El dólar contado con liquidación, que había tocado los 240 pesos a finales de enero, se operó este martes en 189,22 pesos. Si bien tuvo una leve suba en la jornada, del 0,4 por ciento, en las últimas semanas acumuló una baja de más de 50 pesos. El dólar blue también retrocedió casi 24 pesos desde finales de enero, y se ubicó este martes en 200 pesos.
Las apuestas por la caída del acuerdo con el Fondo Monetario, un default al organismo de crédito, un incremento de la brecha cambiaria por encima del 100 por ciento y una devaluación desordenada no dieron resultados para los inversores que especularon con este eventual escenario. En diciembre de 2020 los consultores de la city decían que el dólar iba a superar los 200 pesos en pocos meses. Un año y medio después siguen sin acertar.
Los avances en el Congreso de la negociación con el FMI, el inicio de la liquidación de la cosecha gruesa, los saltos en los precios internacionales de las materias primas que mejoran la expectativa de superávit comercial y el incremento de la tasa de interés en pesos que baja los incentivos a la dolarización fueron claves para explicar la moderación de las presiones a nivel cambiaria y del frente externo.
En este contexto el Banco Central consiguió recuperar la capacidad para adquirir reservas internacionales. Durante la jornada compró casi medio millón de dólares, y durante este mes lleva acumuladas compras por más de 550 millones, una cifra que se suma al stock de divisas de la autoridad monetaria e incrementa su poder de fuego.
La mayor oferta de divisas del mercado cambiario, que le permite al Central tener estas fuertes intervenciones de compra, se vincula a la reducción de las expectativas de devaluación y la caída de la brecha (que ocurre por la combinación de la baja de los precios del contado con liquidación y ajuste gradual del dólar mayorista, para evitar una apreciación real del tipo de cambio oficial). También se explica por los incrementos importantes en el valor de los cereales y oleaginosas, que lleva a acelerar a los exportadores las liquidaciones para garantizarse estos precios.
Durante los últimos dos meses, lejos de las especulaciones y avisos de una crisis cambiaria, una de las inversiones estrellas del mercado fueron los plazos fijos ajustados por inflación (plazo fijo UVA). Lo mismo puede decirse de los títulos en moneda local que se indexan por CER (inflación). La demanda fuerte de los inversores los llevó a tener retornos negativos, es decir que sus valores de mercado están por encima de la paridad.
En lo que refiere a los activos bursátiles, a pesar de la mayor tranquilidad en el frente externo, no hubo alteraciones en la volatilidad de acciones y bonos. Este martes las acciones llegaron a perder hasta casi 4 por ciento, y los bonos soberanos en moneda extranjera bajaron más del 3 por ciento. De este modo el riesgo país terminó en 1828 unidades, con un avance de 1,2 por ciento en la jornada.
La volatilidad de los activos bursátiles a nivel local se correlaciona con la incertidumbre y las fluctuaciones en las principales bolsas del mundo durante las últimas semanas, luego del estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania. El mercado espera la decisión de esta semana de la Reserva Federal respecto de las subas que anunciaría para las tasas de interés. Sería la primera de cinco estimadas para este año.
Para tener una dimensión de los cambios abruptos que se observan en los precios de los activos financieros puede indicarse que el valor del barril de petróleo que había alcanzado picos de 130 dólares ahora cotiza en torno de los 100. En la última jornada llegó a bajar 7 por ciento, y todos los índices que siguen acciones energéticas también se desplomaron.