Boca se lamió las heridas. Tras la caída ante Huracán y las polémicas de la semana, el conjunto xeneize revirtió el mal momento con una justa y ajustada victoria 1-0 sobre Estudiantes, en la que no le sobró nada pero para la que hizo los méritos suficientes. Un gol del peruano Luis Advíncula y un penal atajado por Agustín Rossi a Leandro Díaz cuando el partido estaba empatado marcaron la diferencia para Boca, que tuvo puntos altos en Aaron Molinas, Sebastián Villa y Pol Fernández en su nueva posición como volante central.
La pobre imagen que había dejado Boca ante Huracán quedó rápidamente en el olvido, con una agresividad y profundidad que no había mostrado la semana pasada. Con la conducción de Molinas y la peligrosidad de Villa, el conjunto de Battaglia dominó a un rival que opuso intensidad y roce para frenar el mejor juego de su rival. Sin embargo, el visitante acumuló méritos con llegadas por diferentes vías: a través de la pelota parada lo tuvieron Vázquez y Zambrano; Andújar le tapó dos chances a Villa y entre Rogel y el palo le negaron el tanto a Vázquez. Boca generó mucho, pero no concretó nada.
Del otro lado, Estudiantes pareció sentir la rápida salida de Boselli, aunque una avidada de Castro terminó en la chance más clara del primer tiempo por una falta de Fabra en el área. Sin embargo, Rossi volvió a demostrar que es un especialista en los penales y le detuvo el remate a Leandro Díaz.
Parecía que Estudiantes podía equilibrar el desarrollo en el inicio del segundo tiempo, pero la fórmula de Boca le dio el premio en el momento más flojo del equipo: Molinas asistió de forma brillante a Villa, que se acomodó y metió el centro justo para que Advíncula convirtiera su primer gol en Argentina. Era justo por lo que había pasado hasta el momento, aunque una distracción de forma inmediata casi posibilita el empate de Zuqui, pero su cabezazo salió desviado.
Herido por la desventaja, Estudiantes adelantó sus líneas y empujó con la potencia de Leandro Díaz y la viveza de Pellegrini. Así se llevó por delante a Boca, que ya no mostró la solvencia de los primeros 70 minutos, más allá de algunos contragolpes con los que pudo liquidar el juego. Así el desarrollo se tornó emocionante, con chances en los dos arcos y discusiones en todos los sectores de la cancha. Es cierto que en esos últimos minutos Boca mostró algunas dudas, aunque a esa altura ya se había dado un baño de juego y de confianza clave pensando en River. Y se trajo de La Plata tres puntos fundamentales pensando en las posiciones.