Los hinchas de Newell’s dieron muestras anoche de la necesidad de recuperar “la normalidad” perdida en los últimos años a causa de la pandemia de coronavirus. Un desfile incesante de simpatizantes, con mayoría de adolescentes, desprovistos de barbijo y arropados en colores rojo y negro le dieron al banderazo un marco espectacular. Los organizadores se vieron sorprendidos por la asistencia de 30 mil hinchas y el inicio de la ceremonia de encuentro entre público y jugadores debió postergarse por varios minutos y se extendio por casi una hora. El plantel leproso salió al Coloso del Parque, al caer la noche, con la certeza que el domingo jugará la misma formación que visitó a Sarmiento, a excepción del ingreso de Pablo Pérez.
Fueron dos años sin banderazo y más de un año sin poder presenciar partidos en el Coloso. La pandemia sigue y las disposiciones sanitarias se revisan a diario. Pero en Newells’, por un rato, recuperaron hábitos olvidados. Miles de hinchas se acercaron al Coloso del Parque. La peregrinación por Pellegrini era tan extensa como la que se arrimaba por Lagos y Oroño. Pasadas las 19 aún eran más los que esperaban por ingresar al estadio que los que estaban adentro. Al rato, más de 30 mil hinchas colmaron instalaciones de la cancha. Las banderas decoraron las tribunas y también hubo hinchas con acceso al campo de juego, quienes con asta en mano hicieron flamear trapos ante el griterío de un público ansioso por ver a los jugadores.
La gente concurrió al estadio para llevar un reclamo: ganar el clásico. Pasadas las 20, aparecieron los jugadores y estalló el Coloso en un solo grito. En el banderazo los jugadores son espectadores. Los hinchas, protagonistas. El plantel de Javier Sanguinetti se sumó a la fiesta de cantos y fuegos artificiales durante una hora. Nicolás Castro, uno de los más ovacionados, y Willer Ditta el más sorprendido por lo que veía. El espectáculo empezó cuando el estadio se quedó a oscuras. El público le dió color a las tribunas haciendo uso del celular para iluminar. La noche de fondo y el rojo de las bombas de humo que se dispersaba fue la imagen que acaparó la atención de los jugadores, como observadores de todo en el centro del campo de juego. “A sin aliento (peyorativo con el cual identifican a Central) le tenemos que ganar…”, bramó el unísono todo el estadio.
Los jugadores que serán titulares el domingo en el Gigante de Arroyito ya saben que tendrán la oportunidad de jugar. Ayer Sanguinetti hizo fútbol en Bella Vista donde no cambió nada de lo planificado desde la semana pasada, cuando decidió prescindir de Pablo Pérez ante Sarmiento para asegurar su presencia ante los canayas. El volante derecho ingresará por Juan Sforza, por lo cual el once rojinegro en el clásico serán con Macagno; Méndez, Lema, Ditta, Luciano; Pablo Pérez, Fernández, Castro; Francisco González, Garro, García.