El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió justicia por el asesinato de la concejala y defensora de los derechos humanos Marielle Franco, un hecho que calificó como "crimen brutal y político" en su cuarto aniversario. Franco, militante del Partido Socialismo y Libertad, y su chofer Anderson Gomes, fueron ultimados en una zona céntrica de Río de Janeiro en la noche del 14 de marzo de 2018. Dos expolicías están detenidos acusados de haber perpetrado el homicidio pero el Ministerio Público y la policía no han determinado aún quién mandó a matar a Franco, quien desde su banca de concejal denunciaba el avance de los grupos parapoliciales en el control del delito en las favelas.
¿Quién mandó matar a Marielle?
Lula recordó el aniversario y puso el acento en la falta de responsables en la investigación mediante un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que aparece fotografiado mostrando una remera con la leyenda "¿Quién mandó matar a Marielle?". "Se cumplen 4 años del asesinato de Marielle Franco y Anderson Gomes. Un crimen brutal y político. Todavía no sabemos quiénes son los directores. ¡Seguimos exigiendo justicia! Las luchas de Marielle no fueron en vano", escribió Lula, favorito para ganar las elecciones presidenciales de este año.
Además el exalcalde de San Pablo, Fernando Haddad, d¡ijo en su cuenta de Twitter: "El asesinato de una concejala y activista por los derechos civiles, Marielle Franco, tuvo un autor intelectual. Cuatro años después no se ha revelado el nombre de la persona que ordenó los tiros en su rostro, de la manera más cobarde posible. Los fascistas celebran. Asqueroso".
Marielle Franco se transformó en 2018 en un símbolo del ascenso de la ultraderecha: el diputado Daniel Silveira hizo campaña rompiendo un cartel con el nombre de la militante feminista en un acto. La semana pasada Silveira y el diputado estadual por Río de Janeiro, Rodrigo Amorim, posaron junto a esa placa rota. En el fondo de la misma imagen, también enmarcados, se podía apreciar un rifle y un retrato del senador Flavio Bolsonaro.
Familiares piden justicia
"Feminismo, LGBT, favela, negritud. El cuerpo y la voz de Marielle respiraban lucha. Hoy se cumplen cuatro años sin ella. Honramos su trayectoria, exigimos respuestas", escribió en redes sociales Anielle Franco, escritora feminista y hermana de Marielle.
Monica Benicio, viuda de Marielle, también continúa exigiendo justicia por el crimen: "Es desalentador, agotador y muy preocupante llegar al hito de cuatro años sin una respuesta de quién mandó matar a Marielle y por qué", declaró al portal Metrópoles. Benicio, quien fue electa concejala en 2020 por el mismo partido al que pertenecía Franco, acusó: "Cuatro años después, el sentimiento para mí es que el gobernador Claudio Castro es muy incompetente o que hay mucha mala fe".
Castro, aliado de Bolsonaro, está acusado de interferir en la investigación que lleva adelante la Policía Federal bajo las directivas de la Fiscalía carioca. En julio de 2021 abandonaron el caso las procuradoras Simone Sibilio y Leticia Emile, quienes denunciaron que "interferencias externas" podían entorpecer la investigación. En ese entonces se supo que policías no involucrados al caso habían accedido a información confidencial.
Este lunes, las escalinatas del Concejo Municipal de Río de Janeiro amanecieron con una intervención urbana de más de dos metros de altura de Amnistía Internacional. Varios paneles explicaron el proceso legal y judicial sobre el asesinato y destacaron la falta de acceso a la información brindada a los familiares y sus abogados.
Lo que se sabe del asesinato
El 14 de marzo de 2018, mientras Brasil iniciaba la campaña electoral para definir al próximo presidente, Marielle Franco fue asesinada de tres tiros en la cabeza por un grupo de expolicias. El conductor del vehículo en el que viajaba, Anderson Gomes, murió en el mismo ataque. Venían de un encuentro con mujeres en riesgo por violencia en el barrio de Lapa, zona céntrica de Río de Janeiro.
Luego de cuatro años la principal hipótesis dice que Franco, de 38 años, fue asesinada por encargo, pero la investigación no ha avanzado para identificar a los responsables intelectuales. A pesar de la detención de los expolicías Ronnie Lessa y Elcio Queiroz, quienes reconocieron que efectuaron los disparos, defensores de derechos humanos, dirigentes políticos y la familia de Franco continúan reclamando saber quiénes solicitaron el asesinato de la lideresa afro.
Los vínculos con Bolsonaro
La investigación sufrió tropiezos y se transformó en un escándalo cuando se supo que los homicidas partieron para cometer el delito del mismo condominio de Barra de Tijuca donde residía Bolsonaro antes de mudarse a Brasilia, a la residencia oficial de la Alvorada. Según una de las varias versiones que se manejan, Lessa y Queiroz acudieron a la casa del ahora presidente antes de cometer el crimen.
Lo cierto es que la muerte de Franco levantó la alfombra en la que se escondía la violencia política brasileña, sobre todo porque en ese momento Río de Janeiro estaba bajo intervención militar decretada por el entonces presidente Michel Temer. El interventor de la seguridad de Río en la época era el general de brigada Walter Braga Netto, actual ministro de Defensa de Bolsonaro y favorito para acompañar al mandatario como candidato a vicepresidente en las elecciones del dos de octubre.