La fiscala Mónica Poma pidió que se condena a 11 años de prisión efectiva al empresario John Hartwell Cocke Johnston (70) por el intento de femicidio de su expareja, Laura Valdez. En cambio, retiró la acusación contra la coimputada María Gabriela González Henríquez.
El abogado querellante Pedro Arancibia sorprendió a todxs, incluso a su propia clienta, al solicitar una pena más baja, de 10 años o una accesoria por lesiones agravadas de 2 años para el imputado y la absolución de la acusada. La defensa, ejercida por Ricardo Anuch y Fernando Teseyra, solicitó la absolución lisa y llana para lxs dos imputadxs y de forma subsidiaria, la absolución por el beneficio de la duda para el empresario.
Respecto a Johnston, la fiscala sostuvo que se probó su responsabilidad y culpablidad, por lo que mantuvo la calificación legal consignada en el requerimiento a juicio.
Poma valoró el testimonio de la denunciante, señaló que su relato es "constante, coherente y emotivo", respecto a cómo fue el conflicto con Johnston, y la mecánica del ataque que sufrió. La fiscala destacó que a lo largo de este proceso la mujer relató siempre circunstancias similares. Señaló que la policía referenció haberla encontrado cuando intervinieron en el hotel El Castillo en llanto permante a ella y a su niña, que entonces tenía 10 años y presenció el ataque de su padre contra su madre. "La médica del Samec sintió la necesidad de recetarle calmantes", indicó la fiscala para señalar el grado de afectación que sufrían ambas.
Poma resaltó que se está juzgando "un hecho de violencia de género en un contexto de violencia intrafamiliar. Situación que venía siendo comunicada y denunciada desde 10 años antes por la denunciante".
Para la fiscala, hubo una escalada de violencia de género y dijo que esto es lo que pasa cuando "no hay una intervención efectiva”. Recalcó los numerosos expedientes de violencia familiar y de género, por las denuncias de Valdez contra Johnston.
Poma dijo que la víctima dio cuenta de haber vivido hechos de violencia durante la escasa convivencia con el empresario, y en el ejercicio de la maternidad. Señaló que hubo violencia física, simbólica y económica. Puso énfasis en esta última porque consideró que lo que desencadenó el intento de femicidio fue una notificación judicial que le había llegado una semana antes al acusado, en la que le avisaban que debía casi 800.000 pesos de mantención a su hija. La fiscala sostuvo que hubo un permanente destrato de Johnston a la víctima mientras ella sostenía un reclamo justo.
Valdez contó que había acordado reunirse el 26 de febrero con Johnston para realizar las compras de útiles escolares para la hija en común. La fiscala recalcó que Johnston fue insistente en sus declaraciones diciendo que lo hicieron “gastar mucho dinero”, sostuvo que el empresario se enojó por la demora de madre e hija en la librería y también por el gasto en los útiles y sumó a eso que hubo varias referencias de la defensa a un gasto de $15.000 en artículos escolares, “consideran que desde ahí el reclamo de la denunciante no puede ser de ninguna manera justo”, dijo.
Ese día el empresario dejó a madre e hija en el comercio y se fue llevando parte de los útiles comprados. Luego, cuando ambas, que residen en El Bordo, a 55 kilómetros de la ciudad de Salta, lograron comunicarse con él, ya de noche, les pidió que fueran a El Castillo, ubicado en la localidad de San Lorenzo, a casi 10 kilómetros de la capital, a retirar esos útiles. Cuando llegaron se desató la violencia. La fiscala detalló que hay mensajes sobre el acuerdo para realizar la compra y dijo que están corroboradas las llamadas al celular de Johnston después de que se fuera sin avisarles.
Poma también destacó que la denunciante sostuvo que “tenía que estar mendigando lo que le correspondía a su hija”. Y también se refirió a la pericia psicológica al empresario, que determinó que pensó que el embarazo de Valdez "era por conveniencia". Poma recalcó que un hijx se gesta entre dos y que genera responsabilidades de crianza y económicas.
En ese contexto de destrato, la fiscala señaló que Valdez llegó a retirar los útiles de la hija al hotel El Castillo. "Cualquiera en su situación también estaría enojada", dice la fiscala. Manifestó que "la dejaron sola en el centro en una ciudad en la que no vive a las 10 de la noche, (el acusado) no le avisó que se iba, se llevo los útiles que la nena necesitaba para el lunes siguiente".
