En medio de la crisis mundial que dejó la pandemia, una de las consecuencias económicas más graves es el fuerte aumento de precios a nivel global, en este último tiempo además impulsado por la incertidumbre a causa de la guerra en Ucrania. Actualmente, la mayoría de los países tiene los índices de inflación más altos en varias décadas. El aumento inflacionario se siente en las economías avanzadas, en la mayoría de los mercados emergentes y en las economías en desarrollo. 

Por ejemplo, a nivel global se registró la mayor alza de precios desde 1982. Alemania tiene el nivel más alto de inflación en casi las últimas tres décadas, mientras que Turquía alcanzó su máximo nivel en casi 20 años. América Latina es la región con la inflación más alta del planeta, ya que, además de la situación de Argentina, las dos economías más grandes de la región, Brasil y México, llegaron a máximos en 20 y 18 años. En Chile, se verifica la inflación más alta en 14 años; en Perú, la más alta desde 2009 y en Paraguay, la mayor en 10 años. En tanto, Corea del Sur registra su máximo en 10 años y Taiwán su pico desde 2009. En Reino Unido, la tasa interanual es la más elevada desde marzo de 1992.

Claro que en todos los casos mencionados, el punto de partida es mucho más bajo que el argentino, lo cual hace que las cifras no sorprendan demasiado en el ámbito local. Sin embargo, son motivo de gran preocupación global.

En particular, la inflación mayorista en los Estados Unidos ya se ubica en el 10 por ciento anual en febrero. La aceleración inflacionaria es sorprendente: hace tan sólo un año atrás, la inflación mayorista en los Estados Unidos totalizaba 3 por ciento anual. La inflación mayorista de dos dígitos en la principal economía del mundo es algo inédito en los últimos cuarenta años. En aquel momento, fue desatada por la crisis del petróleo, que abrió una nueva etapa en la economía mundial.