Hubo una época en la que los desarrolladores de videojuegos parecían obsesionados por llevar sus géneros y tecnologías más allá de todo lo jugado antes. Lo curioso es que, ahora que se alcanzaron niveles fascinantes de calidad gráfica, muchos creadores siguen el camino inverso: buscan en las estéticas y los códigos del pasado algún elemento que pueda aportar frescura a la experiencia gamer.

Pasa que, como con los espejitos de colores, si detrás de los gráficos espectaculares no hay una idea piola y una jugabilidad aceptable, la experiencia se pincha enseguida. Por eso hoy El NO propone tres juegos modestos que recuperan elementos del pasado para darles una vuelta de tuerca interesante. Y, al final, una yapa.

Zombie Rollerz Pinball Heroes: no pasarán

Como su nombre sugiere, este juego desarrollado por Zing Games y distribuido por Daedalic Entertainment es esencialmente un pinball, pero además agrega elementos de los RPG digitales y los juegos de defensa de torres. La historia también es sencillita: somos una criatura fantástica que debe eliminar zombis en distintos escenarios con una pelotita que rebota. Decidiendo qué camino tomar, eligiendo poderes para "cargar" la bola, comprando objetos y demás.

La jugabilidad está muy bien, los poderes no están tan claros como es usual, pero no impide el disfrute. Algo esencial para la gracia del juego es que, como los zombis se mueven y se acercan, el pinball de pronto toma ribetes de los juegos de defensa de torres. E incluso recuerda a otros clásicos, como el Galaga. Lo interesante es que con este híbrido ZRPH explicita el gesto lúdico en común que guardan los pinballs de antaño y la defensa de torres: la barrera final no deben pasarla ni los zombis ni la bola.

Hidden Deep: un paseo por el lado salvaje

Los juegos de plataformas van y vienen en su popularidad. Ahora, cuando no proponen hiperrealismo, tienden a emular la experiencia de algunos clásicos del género. Hidden Deep , de Cogwheel Software, busca otra cosa. Se acerca al jugador más en plan survival horror, con elementos que recuerdan a experiencias como la del The Amazing Spider-Man, de 1990, donde balancearse con la soga era parte crucial del juego.

Aquí el explorador protagonista se la pasa usando su gancho de agarre para atravesar los pasadizos y túneles. Y a no engañarse: puede parecer una caída pequeña, pero ese piso de distancia hasta el suelo mata igual al personaje. El juego tiene un componente exploratorio muy, muy fuerte, que se explicita al elegir la dificultad. El nivel más básico pone al jugador a resolver los puzzles para ir recorriendo el laberinto de cuevas, pero con mínimos bicharracos para esquivar o liquidar. A medida que avanza la trama, se suman nuevos investigadores y, con ellos, más habilidades, pero la exploración sigue siempre en primer lugar.

Dino Crisis: Jungle of Silence: los sonidos de la selva

En rigor no es un juego, sino solo una remake parcial del clásico Dino Crisis 2 hecho esta vez por el desarrollador italiano Stefano Cagnani, quien tiene un buen historial de darles lavadas de cara a juegos de vieja data -y a los posibles juegos de películas-. Cagnani retomó una secuencia muy celebrada del clásico de Capcom y le dio una buena lavada de cara vía Unreal Engine 4.

La experiencia está bien, pero la jugabilidad está un poco cruda. Por ejemplo, apuntar con la escopeta es engorroso y se disfruta más el "paseo" virtual que el tratar de atinarle a un velociraptor que viene a la carrera con ganas de almorzarte. Con todo, el juego es relativamente liviano y viene en un portable que se puede ejecutar directamente desde su .rar.

► El rato retro

Si buscás juegos retro, clásicos, abandonware y freeware para PC o Mac, el sitio GamesNostalgia.com tiene un archivo enorme y una variedad de géneros increíble. Ahora resulta tierno ver esos gráficos vectoriales que pretendían ser "el futuro" de los videojuegos y que hoy son tan incómodos de ver (a diferencia de los píxeles, que se sostienen mejor en la experiencia). Pero esos gráficos vectoriales, hoy casi intolerables, fueron un paso fundamental para desarrollar la gráfica y estética gamer de hoy.

Finalmente, explorarlo permite reflexionar sobre a qué le llamamos exactamente "estética retro". En general, se lo piensa como algo que emula las soluciones gráficas disponibles en los 8-bits, y que se corre de la dicotomía que manejan los juegos más comerciales, entre gráficos hiperrealistas o la estética de dibujos animados.

Pero no es el único modo de ser retro: hay ideas -más lineales y menos profundas, a veces, otras más dementes y fruto de una época en que había mucho para inventar aún- que está bueno repasar porque, en última instancia, satisfacen eso que todo gamer busca al dar clic: un buen rato.