Estereotipos de género
La fiscala insistió que el empresario "no cumplió con la cuota porque de lo contrario no se explica una deuda de casi 800 mil pesos". En cambio, resaltó que Valdez se encargó durante todos estos años de mantener y cuidar a la nena. Pese a ello, el empresario la trataba como “oportunista”.
También se refirió a los estereotipos de género que en este proceso judicial se aplicaron sobre la victima. Explicó que a las mujeres se les exige fragilidad y recato para ser creíbles. "Si se muestra fuerte, si reclama, si nos hace una marcha en la puerta, no significa que no sea una víctima", expresó. "Cuando se no se quedan calladas (...), se plantan, parece que son menos creíbles porque no se adaptan a los estereotipos", indicó.
Valdez fue señalada por lxs imputadxs como agresiva. También la defensa en sus alegatos se valió de parte de las pericias psicológicas y psiquiátricas para decir que tiende a la "teatralidad".
Poma dijo que en las filmaciones de las cámaras se vio cuando el empresario saca afuera a Valdez ejerciendo una "agresión ilegítima y brutal", se lo ve empujándola hacia afuera, donde la agresión continúa, aunque ahí no había ninguna cámara, y esa situación "duró más de 15 minutos hasta la llegada del personal policial".
Valdez tenía luego al menos 7 lesiones, constatadas por el médico de la policía, en la cabeza y cuello; además de hematomas en el antebrazo derecho, escoriaciones palma de la mano derecha, las rodillas y las piernas. La mujer dijo que el empresario intentó asfixiarla.
Como la defensa insiste en culpar a Valdez por haber arrojado piedras al local, la fiscala aclaró que lo hizo en el momento en que intentaba defenderse. "Valdez dijo que le faltaba el aire cuando él le coloca las rodillas en el pecho. Obviamente ella se resiste, se mueve, trata de quitar el peso que tiene sobre su cuerpo. En ese ínterin arroja las piedras del cantero", describió.
Poma sostuvo que Valdez “se sintió en peligro” y también su hija. La niña logró captar una imagen en la que aparece el padre encima de su madre. “Es de los más elocuente”, aseveró la fiscala. "La niña no solo tomó la foto, también sintió la necesidad de pedir auxilio" y llamó a su tía, recordó la acusadora.
"Este acometimiento físico (...) estaba dirigido sin dudas a acabar con la vida de la damnificada”, aseveró, y señaló que el empresario la sacó al exterior del restaurante, “en ese sector podía haber más impunidad”"
Para el abogado Teseyra, las lesiones fueron leves y no hubo un peligro para la vida de la denunciante.
Retiro de acusación
En cambio, sobre González Henríquez, Poma consideró que no logró acreditarse la acusación de coautora en la tentativa de homicidio agravado. La mujer intervino en la discusión de la denunciante con Johnston y fue imputada porque lo ayudó a sacar a Valdez al jardín y luego retuvo a niña cuando intentó defender a su madre, incluso la empujó y le provocó un golpe en la cabeza.
Aunque la fiscala se refirió al discurso de la nena como "espontáneo, coherente, con emotividad" acorde a lo que estaba señalando consideró que hubo "una percepción errónea" de lo ocurrido. También señaló que la madre no pudo percibir mientras era atacada donde se encontraba su hija. Dijo que no se ha podido esclarecer en qué momento ni quién lesionó a la niña.
En el mismo sentido se pronunció el abogado querellante, quien solicitó la absolución de González Henríquez. Este pedido y el que hizo respecto a Johnston sorprendió a su clienta, ya que no lo había conversado con ella y contrarió un pedido expreso para que hiciera valer el testimonio de su hija, dado en Cámara Gesell. Valdez explicó que fue la niña quien dijo que la acusada la había empujado.
Aunque González Henríquez no hizo nada en aquel momento para detener a Johnston y también había tenido entredichos con la denunciante, la fiscala valoró que había llamado al 911, aunque informando que había una mujer causando daños en el lugar.
Para Poma, "empujar" a Johnston para que sacara a Valdez "no resulta aporte o colaboración suficiente" ni siquiera como partícipe secundaria respecto al hecho principal. Por ello insistió en que carece de elementos para sostener la acusación. La sentencia se conocerá hoy.