River y Boca reeditarán este domingo un superclásico que parece tener mucho más significado por el lado xeneize que de la banda millonaria. Es que cuando salten al césped del Monumental a partir de las 19, los dirigidos por Sebastián Battaglia deberán lidiar con la urgencia de conseguir un buen resultado para que no rebroten síntomas de crisis, al tiempo que los conducidos por Marcelo Gallardo cuentan con mucho mayor margen para sostener un eventual traspié. El encuentro será televisado por TNT Sports y Fox Sports Premium.
Campañas similares hasta el encuentro del domingo (4-1-1 para River, 3-2-1 para Boca) no reflejan un estado de ánimo parecido: en River hay tranquilidad, tanto que algún mal resultado como la derrota en Santa Fe ante Unión o el empate en casa ante Racing después de ir ganando 2-0 en el entretiempo son tomadas como pequeñas frustraciones, que no dañan la confianza del plantel ni, mucho menos, ponen en discusión la reconocida capacidad de su entrenador.
Por el contrario, Boca parece caminar por un campo minado, mucho más grave de la realidad actual del equipo. Una derrota jugando mal, como la sufrida ante Huracán hace dos semanas, dejó a Battaglia con dudas sobre su continuidad y colocó a algunos jugadores en el foco de las críticas. E incluso victorias ajustadas como la ante Aldosivi, Central o el domingo pasado ante Estudiantes provocan llamadas de atención sobre su rendimiento.
Con ese contexto, el conjunto de Gallardo parte como favorito, tanto por el presente futbolístico como por el aspecto mental. A los visitantes los condiciona la actualidad y los atormentan los últimos antecedentes, sobre todo la caída 2-1 del campeonato pasado, cuando Battaglia comenzó a sentir en carne propia las exigencias de dirigir a Boca. Claro que en los clásicos, y la experiencia muchas veces lo demostró, los favoritismos quedan de lado y todo cambia cuando empieza a rodar la pelota.
En cuanto al plano futbolístico, los dos llegan casi con el máximo potencial, aunque Gallardo todavía no puede contar en plenitud al zaguero Héctor Martínez ni a Matías Suárez, tomando ritmo tras una operación. Sin embargo, la llegada de Leandro González Pírez y el ingreso de Esequiel Barco le soluciaron ambas ausencias.
Por el lado de Boca, Battaglia pudo recuperar al goleador Darío Benedetto, ausente los últimos dos partidos por una molestia muscular, pero no tendrá al zaguero Carlos Izquierdoz, operado tras una fractura en el quinto metatarsiano de su pie izquierdo, ni con el volante paraguayo Oscar Romero, aquejado de una fatiga muscular. Como ante Estudiantes, el peruano Carlos Zambrano y el juvenil Aaron Molinas serán sus reemplazantes.