Desde Nueva York
Donald Trump utilizó ayer el Memorial Day de Estados Unidos para retirarse momentáneamente de la controversia que rodea a su administración sobre supuestos vínculos con Rusia –Rusiagate– visitando el cementerio nacional de Arlington y honrando a los que murieron en la guerra.
Fue la primera fecha conmemorativa de Trump como presidente, y en Arlington puso una corona de flores y rindió un homenaje especial a Robert Kelly, hijo de su secretario de Seguridad Nacional, John Kelly. El joven de 29 años fue asesinado por una bomba en la ruta en la provincia de Helmand en Afganistán en 2010. “Quiero especialmente extender nuestra gratitud al general Kelly por unirse a nosotros hoy –un hombre increíble– yo siempre lo llamo general”, dijo Trump. “Él entiende más de lo que la mayoría jamás podría, o nunca podrá, las heridas y cargas de la guerra”.
Trump, quien consiguió cinco aplazamientos para combatir en Vietnam -cuatro por la universidad y uno por un mal tobillo- habrá apreciado la solemnidad y la cálida respuesta que recibió en Arlington. Desde que regresó de una gira de nueve días, su primer viaje oficial al extranjero, su administración ha sido asediada por nuevas revelaciones sobre los contactos de su equipo de campaña con Rusia.
El escándalo más reciente se centra en su asesor de confianza y yerno, Jared Kushner. El funcionario se encuentra en problemas tras la publicación en el Washington Post de que intentó establecer un canal secreto de comunicación con Rusia durante una reunión en diciembre pasado con el embajador de Rusia en Washington, Sergey Kislyak. También se informó de que el joven de 36 años era blanco de la investigación en curso del FBI sobre posibles connivencias entre el equipo de Trump y el supuesto esfuerzo de Moscú para influir en las elecciones de 2016. Kushner se ofreció a declarar ante cualquier investigación oficial. “Kushner se ofreció voluntariamente a compartir con el Congreso lo que sabe sobre estas reuniones”, dijo su abogado, Jamie Gorelick, en un comunicado. “Él hará lo mismo si es contactado en conexión con cualquier otra pesquisa”.
Los acontecimientos colocaron a Kushner en una situación difícil. Casado con la hija del presidente, Ivanka Trump, se lo considera como uno de los consejeros más influyentes de Trump. Hay pocas personas en las que el magnatep confíe más que en su yerno y odiaría que tuviera que marcharse. Al mismo tiempo, en medio de informes de que el presidente está planeando un gran cambio dentro de la Casa Blanca, se dice que hay crecientes conversaciones de que Kushner puede verse obligado a tomar una licencia hasta que el problema se resuelva. Por ahora, Trump se mantiene al lado del hombre casado con su hija mayor.
“Jared está haciendo un gran trabajo para el país. Tengo total confianza en él “, dijo Trump en una declaración al New York Times. “Es respetado por prácticamente todo el mundo y está trabajando en programas que ahorrarán a nuestro país miles de millones de dólares. Además de eso, y quizás lo más importante, es una persona muy buena”. Trump dijo que muchas de las filtraciones a la prensa son ´”mentiras fabricadas por los medios”.
El Secretario de Seguridad Nacional, que estuvo presente en Arlington, también defendió a Kushner. Durante el fin de semana, dijo que la sugerencia de que estableció un canal de comunicación posterior con Moscú era “normal” y “apropiada”. “Cada vez que usted puede comunicarse con la gente, especialmente las organizaciones que no son amables con nosotros, es una buena cosa”, dijo a ABC News. “Cualquiera que sea la comunicación, vuelve al gobierno y es compartida”. Pero muchos expertos en inteligencia no están de acuerdo, y Adam Schiff, líder demócrata del comité de inteligencia de la Cámara baja, habló de la posibilidad de retirar el acceso de Kushner a información clasificada.
Los medios estadounidenses informaron que la Casa Blanca está creando una unidad especial de comunicaciones, y la misma estaría liderada por Kushner, el consejero presidencial Steve Bannon y el jefe de gabinete Reince Priebus. La investigación sobre la trama rusa está dirigida por Robert Muller, un respetado exdirector del FBI, a quien se le dieron poderes especiales para dirigir el caso como fiscal especial.
Al hablar en Arlington, Trump dijo: “A toda la familia Kelly, hoy, 300 millones de corazones norteamericanos se unen a usted. Nos entristecemos con ustedes. Les honramos y les prometemos que siempre recordaremos a Robert y lo que él hizo por nosotros”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12
Traducción: Celita Doyhambéhère.