Cuando faltan nueve días para un nuevo aniversario del golpe genocida, Cristina Fernández de Kirchner recibió en el Senado a organismos de derechos humanos con los que charló sobre la vuelta a las calles tras dos años sin movilizaciones del 24 de marzo por la pandemia. El encuentro se produjo también a cinco días de que se registrara un ataque con piedras al despacho de CFK, por el que los militantes se solidarizaron y reclamaron una pronta investigación.
“Le fuimos a llevar nuestra solidaridad ante la agresión que ella sufrió y le dejamos una invitación para que participe de la conmemoración del 24 de marzo de la manera en la que ella decida porque reconocemos cómo Néstor y Cristina tomaron los reclamos históricos de los organismos de derechos humanos”, contó Mabel Careaga, de Familiares y Compañeros de los 12 de Santa Cruz, a Página/12 minutos después de terminado el encuentro con la vicepresidenta.
CFK se encontró con los organismos en el salón Illia para charlar a pocos días de una nueva marcha por el 24 de marzo, que será la primera con el gobierno del Frente de Todos, ya que desde 2020 se suspendieron las movilizaciones por la pandemia. Como la pandemia no terminó, los organismos decidieron convocar a marchar con los barbijos puestos pero con los reclamos que históricamente enarbolaron: Nunca Más, son 30.000 y ¿dónde están?
Así se lo contaron a la vicepresidenta en cuanto entró al salón. “¿Y ahora quién empieza?”, preguntó CFK, cediéndoles la palabra a los organismos. Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo –Línea Fundadora, fue la primera en tomar la posta. La siguió después Lita Boitano, que había llegado a la reunión con dos pañuelos en el bolsillo, sabiendo que podía emocionarse más de la cuenta.
Hubo palabras de cariño para la vicepresidenta y un pedido para que acompañara la movilización, que esperan que sea multitudinaria este año. Algunos de los militantes le pidieron un video convocando a la marcha. CFK respondió que para ella el 24 de marzo es una fecha muy importante porque también lo era para Néstor. “La historia de ustedes me lleva a 2003, a Néstor, a todo lo que vivimos juntos, a nuestra militancia”, contaron que dijo la vicepresidenta.
Hubo anécdotas y mucho se habló de la decisión del gobierno kirchnerista de retomar los reclamos del movimiento de derechos humanos para el juicio y castigo de los genocidas. Carlos "Charly" Pisoni, de HIJOS Capital, le regaló una foto a la vicepresidenta en la que se la ve en el acto que se hizo en Tecnópolis antes de las PASO del año pasado con el pañuelo de la organización.
En la ronda de quienes se expresaron también estuvo Eduardo Tavani, referente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), que condenó la agresión que sufrió CFK mientras estaba en su despacho con los senadores Oscar Parrilli y Anabel Fernández Sagasti y el diputado Máximo Kirchner el jueves pasado. Los militantes que hablaron le hicieron llegar a la vicepresidenta su solidaridad y pidieron que se avance con la investigación que está en manos de la justicia federal porteña.
Después, abandonaron la mesa para retratarse todos juntos. CFK se abrazó a Taty Almeida y alternó abrazos con Lita Boitano y con Iris Avellaneda, sobreviviente de Campo de Mayo y flamante presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH). Las tres mujeres --que se ubicaron cerca de la vicepresidenta-- llevan más de 40 años buscando a sus hijos e hijas desaparecidos.
Más atrás se acomodó el resto de los militantes que fueron parte del encuentro: Giselle Tepper (HIJOS Capital), Paula Litvachky y Sol Hourcade (Centro de Estudios Legales y Sociales), Guillermo Torremare y Soledad Astudillo (APDH), Beatriz Capdevilla y Leonor Núñez (APDH La Matanza), Gabriela Alegre y Ana Barrio (Asociación Buena Memoria), Graciela Villalba y María Gaston (Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte), Careaga, Cecilia De Vincenti, Norma Doino, Adolfo Mango y Héctor Francisetti (Familiares y Compañeros de los 12 de Santa Cruz), Pedro Dinani (LADH) y Natalia Rus (Fundación Memoria Histórica y Social Argentina). También estaba Parrilli, que se ubicó en uno de los laterales.
“Fue muy dulce”, relató Lita Boitano a Página/12 cuando llegó a su casa. “Todos los que estuvimos ahí nos sentimos acogidos en un abrazo”, agregó la referente de Familiares, que después del encuentro con CFK se subió al auto con dos compañeras, se sentó y se conectaron a otra nueva reunión: una virtual para discutir los pormenores de la movilización del 24.