sobreendeudamiento”. “Fue el más grande de la historia del FMI y fue un préstamo político para sostenerlos en el gobierno, pero la usaron para fugarla y no para reindustrializar al país, y es algo que ellos mismos reconocieron”, subrayó.
“Ahora tenemos que pagar 20.000 millones, que no tenemos, este año, y el que viene otros tantos”, explicó, por lo que entendió que no quedaba otra salida que refinanciar esa deuda y tomar aire para levantar al país. Pero para ello, consideró que se debe reconocer que las condiciones del acuerdo “son atípicas”, ya que no exigen reformas laborales ni previsionales, y tampoco privatizaciones o disminución del gasto. A la vez que resaltó que es la primera vez que se le da al Congreso la posibilidad de intervenir en decisiones de esta envergadura.
Por último, consideró que deberán “tener una mirada atenta” en la distribución de los subsidios, porque los legisladores del interior seguirán exigiendo “una distribución equitativa entre la capital y el interior” y que las tarifas siempre se actualicen por debajo de los aumentos salariales. Apoyó la decisión de llevar el tema a la Justicia para que se determine la culpabilidad de los funcionarios de la gestión que tomó la deuda por administración fraudulenta y malversación de caudales públicos, “exigimos saber quiénes, con nombre y apellido, se beneficiaron y se llevaron la plata a costa de todo el pueblo argentino", afirmó.
Pamella Calletti también sostuvo que hubiera preferido que el país tenga los fondos suficientes para pagar y que el FMI se retire del país, “o no haber contraído esa deuda”, “pero la realidad es que hay una deuda que era impagable desde el momento que se tomó en el 2018 y que como nos dejaron sin reservas y no tenemos acceso al crédito, tenemos que pagar o entrar en default”.
A su vez aclaró, como lo hizo Godoy, que el acuerdo no implica una nueva deuda, “sino solo una refinanciación con lo que ya debe el país”, y que era necesario hacerlo antes que entre el vencimiento de casi 20.000 millones de este año para no entrar en mora, “porque cuando Argentina defaulteó sabemos lo que pasó, trajo más hambre, más desocupación y recesión como pasó en el 2001”.
Respecto a la decisión de su compañero de fórmula en las últimas elecciones, Emiliano Estrada, quien votó en contra, Calletti dijo respetar pero no compartir su posición, aunque aseguró que eso no los separa sino que afirma lo que estaba claro desde el primer momento: la diversidad y pluralidad de opiniones en el mismo frente, “pensamos diferente, el tiene una pertenencia a un espacio político y prefirió seguir ese lineamiento”.
Calletti dijo que confía en que el Senado también dará su visto bueno: “dudo que en Argentina alguien esté contento con tener que refinanciar una deuda con el Fondo y revisar ese acuerdo cada tres meses, pero será lo mejor porque es un paso necesario para evitar el default y comenzar a construir un camino de crecimiento productivo”.
Justamente, el voto de Emiliano Estrada fue una incógnita hasta último momento y no hizo declaraciones al respecto, aunque por su pertenencia a La Cámpora, se supone que optó por el rechazo bajo los argumentos que utilizó el espacio que lidera Máximo Kirchner. Días antes, el diputado salteño le había confiado a este medio que leería en detalle el acuerdo y esperaba que el ministro de Economía, Martín Guzmán, aclarara algunos puntos con los que no coincidía.
Por otra parte, el de Verónica Caliva era un voto cantado desde hacía rato. La legisladora del Frente de Todos, que llegó con el apoyo de la Corriente Clasista y Combativa, en su alocución durante el debate repitió que “siempre el Fondo llega a pasar sus recetas de llanto sudor y lágrimas, y no hay que olvidarlo”. A pesar de rechazar el proyecto destacó y celebró la “democracia interna” que reina dentro del frente que integra “para que cada uno diga y opine lo que considera ante cada acontecimiento político”.
“Esta no es una deuda, es una estafa que realizó la gestión anterior”, les enrostró a los legisladores de Juntos por el Cambio y le reclamó al Fondo Monetario “que se haga cargo de lo que hizo y que no se vengan a hacer los patoteros mundiales”.
Los tres integrantes de la bancada de Juntos por el Cambio también votaron afirmativamente, aunque con críticas. Miguel Nanni se atrevió a explicarles a sus pares en el Congreso que las matemáticas “nos enseñan a enfrentar los problemas”, y que la solución podía ser más sencilla que “como la pinta este gobierno” que llevó al país, según él, a retrasar una decisión y ponerlo al borde del default. Siguiendo la línea de la alianza que integra, pidió avanzar en una reforma laboral “que no es para quitarle derecho a los trabajadores, sino para generar más fuentes de trabajo”, esgrimió.
El referente de Ahora Patria, Carlos Zapata, argumentó su voto positivo “porque la caída en default nos va a marginar del mundo”, aunque rechazó muchas de las enunciaciones que figuran en los apartados del memorándum “que generan más carga tributaria y acrecientan todos los males de la Argentina agrandando el gasto público”. El ex diputado provincial se opuso a quienes sostienen que se necesita un Estado más grande, al que consideró “elefantiásico” y pidió que se reduzca el déficit como lo venía haciendo el gobierno anterior, para luego reclamar más federalismo: “En Salta se habla mucho de crecimiento y hay muy poco de crece y mucho de miento”, disparó.
Virginia Cornejo solo emitió un comunicado a través de sus redes en el que recalcó que “JxC logró el consenso que el FdT no pudo para que el país no entre en default”. En su escrito manifestó que la deuda “se debe a que se gasta más de lo que se tiene”, pero no hizo mención a quién, ni como se adquirieron los 45 mil millones de dólares que hoy están en discusión y ponen al país al borde de la cesación de pago.
El turno de los senadores
A partir del lunes por el Senado de la Nación desfilarán el jefe de Gabinete, Juan Manzur, el ministro de Economía, Martin Guzmán, el titular del Banco Central, Miguel Pesce, entre otras autoridades, que explicarán en qué consiste el acuerdo celebrado con el Fondo Monetario Internacional.
Allí son tres los representantes por Salta que deberán fijar su postura, dos por el oficialismo y el tercero por la oposición. Este último, Juan Carlos Romero, ya adelantó que votará como lo hizo Cambiemos en Diputados, aunque con críticas, acompañando el entendimiento con el organismo internacional.
El ex intendente de Tartagal, Sergio Leavy, también lo hará acompañando a la mayoría oficialista. Pero quien no se animó a definir aún su voto fue la senadora Nora Giménez, que anticipó que primero escuchará los argumentos de Guzmán y compañía, “daré el debate activamente dentro del bloque antes de tomar una decisión tan dura”, expresó.