Una nueva ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania terminó sin avances pero seguirá este martes, mientras que decenas de personas murieron en Ucrania en ataques rusos contra Kiev y otras ciudades y en un bombardeo ucraniano contra la capital de una provincia prorrusa. Alertas de ataques aéreos resonaron en varias ciudades de Ucrania y los combates continuaron, y en paralelo un convoy de 160 vehículos salió con civiles de la sureña Mariupol, en lo que parecía ser el primer intento exitoso de organizar un "corredor humanitario" en la ciudad portuaria. Al menos dos personas murieron y una resultó herida en un bombardeo ruso en Jarkov, en el nordeste ucraniano, según informó la fiscalía regional.
El conflicto Rusia - Ucrania, minuto a minuto
En la madrugada del lunes un edificio de ocho pisos del barrio de Obolon, en el norte de Kiev, fue blanco de "un disparo de artillería" causando un muerto y 12 heridos. Más al oeste, nueve personas murieron y otras nueve resultaron heridas en un bombardeo ruso contra una torre de televisión en Antopil, cerca de la ciudad de Rivne, según las autoridades. Y en Jarkov, al menos dos personas murieron en otro asalto ruso. "Un inmueble fue destruido y algunos edificios fueron dañados tras una serie de tiros del agresor", indicó el servicio de prensa de la fiscalía de la región.
En Donetsk, los separatistas prorrusos apoyados por Moscú dijeron que un ataque ucraniano contra el centro de la ciudad dejó al menos 23 muertos y 18 heridos. Los separatistas publicaron fotos de cuerpos ensangrentados en una calle llena de escombros. Según estas fuentes, hay al menos un niño entre los fallecidos causados por misiles que contenían una carga de racimo, dijo el jefe de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denis Pushilin.
La ciudad es capital de la provincia del mismo nombre, de mayoría rusoparlante y fronteriza con Rusia, que en 2014 se proclamó república luego de celebrar un referéndum de independencia de Ucrania en rechazo a lo que califica de política antirrusa del gobierno de Kiev. Más de 14 mil personas han muerto desde entonces en combates entre el ejército ucraniano y las milicias que controlan Donetsk y otra provincia rusoparlante vecina, Lugansk.
"Ningún lugar seguro"
En Dnipro, gran urbe industrial al oeste y hasta ahora considerada un refugio para los civiles procedentes de Jarkov o Zaporiyia, las sirenas de alarma retumbaron durante cinco horas, por primera vez desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero. La situación sigue siendo dramática en Mariupol, una estratégica ciudad portuaria asediada por los rusos, pese a que por primera vez en días, unos 160 vehículos pudieron salir a través de un corredor humanitario.
Los combates llegaron también al oeste, con bombardeos el fin de semana contra la base militar de Yavoriv, cerca de Polonia. Según Moscú, decenas de "mercenarios extranjeros" murieron. Para Ucrania, las víctimas eran todas civiles. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó de nuevo a la OTAN a crear una zona de exclusión aérea en su territorio, lo que la alianza militar rechaza por temor a otra guerra.
En la antigua central nuclear de Chernobyl ahora ocupada por Rusia, al norte de Kiev, el operador ucraniano Ukrenergo acusó al ejército ruso de haber vuelto a dañar la línea de alta tensión que le suministra electricidad. Luego de un primer corte el nueve de marzo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dijo que no tiene "ningún impacto importante en la seguridad" del lugar, escenario de la peor catástrofe nuclear civil de 1986.
Negociaciones sin avances
Mientras persiste el temor a que el conflicto se propague, las conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana se reanudaron el lunes por videoconferencia. "Tenemos que mantenernos firmes y luchar para ganar, para lograr la paz que los ucranianos merecen, una paz honesta con garantías de seguridad para nuestro pueblo. Y ponerlas por escrito en las negociaciones", dijo el presidente Zelenski en un video.
Por la tarde el jefe de los negociadores ucranianos, Mykhailo Podoliak, anunció una "pausa técnica" de las conversaciones, que se reanudarán el martes, mientras se multiplican las acciones diplomáticas. El primer ministro ucraniano, Denis Shmyhal, le pidió al Consejo de Europa que expulse inmediatamente a Rusia de esta organización de defensa de derechos humanos para evitar "una catástrofe nuclear o que toda Europa esté en llamas".
A la espera de algún avance en las negociaciones, altos responsables estadounidenses y chinos se reunieron en Roma. La Casa Blanca está inquieta ante una posible ayuda de Beijing a Moscú, aunque el vocero de Exteriores chino, Zhao Lijian, dijo que se trata de "pura desinformación" y que "denigrar la posición china no es aceptable".
Cuarta ronda de sanciones
Este lunes el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, confirmó una cuarta ronda de sanciones contra Rusia. La Unión Europea agregará al multimillonario Roman Abramovich y a otros magnates rusos en su más reciente lista de sanciones, en la que ya figuran un total de 862 personas y 53 entidades rusas.
Moscú acusa a los países occidentales de intentar provocar un "default artificial" ya que las sanciones congelaron hasta ahora 300 mil millones de dólares de reservas de Rusia en el extranjero. Estas sanciones ponen en aprietos a Rusia a la hora de hacer frente a varios pagos de deuda en divisas que vencen en marzo y abril, haciendo resurgir el recuerdo humillante de 1998, cuando no pudo afrontar su deuda.