En Catamarca, dos hermanitas de 5 y 12 años, y dos hermanitos de 8 y 3, fueron restituidos a su madre y su padre de quienes fueron separados en medio de desprotección, abandono, y denuncias de abuso.

La restitución la llevó a cabo la Secretaría de Familia de Catamarca, que ejecutó la medida sin esperar a que acudan a la Cámara Gesell prevista para el 22 de este mes.

Las vecinas que se animaron a contar los hechos en los medios y que cuidaron y acogieron a los chicos, están indignadas: “Los chicos nos contaron los horrores que vivieron en esa casa. Mi hija realizó una denuncia por abuso en el Juzgado, y ahí fue cuando los separaron de los padres”, comentó una de ellas.

Ayer el grupo de mujeres se unió para contar la historia, angustiadas porque los niños iban a pasar el fin de semana bajo el mismo techo de quienes tanto horror escucharon: “Lo peor es que como se mudaron a un barrio en el sur, no vamos a estar cerca para cuidarlos”, lamentaron en una entrevista ofrecida al programa radial Abre Puertas.

Desde que ocurrió el hecho por el cual dio intervención la policía, los chicos estuvieron en guarda de una de ellas hasta este miércoles. “Citaron a los niños al pabellón 24 del CAPE, yo pregunté si debía ir también el más chiquito de 3 años y me dijeron que sí. Nos dijeron que era para una entrevista con la psicóloga, por eso fuimos confiadas”.

Cuando llegaron, el panorama fue aterrador: en el lugar estaban tanto la madre como el padre de los chicos. Les dijeron a las vecinas que debían retirarse, que los chicos serían restituidos a sus progenitores. “Ellos lloraban porque no querían estar con ninguno de los dos”, dijeron.

“Una de las nenas manifestó muchas veces que no quería estar en su casa. Ella andaba en altas horas de la noche en la calle, y nos preocupaba. Se notaba un abandono total de su higiene, siempre les dábamos una mano de darles un baño o darles de comer”, relataron.

Otra de las vecinas apunta: “Ellas no querían estar en su casa. Recuerdo que fue en octubre del año pasado que empezó a andar en la calle. La madre se fue y quedó el padre a cargo. La nena de entre 8 y 10 años se hizo cargo de los hermanitos. De todo”, explicó.

A las vecinas que los cuidaron no les dieron ninguna explicación ni datos de los chicos, que en cuatro días tenían turno para la Cámara Gesell: “Una de las nenas contó cosas horrendas que les hacían en la casa”.

Las mujeres contaron que en los días que estuvieron bajo sus cuidados, solo se les ordenó una revisación de salud de rutina en el Hospital de Niños, y tuvieron una entrevista con una psicóloga a quien le contaron lo que vivían en su hogar.

“Tenemos temor de que les vuelva a pasar lo mismo que nos dijeron que vivían. La más chiquita nos decía que cuando ocurrían los hechos no gritaba para no molestar a los vecinos”, contaron espantadas. “Hoy no podíamos creer lo que estaba pasando. No podemos entender porque entregan a las criaturas de esta manera”.

En el Pabellón 24 del CAPE funciona actualmente la Secretaría de Familia, a cargo de Eduardo Codevilla.

Preocupación

Referentes de una organización no gubernamental que trabaja con abusos en la infancia, señalaron que “es una situación que estamos viendo que se repite a lo largo y a lo ancho del país, e incluso en toda Latinoamérica. La Justicia y los dispositivos relacionados al sistema de protección de niñas, niños y adolescentes los acalla y los vulnera; no se los respeta”.

“Cuando los niños manifiestan lo que les hace daño, no se los escucha. Hay una inconvencionalidad, se actúa por fuera de los derechos de los niños”.

La organización plantea que es urgente que en Catamarca se cree la figura del defensor de niñas, niños y adolescentes, y la del abogado de la niña o niño, porque esa figura garantiza que los procesos en donde hay niños estén apegados a las leyes y a las convenciones. “Se va embargando la vida de esos chicos que se devuelven a esos entornos en donde se los maltrata y se los violenta”, denuncian.