La Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) solicitó informes a la empresa Alto Molino y a SAETA (Sociedad Anónima del Estado de Transporte Automotor) con el fin de conocer qué aconteció con una colectivera que continuaba al frente del volante pese a que hace una semana había protagonizado un siniestro que terminó con una mujer fallecida.

La situación se conoció luego de que la misma trabajadora tuviera un choque con una joven motociclista, que sufrió lesiones leves, según la información brindada por la Policía. El siniestro ocurrió la tardel del lunes último. 

El primer siniestro se había sucitado el 7 de marzo y en él perdió la vida Claudia Aguirre, de 49 años. Mientras pagaba el boleto en la máquina expendedora, el colectivo del Corredor 7 B (de la empresa Alto Molino), arrancó sin cerrar la puerta y esto generó que saliera despedida de la unidad. 

La mujer cayó sobre el asfalto y, pese a haber sido atendida en urgencias, falleció. Ante el deceso de la pasajera se dio intervención a la Unidad de Graves Atentados (UGAP), donde la fiscala penal Verónica Simesen de Bielke dispuso diversas medidas tendientes al esclarecimiento del hecho. Entre las versiones, una sostiene que la trabajadora dio un giro brusco y eso provocó que la pasajera saliera despedida. El lunes, a más de una semana de aquel hecho, se conoció que la misma colectivera tuvo un nuevo siniestro vial, esta vez con una moto.

El secretario general de la UTA en Salta, Miguel Barrera, dio a conocer este nuevo siniestro tras una protesta que realizaron algunos choferes en la sede de SAETA, ubicada en el macrocentro salteño. La manifestación, que se inició en apoyo a la colectivera que protagonizó el accidente, fue para solicitar que se mejoren las condiciones en las que se desempeñan los y las choferes, dado que, según sostuvieron, el tiempo de descanso entre vuelta y vuelta es mínimo. Además, solicitaron que las máquinas sean reubicadas, dado que afirman que en la ubicación actual, en la entrada del colectivo, les tapa la visual (ver https://www.pagina12.com.ar/408133-choferes-de-saeta-protestaron-por-sus-condiciones-laborales).

Barrera entendió que la protesta tuvo una intención electoralista, dado que el cambio de autoridades en la UTA se realizará este año. A ello añadió que los delegados de la empresa Alto Molino, en donde se desempeña la colectivera, no la acompañaron para que obtenga una licencia más extendida a la que le dieron (si es que tuvo una licencia). Añadió que los descansos reglamentarios de 7 minutos “se cumplen”, y que si el plazo se acorta por las dificultades en el tránsito vial, se compensa en otras vueltas.

“Barrera pidió esa licencia, pero creo que recién se dio hoy (por ayer)”, afirmó el gremialista refiriéndose a él mismo en tercera persona. Afirmó que son los delegados de la transportista que se manifestaron en SAETA quienes deberían haber bregado por el derecho de su compañera.

Reconoció, no obstante, que cuando un conductor o conductora tiene un accidente, las licencias son de entre dos y cuatro días.