El loro alisero o pinero vive en los bosques de pinos de zonas altas. Su hábitat es reducido, se lo puede avistar solamente desde el sur de Bolivia pasando por Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca. A diferencia de sus hermanos, los loros habladores, ellos prefieren los lugares más fríos. Por sus características, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y Aves Argentinas, considera a la especie como amenazada desde el año 2017.

El biólogo Gonzalo Martínez, habló con Catamarca/12 sobre la situación de éstas aves en la provincia. “En Catamarca se avistó una de las poblaciones más grandes de loros aliseros y fue en la localidad de Las Juntas. Se debe a que ahí existe un extenso bosque de pino del cerro, que es el ambiente que le gusta habitar. Se trata de un bosque montano de yunga”, contó.

Estas aves sólo habitan en cuatro provincias del país “y la provincia es la más austral en donde se encuentran”, señaló el profesional.

El loro alisero, vive en un hábitat especial y que no es común. Los bosques de pinos, en donde también hay alisos y ambiente de cerros le brindan refugio y alimento. Los frutos de estos pinos son su principal comida y ellos, a diferencia de otros loros hacen sus nidos en los huecos de éstos árboles.

“Tienen un área muy restringida para vivir, y es por esto que son considerados una especie amenazada. Si desaparecen éstos bosques ellos se extinguen por completo porque no tienen dónde ir”, resaltó el biólogo.

El loro alisero, no sólo vive en la zona de Las Juntas dentro de la provincia, también se han comunicado avistajes en los alrededores las localidades de Balcozna y Las Lajas, ubicadas en la zona norte de la provincia y en el valle de Aconquija. Cuando en el invierno, se quedan sin los frutos que comen de los pinos, pueden bajar a las zonas selváticas y alimentarse de vainas de otros árboles.

“Creo que es importante hacerle ver a la gente que tenemos que dejar de extinguir especies. Tanto en Bolivia, como en las demás provincias donde habita hay proyectos para la conservación de esta especie, para protegerla, pero en Catamarca no se está haciendo nada”, resaltó Martínez.

El biólogo explicó que son muy pocos los que pueden diferenciarlos de los demás loros , pero la mayoría de la gente no los conoce y hasta los confunde con las catas y por esta misma razón no los valora. “Quienes tienen casas en esos lugares, les disparan con rifles, hondas, porque les molestan que sean ruidosos o porque les comen las frutos de los árboles”, remarcó.

Las costumbres de estas aves son particulares. Se los puede ver al atardecer y al amanecer cuando todos juntos duermen en los arboles altos. Son reconocibles no sólo por voz cuando emiten sonidos de un tinte más metalizado que los loros habladores, sino por su plumaje. En la frente tiene una marca roja y también en la punta de sus alas, donde se observan además manchitas de color azul.

Proyecto binacional

En el año 2003 la ONG Cebio inició el “Proyecto Loro alisero”, cuya meta es generar información científica confiable para dirigir las acciones de conservación y manejo necesarias para asegurar el mantenimiento de esta especie y su hábitat a largo plazo.

En su página web establecen que se cubren tres aspectos: Generación de información científica sobre la biología reproductiva, ecología alimenticia, dinámica de poblaciones, comportamiento y el estado de las poblaciones de Loro alisero.

Luego el “uso de esa información para llevar adelante acciones de conservación y manejo de la especie, como ser la identificación de áreas importantes para conservar o el desarrollo de criterios de manejo forestal compatible con la conservación” y el detalle más importante, la “Educación y generación de conciencia en la sociedad de la importancia de la conservación del Loro alisero, y en general de la biodiversidad de las Yungas, usando a esta ave como especie bandera o símbolo de las Yungas”.

“Catamarca no forma parte activa, ni tampoco protege las zonas en donde habita”, concluyó Martínez.