La Dirección de Bosques Nativos clausuró hornos clandestinos en donde se fabricaban carbón. El procedimiento se logró gracias a una denuncia anónima y a la utilización de un dron. Se estima que el daño ecológico fue gravísimo: se destruyeron árboles protegidos como quebrachos colorados y algarrobos centenarios.
En diálogo con Catamarca/12, el biólogo Roberto Salinas relató que el descubrimiento se concretó el miércoles en la localidad de Manantiales del departamento Santa Rosa, en la zona este de la provincia. Ahí, había concurrido el director de Bosques Nativos, Esteban Bulacio y personal del área a probar un dron que recientemente habían adquirido, cuando vecinos de la zona se acercaron y comentaron de los hornos que funcionaban escondidos.
Lograron ubicar el sitio en donde se vieron tres hornos de gran tamaño, material forestal y un camión que estaba cargando el carbón que habían fabricado. Con esas imágenes, pidieron colaboración a la policía de la zona y concurrieron al lugar para constatar el origen del comercio.
Tras conocer que no tenían autorización ni para la tala ni para la fabricación es que se procedió a la clausura y el decomiso del material que en ese momento estaba siendo cargado en un camión para su logística y posterior comercialización. En el camión había un aproximado de 5000 kilos de carbón envasado en bolsas de 20 kilos.
Bulacio explicó que aún se está realizando el informe técnico para conocer las cantidades exactas y el daño causado. “Por el momento se clausuraron y se decomisó el material. Después si hay multa o sanción se evalúa de acuerdo al daño y pueden ser las dos cosas. No obstante, aún estamos averiguando quién es el dueño del campo para poder notificarlo. Existe un procedimiento administrativo a seguir”, aclaró.
Por lo pronto el material decomisado será distribuido en comedores o se les dará otro fin social.
Daño irreversible
“Para poder hacer carbón se necesita leña de quebracho colorado o de algarrobo. Para esto se necesita una autorización y además deben hacerlo de un campo autorizado. Esto es así porque se trata de dos especies que están en peligro de extinción. Los quebrachos que habían cortado en Manantiales estimamos que tenían más de 100 años”, explicó Salinas.
En tanto, alertó que para poder fabricar una tonelada de carbón (1.000 kilos) se necesitan unas seis toneladas de leña verde. Al conocer que la cantidad fabricada que ya estaba en el camión eran 5000 kilos, se puede estimar el daño concretado a la flora nativa de la zona.
Salinas señaló además que son muy pocos los lugares autorizados para la tala y posterior fabricación del carbón. En el Salar de Pimpanaco, departamento Pomán, por ejemplo hay un emprendimiento que lo realiza con leña muerta (seca y que cae de manera natural) para poder proteger las especies.
Sin embargo, explicó que el control es difícil. “Recibimos una denuncia de la localidad de Recreo en La Paz, donde nos cuentan que incendian los bosques de manera intencional para luego poder ir y utilizar la madera que queda.