El conflicto entre Rusia y Ucrania dejará importantes secuelas en el mundo. A las bajas humanas se le suma la compleja situación económica generada a nivel global, y especialmente en la Argentina. El país atraviesa las complicaciones generadas por el conflicto bélico: muestra de esto es el 4,7 por ciento de inflación de febrero. De acuerdo con los datos publicados por el Indec, el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” fue el de mayor incidencia en el índice general, con un incremento del 7,5 por ciento en febrero.
El abrupto aumento del precio de las materias primas a nivel internacional profundizó aún más la suba de los alimentos en el país. Los analistas económicos prevén un semestre intenso y presagian un escenario complejo de desaceleración y aumento de la inflación.
Ucrania y Rusia
Antes de la guerra, Ucrania era el quinto mayor exportador de trigo del mundo y también uno de los principales exportadores de cebada, maíz, y aceite de girasol. A raíz del conflicto, los precios de estos productos básicos en el comercio mundial han aumentado significativamente.
A esto se suma que a comienzos de marzo, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski anunció el cierre total de la exportación de cereales, entre otros productos, "porque necesita la producción para el consumo interno".
Por otro lado, Rusia es una superpotencia energética y el principal exportador de gas del mundo. La Confederación es el tercer productor de petróleo: con 9,7 millones de barriles de petróleo al día, según Rystad Energy.
Rusia también es el líder mundial en exportación de trigo, por lo que el bloqueo de los principales puertos de la zona ha derivado en un aumento del 40 por ciento desde el 24 de febrero, día que comenzó el conflicto.
Pero el incremento de precios no solo afecta a las materias primas, sino a los insumos. Con Rusia económicamente aislado del resto del mundo, los productores agropecuarios podrían quedarse sin uno de sus más importantes proveedores de fertilizantes, lo que afecta directamente a la Argentina.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) compartió las palabras del ingeniero industrial y especialista en energía Francisco Nercesian: “Un conflicto bélico hace presuponer un desabastecimiento de productos y materias primas que exporta Rusia, como granos, fertilizantes y metales para el uso de la industria y el más relevante, el petróleo y gas. Este temor de desabastecimiento hace que se encarezcan los precios", sostuvo el especialista.
Intercambio comercial
Las implicancias macro y microeconómicas que este contexto de conflicto internacional tendrán sobre la economía argentina se observan en el informe de marzo del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires.
“Argentina, por un lado tendrá un impacto favorable por el aumento de los precios de los commodities, lo que provocará un crecimiento de las exportaciones agrícolas, pero esto se verá afectado por el aumento de las importaciones energéticas lo que tensionará al mercado, generando un proceso inflacionario que afectará —y ya lo está haciendo— los precios de la canasta alimenticia”, detalla el informe.
"Nuestro país es un importador neto de energía, por lo que el aumento de los precios del gas y el petróleo le impacta negativamente: por un lado constituye una presión sobre la cuenta corriente y por otro agrega presión sobre las tarifas que son un elemento de negociación con el FMI dado el monto que representan en el presupuesto del Estado", planteó a GO Eva Sacco, economista y profesora universitaria.
La situación imperante hace que el gobierno nacional deba tomar medidas urgentes para frenar el colapso y en este punto, desde el consejo de profesionales sugieren posibles acciones para despegar el aumento internacional de los alimentos, de los precios locales.
“Una opción es aumentar las retenciones sobre las exportaciones para contener las presiones inflacionarias y mejorar la posición fiscal y de reservas en línea con lo acordado con el FMI, aunque a costa de abrir un conflicto con el campo”, argumentaron. Esta medida está siendo analizada por el gobierno nacional, que ya adelantó que presentaría un plan para contener el aumento de los precios "luego de aprobar el acuerdo con el FMI".
"Otra opción es convalidar el impacto pleno de la suba de los precios de los commodities para evitar un conflicto con el campo, aunque a costa de abrir un conflicto con los sectores menos pudientes y de la coalición gobernante", indica el informe del consejo de profesionales.
Las exportaciones argentinas a Rusia están lideradas por carnes (27 por ciento), frutas y cítricos (22), lácteos (16), pescados y crutáceos (10) y frutas secas (12), pero el comercio se vio afectado por la falta de transporte y el impedimento para operar con Rusia por el sistema SWIFT —servicio de mensajería belga que conecta a más de 11.000 instituciones financieras para facilitar las transferencias de dinero en todo el mundo—, lo que impide que se realicen las transacciones y hace que se caigan las operaciones.
En este marco, la Cámara de Comercio Argentino Rusa —organización privada que facilita el acceso de empresas argentinas a la Federación Rusa— manifestó preocupación por la posibilidad de cierre de empresas en ambos países, y compartió un comunicado con sugerencias para las empresas argentinas que tienen negocios activos con Rusia.
- Evitar el envío de cargas por vía aérea / marítima hasta tanto exista una definición clara y posicionamiento de las empresas de transporte.
- Operar con bancos que no estén adheridos al sistema de SWIFT.
Las consecuencias
Argentina no estará exenta de las secuelas de la guerra, que terminará por golpear nuevamente el bolsillo, y pese a que el aumento de los precios en los principales granos ayudarán a compensar la balanza económica general, se prevén más aumentos de los precios de alimentos a nivel local.
Por otra parte, el precio del Gas Natural Licuado (GNL), que el país importa, es otra de las variables que va a alterar la economía y se espera que incida directamente en el precio de las tarifas de servicios públicos.