Los precios del petróleo terminaron la semana en alza, consolidados por encima de los US$ 100 el barril, en un mercado preocupado por la oferta, debido principalmente a la caída de las exportaciones rusas respecto de su nivel anterior a la guerra en Ucrania.

El barril Brent del Mar del Norte para entrega en mayo cerró con una suba de 1,20% hasta US$ 107,93 en Londres; y, en Nueva York, el barril West Texas Intermediate (WTI) para entrega en abril ganó 1,67% hasta US$ 104,70.

La trayectoria del precio del crudo atravesó la pandemia tocando su mínimo valor histórico en abril de 2020. Los contratos de futuro del tipo Brent llegaron a 16 dólares por barril, mientras que el crudo del Golfo de México, WTI, cayó a valores negativos: quienes tenían contratos de compra a su favor, pagaban para desprenderse de los mismos.

La entrada en conflicto de Rusia constituye un shock para el mercado petrolero, ya que se trata de uno de los principales y más influyentes productores mundiales "no integrante" de la OPEP. En estos días, los contratos de futuro en los mercados de materias primas de Nueva York se dispararon a sus valores máximos desde 2008, pero sin superar las máximas cotizaciones históricas.

En cambio, sí se verificaron récords históricos para los derivados y productos asociados al petróleo en su producción. Gasolina, diesel y gas natural vieron elevarse sus precios y alcanzar topes históricos en Estados Unidos, Europa y Asia. 

El impacto en países como Argentina se mide más por las variaciones de estos derivados que por el precio del barril. El sistema energético local depende del gas natural importado y del GNL (gas licuado) para abastecer las necesidades de calefacción en invierno, y del gas oil importado para alimentar los motores de las centrales térmicas (que proveen la electricidad), cuando el gas natural es derivado principalmente a su uso residencial.

Según el cálculo de las propias autoridades energéticas del país, las necesidades de recursos en divisas para atender estos mayores costos de los combustibles importados exceden largamente los beneficios o ingresos adicionales por el aumento de precios de los granos y derivados que el país exporta. El resultado neto de la ecuación sería negativo, lo cual obliga a planificar puntillosamente la estrategia defensiva en las presentes circunstancias.

Consejos internacionales


La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió que podría caer el consumo de crudo por un enfriamiento de la economía mundial debido a la guerra. También advirtió que las perturbaciones que afectan a las exportaciones rusas amenazan con impactar la oferta mundial, privando al mercado de tres millones de barriles diarios.

La AIE presentó varias medidas este viernes para reducir rápidamente el consumo de petróleo, ante los temores por una posible crisis de suministro. Con esas diez medidas, que incluyen disminuir los límites de velocidad, teletrabajar o abaratar el transporte público, se podría ahorrar un consumo de 2,7 millones de barriles diarios de petróleo en cuatro meses, es decir, el equivalente del consumo de todas los vehículos de China, según afirma.

Su plan de diez puntos, que sigue a otro para reducir la dependencia del gas, se concentra en el sector de los transportes. La AIE sugiere bajar en 10km/h la velocidad autorizada en autopistas, trabajar de casa al menos tres días por semana si es posible u organizar domingos sin vehículos en las grandes ciudades.

También se sugiere bajar el precio de los transportes públicos, alentar a las personas a que caminen o usen la bicicleta y a que prefieran el tren al avión y los vehículos eléctricos a los tradicionales.