Hay un bicho raro, de rasgos mutantes o alienígenas, y convive con quien lo desee. Seguramente sea una cuestión de edad o de fe. Porque una vez superado cierto límite de años, este amigote se desvanece o se muda a visitar a otros. Vaya uno a saber.
Lo cierto también es que el dibujo puede recrear ese mundo devínculos esenciales, que son historias íntimas, nada mínimas. Si el trazo es sintético, de caricatura, con colores algo apagados, la melancolía puede trazar un camino que es el del recuerdo pero también el del porvenir. Es decir, no está claro si Criatura, la historieta del brasileño Rafael Corrêa, concluye en un flashforward o como desenlace de un racconto. Habilidad narradora de un artista minimalista, que es recuperado para el público local gracias a la editorial rosarina Rabdomantes, de César Libardi.
Criatura no tiene pocas páginas, sino las necesarias. Se lee como un cuento, como un acto de magia, como un risueño despertar o un lento adormecer. Tiene tal sensibilidad que invariablemente logra perturbar. El inicio rutinario, de niñez y bicicleta, trastoca tras la pérdida del perrito querido. El dolor y el enojo acompañan ahora al protagonista. Así como le sucede a Víctor, el niño de Frankenweenie, la película de Tim Burton.
Si en ese film es el cine el artefacto capaz de devolver vida ‑cuando Víctor proyecta sus peliculitas en súper‑8, donde el perrito era el héroe de las aventuras‑ en Criatura cumple misma función el arte de la historieta. ¿Habrá sufrido su autor alguna pérdida similar? Seguramente otal vez. Lo que importa es cómo contagiar desde un sentimiento profundo, que persiste, para concluir en una escena final introspectiva, como si la historieta realizada fuera, justamente, el juego que hace posible que los sueños despierten los imaginarios de la infancia.
Criatura no tiene diálogos, apela a la narración desde la transición básica y suficiente entre los cuadritos. Con dibujos de rasgos sencillos, casi elementales. Que contrastan sus expresiones entre cuadro y cuadro, con efectos sorprendentes, porque la claridad de lectura es uno de sus logros. Si el valor tonal apagado predomina, esto es así hasta que las aventuras cobran vuelo: es una sola página, en donde los colores son vivos y las viñetas se dibujan distinto; se trata dela página fundamental, la que insufla vida y proyecta ilusiones. Volver a ese momento ‑esa página‑, en función del niño que salía de su casa con el perro y el adulto posterior, constituye el equilibrio formal de Criatura y su piedra de toque vital.
El dibujante Rafael Corrêa tiene 40 años, es oriundo de Rosário do Sul,y su obra ha merecido reconocimientos en salones internacionales de su país y el mundo. Rosario lo conoció en 2014 a través de Crack Bang Boom, donde estuvo de visita además de recibir el segundo premio del concurso de historietas, con la obra Lobizón/Logan. Fue allí donde trabó amistad, stand mediante, con el editor rosarino, quien vio las páginas de Criatura y cruzaron voluntades para el proyecto local.
En rasgos generales, puede decirse que Corrêa se distingue por una trayectoria en donde predomina una mirada cálida, simpática, dedicada a enfrentar con este ánimo encantador las complejidades. Por ejemplo, cuando fuera diagnosticado con esclerosis múltiple, el dibujante decidió retratarlo (y retratarse) semanalmente conMemórias de um esclerosado (http://memoriasdeumesclerosado.tumblr.com/).
De su talento han sido testigos las páginas de los diarios Folha de S. Paulo y Agora,así como las revistasGloss, Saúde, MAD. Es el autor de las tiras Artur, o Arteiro, Sapatirasy Caracteres!?.Sus trabajos pueden consultarse en http://rafaelcartum.blogspot.com/. Para el interesado, Criaturaestá disponible en las librerías de cómics de la ciudad.