La carne vuelve a presentar subas. En febrero los cortes vacunos se incrementaron un 3,2 por ciento y en términos interanuales subieron un 58,6 por ciento, según un trabajo realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Luego de las subas por encima del 75 por ciento de los precios al mostrador en 2020, el primer semestre de 2021 comenzó con nuevas subas que totalizaron otro 35 por ciento de aumento. El gobierno tomó una serie de medidas para frenar los incrementos generalizados en la cadena de valor que permitieron cortar la dinámica alcista entre julio y octubre, donde los precios retrocedieron 3 por ciento. Sin embargo, noviembre y diciembre, meses donde suele aumentar el consumo, mostraron nuevamente incrementos sensibles en el precio de la carne, promediando 11 por ciento y 10 por ciento, respectivamente, señala en informe. 

"En febrero puede observarse un impacto heterogéneo de los aumentos en relación con los cortes. A la inversa de lo que ocurrió en enero, donde los cortes económicos fueron los que más incrementaron su precio, en febrero los cortes caros fueron los que más aumentaron: 3,6 por ciento", explicó el informe del CEPA.

El relevamiento precisó que los denominados "cortes caros" (peceto, lomo, bola de lomo, cuadril, colita de cuadril, nalga, matambre, vacío y cuadrada) mostraron alzas del 3,6 por ciento, superiores al promedio. Por su parte, los "cortes intermedios" (tapa de nalga, tapa de asado, asado de tira, bife angosto, bife ancho, paleta y picada especial) aumentaron 2,9 por ciento y los "económicos" (tortuguita, roast beef, carnaza común, picada común, falda y osobuco) un 3 por ciento.

En cuanto a los términos interanuales, las variaciones de la gran mayoría de los cortes permanecen por encima de la inflación del 50,7 por ciento: matambre (51,8 por ciento), asado (52,7 por ciento) y vacío (55,1 por ciento).

En la misma línea, hubo una evolución moderada de los montos de aquellos productos que sustituyen la carne vacuna: el pollo mostró una suba del 2,1 por ciento. En enero se necesitaron 4,04 kilos de pollo fresco para comprar un kilo de asado y en febrero, 3,93 kilos. "Se mantuvo prácticamente sin modificaciones el precio del asado en relación al pollo", describieron en el CEPA.

La evolución de precios fue atribuida por CEPA a la "poca transparencia en la oferta y demanda" en el Mercado de Hacienda, en el que en febrero se percibió "una curva de fuerte ascenso".

El informe explica que en enero el comportamiento fue distinto. El clima fue un factor determinante en la baja de la oferta ingresada al mercado de Liniers, primero por las altas temperaturas junto a la sequía y luego, por las lluvias que se registraron en una amplia zona ganadera. Esta conjunción de hechos determinó una oferta por debajo de la habitual para un arranque de año. 

En febrero repuntó nuevamente el ingreso de cabezas respecto a enero, aunque se mantiene por debajo del promedio general de años previos. Sin embargo, se sigue utilizando la merma en la oferta como justificación del “incremento de precios”

El informe recomendó seguir con atención los posibles "daños colaterales" causados por el conflicto entre Rusia y Ucrania, tanto por el aumento del precio del maíz (utilizado para el engorde a corral y para la alimentación de pollos, principal producto sustituto) como por "la evolución del precio internacional de la carne".