En los últimos años cambiamos nuestra conducta social y los hábitos debieron transformarse para adaptarse a los mandatos sanitarios, los que rigen nuestra nueva vida. Por la pandemia, somos otra ciudad, otras personas y tenemos otras necesidades. Nada de eso tocó de cerca el fervor que genera el fútbol en nuestra ciudad. Central y Newell’s despiertan la pasión de siempre, la que los llevó a trascender en el mundo por su rivalidad. Y esta tarde, en el Gigante de Arroyito, canayas y leprosos vuelven a acaparar toda la atención, con un estadio lleno, en una postal impensada meses atrás. El equipo de Cristian González llega con las urgencias de un mal inicio de año, aunque sin sorpresas en su formación. El de Javier Sanguinetti recupera a Pablo Pérez para intentar apuntalar aspiraciones en la tabla de posiciones. No quedan entradas disponibles para socios auriazules.
No habrá público visitante. A la foto del clásico le faltará un color. No por eso el partido pierde atractivo. Por el contrario, son pocos los juegos que animan canayas y leprosos en el año y la pandemia dejó a la ciudad un año sin el espectáculo que mejor representa a la expresión de lo popular.
Central es local y en su caso hay un agregado en las obligaciones. Más aún porque el equipo del Kily llega precedido de derrotas consecutivas ante su gente con Godoy Cruz y Barracas Central. Central tiene muy buena actitud cuando juega el clásico. Desde su vuelta a Primera en 2013, perdió solo un uno y la mayoría los ganó. Eso genera un estado de ánimo que se refleja en la confianza de los jugadores.
Pero las exigencias que afronta hoy el plantel canaya son más preocupantes. Porque el equipo perdió tres de los últimos cuatro partidos, una marca que hace insostenible la continuidad del entrenador. Es que a los resultados decepcionantes se agrega la expresión deportiva del equipo, desorientado y sin respuestas cuando el rival logra hacerle un gol. El equipo del Kily tiene convicciones que nadie cree y todas esas dudas son un problema más difícil de resolver que la resistencia que ofrecerá el rival.
El clima de decepción en Arroyito tuvo síntomas en la semana. El técnico no quiso hacer declaraciones y el pasado lunes González le echó la culpa a los jugadores suplentes del mal momento en una reunión en el vestuario. Pero su reto se produjo después de que el propio entrenador se ausente una semana de los entrenamientos por un viaje a España. Tras la victoria ante Central Córdoba se reencontró con los jugadores dos días antes del encuentro con Barracas Central.
Ya sin respaldo de los dirigentes, Central sale a la cancha para revalidar sus éxitos en los últimos clásicos y extender, al menos por un partido más, el trabajo del cuerpo técnico. Y a pesar de los problemas que acusa el equipo, el Kily no hace cambios para esta tarde y repite la formación que viene de caer ante Barracas Central.
Las obligaciones que asume Newell’s no son más benévolas por ser visitante. La Lepra perdió la mayoría de los clásicos en la última década. Una situación que nunca antes se había producido en la historia de la rivalidad. Si alguna vez el empate podía interpretarse como positivo por jugar de visitante, hoy esa carta de conformismo no tendrá utilidad. La Lepra debe ganar y para eso hay que conocer qué propuesta llevará el equipo. Porque si bien Javier Sanguinetti mostró tener preferencias por el juego ofensivo, ante River no pateó al arco ni cruzó la mitad de la cancha. Se recompuso en los partidos con Talleres, Atlético Tucumán y Sarmiento.
Newell’s tiene dos jugadores determinantes: Castro por su talento, García por su esfuerzo para pelear todas. Y tiene también jugadores que jugarán su primer clásico, como Armando Méndez, Willer Ditta y Martín Luciano, además de García. La Lepra recupera a Pablo Pérez por Juan Sforza, pero tiene notable dependencia al nivel de Castro. Si el diez pide la pelota y es un jugador activo en el juego, las chances de la victoria serán concretas.
Central, en cambio, tiene a su goleador histórico: Marco Ruben. Su goles le dieron muchas victorias en los últimos clásicos y de su desempeño también descansa muchas de las chances de los canayas, ante un Emiliano Vecchio que no tiene buena condición física y pasó a ser influyente solo en la ejecución de pelotas paradas.
El clásico tiene el atractivo de ser disputado por dos equipos que pretenden jugar en campo rival y además necesitan los tres puntos. Esa es la mayor promesa para el espectáculo. El público espera goles, un ganador y un perdedor. Y así la ciudad se queda atrapada por largo tiempo entre ganadores y perdedores hasta que vuelvan a ver las caras para la hora de la revancha.
Central
Servio
Martínez
Almada
Komar
Blanco
Montoya
Ojeda
Infantino
Vecchio
Gamba
Ruben
DT: Cristian González
Newell's
Macagno
Méndez
Lema
Ditta
Luciano
Pablo Pérez
Fernández
Castro
Garro
García
González
DT: Javier Sanguinetti
Arbitro: Pablo Echavarría
Cancha: Central
Hora: 14
TV: Fox Premium