El Espacio de Memoria y Promoción de los derechos humanos que funcionará en Campo de Mayo ya tiene territorio y tiene forma. Docentes universitarios e investigadores que participaron de la proyección del espacio ofrecieron detalles tanto del proceso como de la propuesta arquitectónica y de contenidos, que comenzará a edificarse una vez que transite el proceso de licitación, que arranca en las próximas semanas. “No nos podemos permitir perder más tiempo, esto tiene que ser ahora”, sostuvo Marcelo Castillo, titular del Archivo Nacional de la Memoria (ANM), que junto a la Dirección Nacional de Sitios de Memoria es de las áreas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación más comprometidas con el proyecto.
El conversatorio sobre el proyecto de construcción del Espacio de Memoria en Campo de Mayo, donde funcionaron más de cinco centros clandestinos durante la última dictadura cívico militar eclesiástica, fue la primera charla de un abanico numeroso que tuvo lugar en la jornada de cierre del Proyecto “Sinergias para la gestión de políticas públicas de memoria, Verdad y Justicia”. La iniciativa coordinada por el ANM, el Museo Sitio de Memoria Esma y la Dirección de Sitios, ofreció entre agosto y noviembre una serie de encuentros de formación para trabajadores y trabajadoras de sitios, espacios y archivos de memoria de todo el país.
En su introducción, Castillo, que moderó la exposición, aclaró que la experiencia de construir un Espacio de memoria en Campo de Mayo comenzó a mediados de la década de los 90 y que “por distintos motivos y diferencias se detuvo”. “A partir del decreto de (Mauricio) Macri que quiso transformar Campo de Mayo en un espacio de recreación, las organizaciones de derechos humanos, las diversas comisiones de sobrevivientes y familiares tomaron fuerza y le propusieron a Horacio (PIetragalla Corti), que por entonces era diputado, retomar aquel proyecto”, hiló el funcionario que, en aquellos tiempos, trabajaba en Abuelas de Plaza de Mayo junto a Lorena Battistiol Colayago, hoy directora de Sitios de Memoria de la Secretaría. Al asumir la dirección de la Secretaría de Derechos Humanos, el proyecto cobró más fuerza. En marzo de 2020, el Presidente Alberto Fernández anunció la inciativa y en diciembre del año pasado derogó el decreto de Macri.
“Pasó mucho tiempo y en el medio se murieron un montón de compañeros y compañeras. Esta vez tiene que ser, estamos en tiempo de descuento", remarcó el titular del ANM. Se calcula que por Campo de Mayo pasaron al menos cinco mil personas, de las cuales muy pocas sobrevivieron.
Los pasos dados
Ya se avanzó bastante. Por un lado, se concretó la cesión de dos parcelas de la guarnición militar, que tiene más de cinco mil mil hectáreas, para la construcción del Espacio de Memoria. “Hicimos las cosas prolijas y los terrenos ya son nuestros”, apuntó Castillo en el conversatorio: el Espacio funcionará en un predio de 350 metros de largo por cincuenta de frente que se extiende sobre uno de los laterales de Campo de Mayo, sobre la ruta 202. La otra parcela cedida es la que sirvió de base para El Campito, el principal centro clandestino del lugar. “En el transcurso de este año”, dijo Castillo, el Equipo Argentino de Antropología Forense comenzará con las excavaciones para determinar si hay allí o no enterramientos clandestinos de la época del terrorismo de Estado. El Estado también cedió la propiedad de los tres aviones que fueron utilizados para los vuelos de la muerte que partieron desde Campo de Mayo con detenides desaparecides que, desde ellos, fueron arrojades al agua.
Uno de los objetivos al momento de retomar el proyecto de construcción de un Espacio de Memoria en Campo de Mayo fue “mantener el espíritu del proceso original”, contó Castillo, que era vincular a las universidades públicas en el proyecto. Con la coordinación del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM), y la participación del Laboratorio de Experimentación Tecnológica de la UNSaM, el Taller Matéricos de la Universidad Nacional de Rosario y la Cátedra Taller a77, de la Universidad Nacional de Buenos Aires, pudieron lograrlo. Tres docentes y referentes de esos espacios de formación ofrecieron detalles en la charla del viernes: Gustavo Diéguez, Roberto Busnelli y María Rodrígues Mori.
Más de cien personas, entre docentes y estudiantes, participaron del proceso de seminario, producción y selección que culminó en el proyecto final. Entre agosto y noviembre de 2021, les estudiantes recibieron talleres de formación de organismos de derechos humanos, comisiones de familiares y sobrevivientes de Campo de Mayo, investigadores de la Secretaría de Derechos Humanos. De los veinte proyectos presentados, seleccionaron cuatro que fueron fusionados este verano. El resultado final es una estructura de hormigón que, rodeada de la vegetación del lugar, cuenta con una plaza seca circular central y salas vidriadas que en ella confluyen y que alojan historias de las víctimas, información sobre los represores que actuaron en la represión ilegal y la lucha de los organismos por sostener la memoria de lo allí acontecido.
El contenido del Espacio surgirá del proyecto interdisciplinario de relevamiento documental, investigación y producción de contenidos en torno a Campo de Mayo, que lidera el área de Investigaciones históricas del ANM en trabajo colaborativo con la Unidad Especial de Investigación de Delitos de Lesa Humanidad Cometidos con Motivación Económica y la Dirección Nacional de Asuntos Jurídicos en Materia de Derechos Humanos.
La idea es contextualizar el funcionamiento de Campo de Mayo y explicar la función que cumplió en la represión estatal a lo largo del siglo XX, específicamente durante la última dictadura. Durante la charla, el titular del área de investigaciones del ANM, Rodrigo González Tizón, confirmó que los trabajos de investigación, que serán difundidos públicamente en formato de cuadernillos periódicos, están avanzados. El primero será publicado este mes y entre abril y diciembre se sumarán cinco más. Se prevé la difusión de un informe final para diciembre de 2023.