Si bien la noción de cultura puede abordarse desde diversas aristas, pareciera ser más frecuente hacerlo desde su perspectiva simbólica que desde su aspecto económico. Cuando se refiere a la dimensión simbólica se incluye desde las costumbres y tradiciones de las sociedades, hasta las prácticas y hábitos más cotidianos. También, a la historia, la información y el conocimiento, el arte, la forma de pensar y los valores. Sin embargo, al incorporar la perspectiva económica es posible comprender su potencial dinámico y estratégico, por ejemplo a partir de la medición de la contribución que la cultura hace a la producción nacional.

El Sistema de Información Cultural de la Argentina (en adelante SInCA), dependiente de la Dirección de Planificación y Seguimiento de Gestión, es un programa que desde el Ministerio de Cultura de la Nación viene haciendo frente al desafío de medir la cultura desde hace más de 15 años, tanto desde su perspectiva simbólica como económica.

Medición

El SInCA recopila, sistematiza y difunde datos que tienen como objetivo contribuir al conocimiento de la cultura en Argentina utilizando diferentes fuentes de información. Entre esas fuentes está la Encuesta Nacional de Consumos Culturales que se realiza cada cuatro años desde el Sistema de Información Cultural de la Argentina. Otras de las fuentes de información es la Cuenta Satélite de Cultura (CSC) que mide la incidencia económica de la cultura a través de la articulación con el Indec. El marco de referencia de la CSC es el Sistema de Cuentas Nacionales, un sistema que por la homogeneidad en la información permite la comparabilidad de la economía con la de otros países y regiones y entre distintos sectores con un alto grado de confiabilidad. 

Para delimitar el campo de medición cultural en términos conceptuales, la CSC determina como productos culturales a "aquellos cuya razón de ser consiste en crear, expresar, interpretar, conservar y transmitir contenidos simbólicos". Esta medición incluye por ejemplo a los libros, películas y obras de teatro. Pero también comprende otras actividades que aunque no son estrictamente culturales tienen un componente simbólico en su producción, como los diarios, la publicidad y el contenido digital. 

Contribución

Para dimensionar la contribución económica del sector cultural en el país se pueden analizar los resultados del valor agregado bruto cultural (VAB cultural), un indicador similar al PBI que permite conocer cuál es el peso que el sector cultural tiene dentro de la producción nacional y su comportamiento en el tiempo. 

En 2020, el VAB cultural fue de 410 mil millones de pesos, lo que a precios constantes equivale al 2,4 por ciento del VAB del total de la economía. Al comparar su peso relativo con el de otros sectores se ve que la participación de la cultura fue similar a la del sector energético que incluye electricidad, agua y gas (2,4 por ciento); superior a hoteles y restaurantes (1,1 por ciento) y ligeramente inferior al de la salud privada y la intermediación financiera. En cuanto a la composición de la producción cultural se destacan los sectores audiovisual, publicidad y libros y publicaciones.

Las mediciones económicas que realiza el SInCA también permite dimensionar el peso de la actividad cultural en el comercio exterior del país. En 2020 el comercio exterior de servicios culturales representó el 3,79 por ciento del comercio total de servicios de la economía, constituyendo el valor más alto de la serie 2004-2020. Esta estimación comprende las importaciones de servicios audiovisuales digitales que incluyen principalmente abonos de servicios de streaming de video, música o sonido que comenzaron a operar en Argentina hace diez años y pasaron de representar el 1 por ciento de las importaciones de servicios audiovisuales en 2011 al 50 por ciento en 2020, equivalente a cerca de 278 millones de dólares. 

Otras de las mediciones relevantes son las vinculadas al empleo cultural. En 2020, la cantidad de puestos de trabajo del sector privado comprendido en los sectores y actividades culturales representó el 1,7 por ciento del total del trabajo privado del país. Por último, otra de las cuestiones importantes al medir la cultura son los aportes que hace la administración pública a generar políticas culturales. En ese sentido, los datos del año 2020 muestran que la participación del presupuesto del Ministerio de Cultura de la Nación en el presupuesto total de la Administración Pública Nacional creció, revirtiendo la tendencia decreciente de los últimos años.

El aporte de las diferentes actividades culturales es relevante en términos simbólicos y también para el desarrollo económico del país. La generación de información cultural contribuye a dar cuenta de la importancia de estas prácticas, cuantificando el impacto de las mismas a lo largo del tiempo. Estas mediciones tienen como objetivo contribuir a la toma de decisiones, la formulación y el diseño de políticas públicas y privadas.

*Coordinadora del Sistema de Información Cultural de la Argentina del Ministerio de Cultura de la Nación